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jueves, 20 de noviembre de 2014


UN PALO EN LA RUEDA DE LA PAZ   

DE DON TEXTULIO LEGISTA Y
EL GENERAL
SECUESTRADO POR LAS FARC  

(Parte I)

                                              Juan V Gutiérrez Magallanes                                                                  

Don Textulio Legista es un cartagenero formado en las frecuentes tertulias que a diario se presentan en la ciudad, su formación académica responde al  octavo grado de bachillerato, cuando la «Preceptiva Literaria» era determinante para vaticinar las aspiraciones  de un amante a la literatura o al «converseo en las esquinas». 
Lleva en un bolsillo de la camisa, anotaciones de los acontecimientos más inverosímiles ocurridos en Colombia. A pesar de poseer una prodigiosa memoria, algunas veces se ve precisado a usar sus apuntes con citas de textos de autores reconocidos. 
A las diez de la mañana de un martes caluroso de noviembre, lo he encontrado debajo del palito de caucho, en las inmediaciones del Banco de Bogotá. 
No ha esperado que lo salude con el protocolo de siempre. 
Ha iniciado de inmediato una explicación sobre el caso del General secuestrado por las Farc en los territorios del Chocó. Hace especial énfasis en una formación  «fanatizada» y de concentrado «misticismo clerical»: 
—Este General es un militar formado en los rigores de la milicia y con los paradigmas del buen soldado, en los que el deber por la patria, es primero que todo. 
Y para confirmar esto me cita apartes del libro de Emilio Yunis «¿Por qué Somos Así?». «…Un gran número de colombianos, están afectados por la intolerancia, el predominio dogmático de unas ideas, el dogmatismo religioso, por la imposición de una sola forma de ver el mundo y de organizar la sociedad». 
Aspectos que forman individuos de pensamiento cuadrático y de actitudes beligerantes, como la de aquel general Daniel Aldana, un espadón que impuso su Ley durante mucho tiempo en buena parte de Cundinamarca. Quien decía sin sonrojarse siquiera «respeto al sufragio, pero no me dejo ganar las elecciones»… (Los gobernantes no podían ser elegidos de otra forma que a balazos*). 
«Es por esto, que yo, Don Textulio, aseguro, que el llamado secuestro del General en el Chocó, tiene mucho de malos odios con la búsqueda de la finalización de la lucha armada, por medio humanos establecidos a  través del diálogo». 
El pensamiento violento del hombre de otros tiempos, que gime de ira por no poder seguir comandando desde su escritorio a la guerra, ha buscado enardecer el corazón del General y lo ha convidado a un fingido holocausto, donde pone de presente principios de hombre feroz dispuesto a morir en combate. 
Allí en esta estratagema está la mano del jinete de tierras ubérrimas, nada es extraño en este país «que se hizo a Tiros» (Gonzalo España) y anida seres para los que la Guerra de los Mil Días no ha terminado, y es por esto que vamos encontrando hombres que buscan a toda costa «meterle Palos a la rueda de la paz que se discute en La Habana». 
Hechos que han intentado eliminar las esperanzas de vivir en los albores de una paz y confraternidad colombiana. 
Así fue como se vendió a Panamá (1903),  con pena y sin gloria; se sigue en la noria y asesinan a Rafael Uribe Uribe (1914), se continúa en el anónimo de la mano  que  busca truncar las esperanzas de vivir en sana paz, y se da la masacre de las Bananeras (1928), «era el triunfo de la bala sobre los principios de la justicia». 
Se tejen las ideas y se busca enarbolar una bandera de protesta y señalamiento al truhán de Abadía y cae asesinado en las calles de Bogotá el estudiante Gonzalo Bravo Pérez (1929). 
Se logra sembrar un árbol de esperanza, con la finalización del Gobierno conservador y llega Olaya Herrera a la Presidencia, era un hombre del mismo redil, se agitan las ideas y acrecienta la esperanza con López Pumarejo. 
Pero todo queda en el sueño de las mariposas y el cabalgar de los caballitos de mar. 
Llega Gaitán y lidera las masas con pensamiento de clérigo romano. 
Y vuelve a jugar la muerte con las ideas liberales, es asesinado Gaitán y se desata la lucha fratricida por la predominación de «un color», estimulada por quienes parecen llevar en los genes el estigma de la guerra. 

sábado, 15 de noviembre de 2014

LA METAMORFOSIS DE LA CIUDAD DE LOS CRUSTÁCEOS

            «No cambio un instante de felicidad, por «las placas»  de una sosa canción».




Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Nada se ha perdido…
El sol sigue en su sitio.

La tierra continúa sosteniendo al hombre.

El  ciego de la esquina cuenta las mismas monedas.

