«ANTES DE QUE CHAMBACÚ SEA BORRADO
SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA»
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes
Nancy fue una niña que nació en Chambacú, cerca de la Loma de Vidrio, en la casa grande de madera construida por el