Sólo el vendedor de esperanzas se ha marchado…

Allá se encuentra la compradora  de adioses.

El contador de peatones ha comprado  las pisadas  de los niños.

Hay una iguana  que responde a  los comensales de bioalimentos.
                                                    
He comido pechugas con sabor a pitamorrial y toronjil.

Los almuerzos se agotan por el piar desesperado de los polluelos en el corral.

Las calles juegan con la basura y festejan los goles del Real.

Las aguas siguen detenidas para recibir el adiós de los transeúntes.

Cartagena, continúa en el sueño de su heroicidad con la bondad de las murallas.

Sin embargo, ¿algo ha cambiado…?

El peto de la esquina, lo vende un  cachaco.

Y los pregoneros han dejado de vocear.

Sólo queda un grito, que no es el «Aullido de Allen Ginsberg».

Los arroces no los envuelven en  hojas de bijao.

Los peces son mutados por bolitas de  icopor que opacan el cristalino de la India Catalina.

Cartagena  está dormida en la viveza de los edificadores.

Es un sueño dulce que contiene el cieno de las aguas del Caño  Juan Angola.

¿Y nada ha pasado?

Allí están las murallas, con su sonrisa de viuda bailadora de Fandango.

Continúa Bazurto con sus alcatraces de estómagos henchidos.

Los farolitos parientes de las aguamalas, familia de las medusas
han sido permutados por las azulosas bolsas plásticas.

Algo ha cambiado.

La plaza  Benkos Biohó, está  en lo que fuera el Campo de la Matuna.

La verdolaga  ha retirado sus raíces para dejarle el espacio a «El Túnel de Crespo».

Los grafitis están  desalojando a los raizales de Getsemaní.

Nada conmueve, estamos estáticos, como la condición de los monumentos del olvido…
Ahora  las lluvias son semovientes ecológicos que atascan las voces de los crustáceos.

Cartagena la encoñadora, vive en la algarabía de quienes ríen en el silencio de los adioses.

Casi nada importa, cada día es una nueva página que se labra con un canto de indiferencia.

Aquí sigue predominando el tiempo del olvido, con saltos de asombro, por la presencia de las flores  bordeando el lago a los pies de la India Catalina en el encuentro de Puerto Duro.

El ornato de la Plaza de Benkos Biohó, canta por la alegría de las flores que  ríen ante la indiferencia de los cartageneros.

La melodía de las cosas se encuentra enredada en la simplicidad de las emociones.

Sin llegar al  arte  «Kitsch» de Greenberg, arte, de goce muy fácil y explayado  al consumo.

Ahora se ha negado  el pensamiento de la  noble  metáfora en la razón de una canción.

Aquí en Cartagena, hay una Academia que rumia la nostalgia de la España de Fernando VII.

Se festeja la Tradición con el olvido de los géneros musicales, gestado en la usanza del pretérito.

Ahora la música electrónica, niega la suavidad del cuero en la percusión y el trino de la guitarra de Sofronín.

Eternamente agradable será escuchar el «Ave María» de Franz Schubert.

El fraseo de voces armónicas está escondido en el golpe rudo, avasallante, de una máquina.

No cambio un instante de felicidad, originado por la audición de un porro de Lucho Bermúdez por el ruido estridente de los metales impasibles en «las placas» de una sosa canción.







                                                                                              













UN CUENTO DE GILBERTO GARCÍA MERCADO

MILAGRO DE VIDA

I
El hombre que vende minutos a celular se mueve intranquilo. El kiosco en donde se expenden gaseosas, dulces, baratijas y también los chismes del día, suelta bocanadas de calor. Horas antes Simón Cruz, un anciano en uso de buen retiro, había iniciado ese rito que truene, llueva y relampaguee, está siempre presente desde que el viejo vive en el sector. 
—Buenos días— dice inclinando el cuerpo—Estamos bien porque seguimos vivos. Luego de sentirse el dueño de este universo, extiende el diario. Comenta las noticias del día… 
El hombre que vende minutos a celular juega con un haz de luz que se mete por alguna parte, trata de evitar que aquel le hiera en la cara, pero se solaza con un vallenato de Rafael Orozco. Hasta el punto que olvida las malas ventas del día. “Octubre es de mal agüero”, piensa, “Si uno se descuida, los ratones le hacen su agosto”. 
Porque no es fácil presenciar el movimiento del Hospital: ansiosos que le piden un número pero que no tienen con qué pagar; niños que convulsionan por la fiebre y la deshidratación; amenazas al portero porque no hay médicos para tantos enfermos; los sueldos atrasados de quienes laboran aquí. De vez en cuando un caso de maltrato infantil, violación. En fin, no es fácil. El recibo de cobro de la luz; las malas ventas del día…
                                                               II                                                                  
En un barrio del Sur oriente, don Ismael Porto contempla su vida. Algo presiente, nunca había experimentado este escozor, un dolor sutil, el monstruo de la enfermedad cabalgando sobre su cuerpo. Se le vienen a la mente, los hijos, su mujer, y esa sucesión de imágenes y lágrimas. La satisfacción por las cosas buenas… “Es un sueño”, se dice, “Mañana despertaré congraciado con la vida”. Don Ismael sufre de la presión arterial, al principio es duro vivir a punto de pastas, pero es la única manera de…Además, el hombre es un animal de costumbres. Se sigue viendo, las novias de su juventud, los primeros años en el colegio, las bromas y maldades a los profesores, la matricula condicional. 
Alguien lo sujeta por los hombros, lo suben a un taxi. 
—Rápido— escucha la frase—Se nos muere el viejo. 
En ese momento don Ismael piensa que la muerte no existe. “Uno es inmortal, mañana despertaré, más vivito que nunca”. Entonces se ríe, quiere despertar pero se aterra al comprobar que no es de noche, la sirena del taxi, le atenaza el temor de alguien, una presencia blanca que va recogiendo sus pasos…“Inminente la impotencia cuando no se desea morir”, recuerda que dijo alguien… 
                                                          III
María Fernanda siente los dolores. Es una morena de pelo apretado, jamás se ha enfrentado a un parto. Ha conseguido como pudo, las atenciones de los galenos. “Para que no haya complicaciones, haga lo que le decimos”, le manifestaron. Desde entonces su carné no adolece de faltas, está lleno de rayitas, datos y firmas donde se precisa que María Fernanda sigue al pie lo que se le recomienda. No así esta pobreza extrema, pues los dolores la han asaltado de repente. Se halla sola en la casa, su marido es albañil, tal es este sorpresivo dolor que la mujer por primera vez siente miedo. No por la experiencia de enfrentarse contra el mundo— en el parto— sino por lo que le pueda suceder a la criatura. Pero una mujer sola y embarazada….   
 
                                       IV
El hombre que vende minutos a celular bosteza. El día es largo, y para completar estas ventas que no mejoran. Sorpresivamente aparece un taxi, el conductor aparca, y a don Ismael Porto lo bajan en una camilla. Ante la mirada estupefacta del vigilante, los pacientes que esperan el turno, y hasta del propio médico quien suspende la primera bocanada de su almuerzo. Con el estómago pegado al espinazo, y debido a su juramento Hipocrático atiende al viejo. Don Ismael Porto continúa creyendo que la película de su vida es un sueño. Se ríe, igual cuando niño hacía bromas a sus profesoras…                                                                                     
                                                    V 
A María Fernanda la suspenden por los hombros. Los dolores son en serio. Nueve meses esperando el bendito parto y ni siquiera le avisó. La extrema pobreza le jugó la mala jugada. El taxi recorre la Cordialidad, el conductor se halla nervioso no por lo que le pueda suceder a la joven sino “por la incomodidad en el auto si esta niña alumbra en él”, piensa. Cinco minutos antes el hombre que vende minutos a celular se dijo: “esta morena no tiene con qué pagar la llamada”. La mulata había salido nerviosa de Urgencia, balbuceó un número, dijo que su padre, don Ismael se moría, y que Dios no podía hacer eso. 
En seguida un hermano mayor la regañó. 
—Tienes que conservar la calma—manifestó. 
Ahora, María Fernanda vuelve a la vida, en ese lapso en que subió al taxi el rostro agrio del conductor ha dejado de serlo. No porque la joven haya dado a luz en él sino por la hermosa criatura que fue recibida por dos tiernas palmoteadas de las enfermeras y el médico de turno, advertidos por alguien apostado en Urgencias para que se apersonaran del caso. Cinco minutos antes la mulata había irrumpido en fuertes sollozos. Don Ismael había muerto. El hombre que vende minutos en celular fue el único que lo notó. 
—Carajo, cinco minutos separaron este milagro de vida—añadió.


viernes, 14 de noviembre de 2014

POR JUSTICIA INDÍGENA

COMUNIDAD NASA AHORA EN LA MIRA DE LAS FARC

Por Rafael E Yepes Blanquicett

En una decisión sin precedentes en la Historia Jurídica del país, indígenas de la comunidad Nasa, pertenecientes a la etnia Paez, en el municipio de Toribío, al norte del Cauca, juzgaron y sentenciaron a tres de los siete guerrilleros de las Farc acusados del asesinato de cuatro líderes indígenas de esa región del sur del país.  
Al principal responsable, acusado de haberles disparado, le dieron 60 años de cárcel y a sus dos cómplices, 40 años a cada uno.  
A los demás los dejaron en libertad aunque siguen vinculados al proceso. 
Los nativos actuaron autónomamente, conforme a sus leyes y procedimientos autorizados por el numeral 7 del artículo 330 de la Constitución Política de Colombia que, al tenor, dice: «Colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio, de acuerdo con las instrucciones y disposiciones del Gobierno Nacional». 
En vista de la extensión de la pena y de su poca capacidad para mantenerlos recluidos en un lugar seguro, los entregaron al INPEC para que los trasladara a un pabellón especial de la Cárcel de Popayán que está bajo la custodia de la Guardia Indígena.   
Llama poderosamente la atención la rapidez y eficacia con la que actuaron los indígenas, quienes los apresaron sin desenfundar un arma, les permitieron a ellos mismos y a sus propios familiares que los defendieran y, en una audiencia oral de solo cinco horas, los juzgaron y condenaron por el delito de homicidio, sin ninguna clase de beneficios especiales por haber aceptado los cargos. 
Digno ejemplo de imitar por parte de la justicia «occidental» colombiana que se aplica en el resto del país, cuyos procesos se dilatan por días, meses y años, con artilugios jurídicos para entorpecerlos y evadir, de esa manera, la acción de la justicia. 
Preocupa, sin embargo, la actitud de los miembros de las Farc asentados en la zona, quienes, al parecer, han declarado «objetivo militar» a los jefes indígenas que lideraron este proceso limpio y transparente porque, según ellos, le están «haciendo el juego» a las «fuerzas reaccionarias» de la oligarquía colombiana, contradiciendo lo que sostienen sus camaradas en La Habana y poniendo en peligro el proceso de paz que se adelanta entre el Gobierno Central y este grupo guerrillero, además de darle argumentos válidos ante la opinión pública nacional, al Centro Democrático y a su máximo líder y jefe único, el expresidente-senador Álvaro Uribe Vélez, para seguir oponiéndose radicalmente a dicho proceso.

lunes, 10 de noviembre de 2014

25 AÑOS DE UNA IGNOMINIOSA EFEMÉRIDES

               LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN                                                 Por Rafael E Yepes Blanquicett

Hace 25 años, el 9 de noviembre de 1989, el mundo entero celebró la caída del ignominioso «Muro de Berlín», cuya construcción en 1961 reforzó la división de la ciudad que ya existía desde 1949, cuando el sector capitalista fue denominado como Berlín Occidental, y el socialista como Berlín Oriental.
El muro de concreto, con un alambrado electrificado en su parte superior y patrullado permanentemente por acuciosos guardias y perros policías, fue construido por las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) para «salvaguardar» a sus habitantes de los ataques fascistas provenientes de la República Federal de Alemania (RFA), según ellos.

Fueron 25 años de infamia y dolor, durante los cuales muchas personas murieron intentando saltarlo o huyendo a través de túneles artesanales que, finalmente, eran descubiertos por los militares de la Alemania Socialista.

Sin embargo, más de 4500 valientes berlineses orientales lograron escapar del régimen de terror implantado por los dirigentes comunistas.

La caída de este «Muro de la Infamia», tumbado a golpes de martillo por enfurecidos habitantes de ambos lados, hastiados de dicho régimen de terror, significó también el derrumbamiento de la tenebrosa «Cortina de Hierro», conformada por la ex Unión Soviética y los países de Europa Oriental que en 1945, luego de la derrota del ejército nazi, quedaron bajo la órbita de los comunistas rusos.

Sin embargo, la caída del muro en 1989, no fue sino el resultado de una serie de acontecimientos previos que fueron erosionando las entrañas mismas del sistema socialista edificado por José Stalin cuando se subió al poder en el «País de los Soviets», luego de la muerte de Vladimir Lenin en 1924, entre los cuales se resaltan la difusión del ideario democrático liberal por parte del sindicato «Solidaridad», dirigido por Lech Walesa en Polonia, la llegada al papado romano del también polaco Karol Wijtyla, llamado Juan Pablo II, y la «Perestroika» y el «Glasnost», implementados por Mijaíl Gorbachov en 1985, el artífice del hundimiento definitivo del socialismo soviético.

Y muy a pesar del estrepitoso desplome del muro y de la ferrosa cortina, aún subsisten en el mundo algunos países de corte socialista o comunista, que se resisten a reconocer el fracaso de la revolución socialista, no porque ésta sea mala o ineficiente en sí, sino por haberse desviado de los postulados marxista-leninistas que hablan de la «revolución mundial permanente», defendidos por Trosky, y acogerse a la teoría del «socialismo en un solo país», preconizada por Stalin, cuyos seguidores, entre otros, Mao Tse Dong, en la China Popular, Ho Chi Minh, en Vietnam, Kim Il Sung, en Corea del Norte, el «Pathet Lao», en Laos, Hun Sen, en Camboya, y Fidel Castro, en Cuba, se declararon, en su momento, abiertamente «marxista-leninista-estalinistas».

Los «nuevos socialistas», los «socialistas bolivarianos» y la «nueva izquierda democrática» de América Latina y Europa, todavía siguen creyendo en la teoría estalinista del «socialismo en un solo país», exponiéndose a un fracaso tal vez mayor del que sufrieron los camaradas socialistas de la antigua Unión Soviética y su «Cortina de Hierro».

domingo, 9 de noviembre de 2014

UN CUENTO DE ALEXIS ZAPATA MEZA*

    BILONGO                    

En San Antero el viejo Bilongo se moría y no se iba. No tenían manera de que se fuera, pues había llegado más de uno a despedirlo, y no quería irse. Le gustaba jugar al tibiritabara. Llegó el viejo Bolongo y con él fue con quien se vino a entender. 
Llegó y saludó ¿Qué hacen? Preguntó. Aquí esperando la muerte del viejo Bilongo, le respondieron, y eso era cierto, ya que llevaban más de tres semanas en esa zozobra. Había que saber esperar para que los caprichos del viejo no te desesperaran. 
— ¿Quiénes han venido?—preguntó. 
—Bueno, primero vino Macea—le informaron. 
El viejo Macea era blanco, muy altivo, serio, de mirada fulminante, abarcado, llevaba un sombrerón y pantalón y camisa caquis. Lo trajeron de Cereté. Dios estaba ante todo, pero los teguas también empujan. El que piensa puede dudar, y coger por otro camino. 
—¿Qué pasó? 
—Salió huyendo. 
—¿Qué le pasó que no pudo? 
—Se le encendió la cabeza. 
—Ah, ya sé qué fue lo que le pasó. 
Todos saben pero a la hora de actuar no funcionan, había que acostumbrarse a los plantes de estos señores, que no han podido con el viejo Bilongo. No han podido porque se ha amarrado a la vida de manera insobornable. Pasa de los noventa años y no hace sino penar. No sé qué tanto le teme a la muerte. 
El que es pernicioso no hace sino retardar la llegada donde lo están esperando. Si…ya sabe que se tiene que morir y no se muere, es peor, porque pena más de la cuenta. Todas las cosas contribuyen para bien, aún la muerte, hablando de las buenas cuando les conviene a los demás. 
—¿Quién más ha venido? 
—Ah, un indio del resguardo de Sabaneta. 
—¿Qué le pasó? 
—Vomitó. 
—Ah, caramba, ya sé lo que le pasó. 
El indio era pequeño y asomó temeroso su cara de timidez. Trajo la mochila, el tabaco y la totuma. Sacó hierbas, machacó, cocinó, y preparó el brebaje. Luego encendió el tabaco. Entró con la totuma en el cuarto, ji, ji, ji, se reía bajito. Allá en el cuarto con el Bilongo se encerró. 
Ordenó que nadie se asomara. Oímos un ruido estrepitoso, como si rechazaran a alguien, y este se estrellara contra la pared. La casa se estremeció. Al poco salió el indio vomitando. Fuimos a auxiliarlo, no aceptó, se fue apenado con su risita entre el fundillo. 
—¿Quién más ha venido? 
—Uh, eso es lo que ha venido, con decirle que entró uno vivo y lo sacaron muertecito. 
—No crean que me van a asustar. 
La verdad es que el viejo Bolongo ya lo estaba mareando con su preguntadera. No sabían esperar de él lo inesperado. Lo esperado era lo que estaba sucediendo, y lo inesperado era lo que estaba por venir. 
—Va o no va—le replicaron. 
—Ahora es cuando voy—contestó. 
Bolongo, el abuelo, era absolutamente negro, descendiente de los africanos que se arrochelaron en el palenque de San Antero, y Bilongo era de los arrochelados en el palenque de Uré. Era pues negro contra negro, de los más puros. Estaba ofuscado con el par de banderillas que le pusieron en el lomo. Primero se volvió un Macea, miró con altivez, entró. Se oyó un forcejeo, y salió. Miró con serenidad, muy calmado. Ahí vamos, dijo. 
Traía también mochila, así que hizo lo del indio y hasta se rió bajito Ji, Ji, Ji, con toda la picardía del caso. Bebió el brebaje en la totuma, encendió el tabaco y volvió a entrar. Luego se escuchó una trompada y el cuerpo estrellándose contra la pared. Pero esta vez la casa no se estremeció. 
Volvió a salir, nuevamente sereno. Va andando la cosa, dijo. Lo que tanto había tardado ya estaba llegando. Salgan todos de la casa, nadie ni en el patio, para afuera, a la calle todos, ordenó. Nos salimos, sacó hasta el perro y el gato. 
Estaba en mitad del patio. Ni se asomen, gritó. El hombre había estado luchando contra los conjuros del abuelo. Los Macea habían fracasado porque no habían podido resistir los contra-conjuros de Bilongo. 
El Bolongo como que se había dicho, contra un perro otro perro, y había salido ileso. Conjuró hasta al mayor, al de las tinieblas. Se sintió enseguida el frío de la muerte. Se dijeron hasta aquí llegó Bilongo, y así fue, por fin atiesó la pata. Ya está, dijo Bolongo, pueden entrar y arreglar el cadáver. 
—Usted disculpe—se excusó la gente. 
—No se preocupen jóvenes, no es para tanto. 
—¿Cuánto le debemos? 
—Todavía no, que ahora viene lo mejor. 
No entendieron el mensaje que mandaban esas palabras. Ah, bueno, le contestaron. Si lo hubieran sabido muchos, quizás no hubiera tomado camino para el entierro. Pero nadie vio razones para no ir. 
Cuando llevaban el ataúd por las afueras del pueblo se presentó la yunta de un buey con un toro montaraz. Apenas el toro visualizó el cajón se soltó de la yunta y armó carrera contra el bulto de gente. La gente se desparramó por el camino. 
Aguanten, gritó Bolongo, que hay que mantearlo con el cajón. Así fue, les tocó defenderse con el muerto. Anteponiéndole el ataúd, el toro se frenaba, o pasaba por el lado. Ahí lidiaron con el animal un buen rato. Hasta que se fue. 
La gente volvió a reagruparse, salió del monte, reanudaron la marcha y llegaron al cementerio. Todos aparecieron, nadie se atrevía a regresar solo. Cuando intentaron meterlo al velatorio para despedirlo, el rancho se encendió. 
—Bueno, enterrémoslo sin rezos—recomendó Bolongo. 
Ahí fue cuando llegaron las tinieblas, la tarde se encapotó. Una brisa helada se vino contra los parientes asustados. La gente había elegido el entierro y ahí estaba soportando las inconveniencias. Después de elegir no hay tía que valga. 
—¿Quién va a cantar?—preguntó Bolongo. 
—Esa soy yo—contestó Petrona. 
—Arranque entonces Petrona, que mañana es tarde—ordenó Bolongo. 
Y allí supimos lo que era Petrona con el lumbalú en la boca. Entristeció la tarde con su quejido hermoso, despejándola de la fealdad. Cuando terminamos de enterrar a Bilongo, ya la tarde estaba sosegada. Así fue como el negro Bolongo pudo meter a reposar al negro Bilongo en su tumba. 
*Alexis Zapata Meza. Antropólogo de la Universidad del Cauca, novelista, poeta y cuentista monteriano. Autor de la novela El Tallador de Santos (1996) y del Poema Épico Deciderio Verano (2014). Está incluido en la Antología del Cuento Caribeño (2003) Texto tomado de Magazín del Caribe. Año IX No.45 Bogotá, Colombia. Agosto de 2014.



sábado, 8 de noviembre de 2014

A propósito de la placa develada por el Príncipe de Gales

¿DON PEDRO DE HEREDIA EN EL LUGAR EQUIVOCADO?
Por Juan V Gutiérrez Magallanes 
Todo por habernos enseñado una historia de falsedades y de melindrosos  eufemismos  o  por creer que la verdad la poseían los que invadieron, por rechazar el pensamiento sano de nuestros aborígenes. 
Siguen  caminando sobre el error muchos  cartageneros tratando de eliminar lo logrado con El Grito De Independencia Del 11 De Noviembre de 1811.
Así como se ha conmocionado la población cartagenera, por el acto de «rendir honores a quienes en tiempos pasados invadieron la ciudad»,  y  se ha logrado que el alcalde ordene  el derribamiento  de esta ofensiva placa:
«Esta placa fue develada por:
SUS ALTEZAS REALES EL PRÍNCIPEDE GALES Y
LA DUQUESA DE CORNUALLES.

EN MEMORIA AL VALOR Y SUFRIMIENTO DE
TODOS LOS QUE MURIERON EN COMBATE,
INTENTANDO TOMAR LA CIUDAD Y EL FUERTE
DE SAN FELIPE, BAJO EL MANDO DEL
ALMIRANTE EDWARD VERNON EN CARTAGENA
DE INDIAS EN 1741.

PRESENTADO POR LA CORPORACIÓN CENTRO
HISTÓRICO DE CARTAGENA DE INDIAS.

CARTAGENA DE INDIAS OCTUBRE 31 DE 2014.

Ahora, falta trasladar o eliminar el monumento a  don Pedro  de Heredia, ya que se encuentra en el lugar equivocado.  Don Pedro, fue uno de los exterminadores de aborígenes.  Esclavista. 
No es posible que esté en la Plaza, la cual fue llamada del «Juez», por haberse alojado allí el abogado Vadillo,  quien vino de España a enjuiciarlo. También la Plaza, fue llamada del Esclavo, allí los mostraban y vendían. 
Son tantas las ofensas al pueblo cartagenero por la presentación de los monumentos, que debemos establecer un «amplio debate», sobre ellos. 
¿Qué decir de la aborigen que está  de rodillas al pie de Cristóbal Colón?
  


                 


FELICITACIONES A CARACOL TELEVISIÓN

LA VOZ KIDS: «Este programa me hizo regresar al sofá de la sala…»
Por Orlando Periñán Lombana
Después de un largo sometimiento a los televidentes colombianos, a observar «sólo violencia y más violencia»; debido a las frecuentes historias o novelas de narcotraficantes, basando siempre los argumentos en una constante, apología a las actuaciones de «siniestros personajes», que además de la violencia practicaban estafas, infidelidad, pornografía, traiciones, adulterios, mentiras y todo lo relacionado con resaltar los anti-valores éticos y morales, como fundamento básico de una anti sociedad; contrariando, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio o sea digno de admiración...ahora, gracias a Dios, hay un alto en el camino y llega a Caracol Televisión, como una bendición para los televidentes, «La Voz Kids», a las 8 p.m de lunes a viernes. 
Programa de sana recreación, competencia, amor y ternura donde a cada visitante le afloran los sentimientos más profundos para con sus semejantes. 
En mi caso personal, me divierto en un 100%, siempre me saca una lágrima, una risa, una emoción, una tensión y hasta momentos de tristeza, al compenetrarme con las lindas historias narradas por sus participantes, con esa inocencia y sinceridad, como sólo la expresan los niños. 
Realmente es desconcertante para quienes deseamos de todo corazón la paz y el progreso del país, el que se trasmita tanta «violencia televisiva», pues ello sólo consigue ser caldo de cultivo para que su práctica se extienda más por el territorio nacional. 
Este programa me hizo regresar al sofá de la sala, para disfrutar de las excelentes presentaciones de niños que poseen unos talentos y dones naturales, que serán en un futuro próximo nuestros representantes del canto en el mundo. 
A programas de esta índole es que deben apostarle los canales colombianos.

lunes, 3 de noviembre de 2014

LA NOVELA DE LA EUTANASIA...

   LA MUERTE DIGNA DE BRITANNY MAYNARD
                                      Por Rafael E Yepes Blanquicett

Una nueva polémica se ha suscitado en torno al suicidio, en la tranquilidad de su hogar, de Britanny Maynard, una joven norteamericana de 29 años que padecía de un cáncer terminal y a quien los médicos habían pronosticado seis meses de vida en enero de este año.

Brittany había acaparado los titulares de la prensa internacional el mes pasado, luego de que un video, anunciando que se quitaría la vida, invadiera Internet.

«Adiós a todos mis queridos amigos y familiares que amo. Hoy es el día que elegí para irme con dignidad ante mi enfermedad terminal, este terrible cáncer cerebral que se ha llevado tanto de mí, pero que podría haber tomado mucho más», escribió en un mensaje que circuló ampliamente por las redes sociales, compartido por millones de usuarios.

La eutanasia, o suicidio asistido, es una forma de terminar con la vida de sí mismo y evitar padecimientos innecesarios al paciente y su familia, procedimiento que ha sido criticado fuertemente por sus opositores con argumentos ético-religiosos que sostienen que, como el dueño de la vida es Dios, él es el único que puede disponer de ella cuando quiera y lo considere necesario.

No obstante, desde hace ya varios años, existen en el mundo diversas agremiaciones que luchan por el derecho a morir dignamente, tales como Compassion and Choices, en los Estados Unidos, y la Fundación Pro-Derecho a Morir Dignamente, en nuestro país.

La Fundación DMD, fundada hace 35 años por Beatriz Kopp de Gómez, en Bogotá, es una organización dedicada a luchar por los derechos de los pacientes y a difundirlos, en especial, el derecho a recibir suficiente información sobre su diagnóstico médico para poder participar en las decisiones que deben tomarse durante el tratamiento de la enfermedad, y evitar la prolongación inútil de la vida y el sufrimiento innecesario, además de brindar asesoría y apoyo al paciente y a su familia sobre las diferentes opciones para enfrentar la muerte, sobre todo, cuando la continuidad de la vida depende del uso de medios e instrumentos artificiales que la prolongan innecesariamente.

domingo, 2 de noviembre de 2014

      EL LENTE DE LA CALVARIA LITERATURA
¿QUIÉN DIJO QUE A CARTAGENA NO SE LA PUEDE ORNAMENTAR?
           Por Juan V Gutiérrez Magallanes
Plaza Benkos Biohó: en el centro se muestra este jardín ornamental. Falta una placa alegórica, con explicación, sobre la vida del Cimarrón

La otra cara de Cartagena: en un tiempo a este sitió se le conoció como «La Matuna», «El Campo Grau» y después la «tugurizante» Plaza de Telecom.
Aquel Campo de la Matuna, donde por su condición de albufera, su superficie  arenosa facilitaba la ubicación de diamantes beisbolísticos, que acunaron nuestras primeras glorias de la «pelota caliente». 
Llamado también  «Campo Grau», en honor  a Enrique Grau, alcalde de aquel entonces, gran  animador del béisbol. 
Campo que por interés comercial fue llenándose de edificaciones que le «ladraban» a las murallas y atentaban contra la arquitectura de la Cartagena colonial. Se convirtió  en  «un  puñal en un altar».  (Donaldo Bossa. «Nomenclator Cartagenero»). 
Hoy podemos observar a través  de la ornamentación de  la Plaza Benkos Biohó  y el parque lineal de la India  Catalina,   cómo se puede transformar a la ciudad. Esto nos permite insistir en la atención que se debe aplicar a otros sectores que  torturan las miradas  de nuestros niños. Y uno de ellos  es el Parque del Espíritu del Manglar en Chambacú. 
El Parque de la India Catalina, al fondo se observa, el puente que une a Chambacú con el Centro. Aquí en este tramo del Caño Juan Angola, los peces llegan a recordar con nostalgia a sus antepasados.

El Parque de la India Catalina muestra ahora la belleza que podemos observar en las grandes ciudades del mundo, lo cual nos satisface, porque no hay que mirar a la ciudad como si fuera un galeón hundido en la bahía.
¿Por qué no se hace lo mismo con el Caño Juan Angola? ¿Será que falta crear una asociación como Asomatuna para velar por  la existencia de ese cuerpo de agua? 
¿Será que acabar con los cuerpos de agua, por medio de la basura, está predominando en los cartageneros? 
Espero que estos lugares que aquí apreciamos, algunos llenos de flores, nos digan que sí podemos, hacer de Cartagena, un bello jardín, sin tener que aludir a lo que dejaron los españoles, pues sin lo legado por ellos, sólo tendríamos el mar con sus playas, hoy, en parte, amenazadas por la «Muralla del Túnel de Crespo».
 
       

sábado, 1 de noviembre de 2014

EL RINCÓN DE LA MAGALLANERÍA

       EL DOLOR POR LOS MOSTRANTES…
                                                            Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Indios, africanos, sri lankaeses y otros del Este, muestran las manos a los turistas. Venden sus sudores de maderas diferentes… 
Falsos gladiadores fijan la mirada en muros del imponente Colosseo, en sus rostros la risa perdida por las fieras, el temor de los cristianos…
 
Compiten con ofrendas de africano y de indio.
 
En la Piazza Gimma de Viale, Libia, hay un pequeño parque donde los árboles conversan con las nubes cercanas, exhalan abundante oxígeno para competir con los inoportunos fumadores.
 
El parque parece estar reservado sólo para niños y ancianos que juegan con los años. Apuestan sin contemplación las sonrisas de inocencia.
 
Los ancianos cargan cubas de oxígeno que brindan a los perros a cambio de sonrisas melodiosas.
 
Aquí compiten los fumadores—extasiados—observando el silencio de los perros irrespetados por las sirenas de ambulancias de la Roma fumante, ¡compulsión por el tabaco!
 
El clima a inicios de otoño—cantarino por los diálogos de italianos— algunas veces parecen originados por  los  Césares…bajando de aquellos monumentos.
 
En Roma la Historia está grabada en folios líticos guardados por la frescura de las fuentes hídricas que bajan del Paraninfo de los Dioses y traen heráldicas noticias de otros dioses.
 
Los frescos de las Basílicas, los ángeles del cielo de los templos, miran con ternura y compasión la brevedad del tiempo ante aquella Presencia.
 
Los mostrantes se vuelven turistas para mirar la Historia, esconden las manos y buscan el diálogo de un César, un gladiador, o la angustia de otro mostrante.
 
La India, África y Sri Lankaeses brindan las hojas de árboles endulzados por la pátina de historia de las basílicas que conservan las imágenes de los primeros cristianos.
 
Aquí está la Italia, fresca en su historia milenaria con sus pictóricas ciudades conservando la impronta de Rafael, Miguel Ángel y Leonardo, hacen del pretérito un presente que se eterniza para bien de la Humanidad.
 
¡Se olvida el dolor de los «mostrantes»!
 


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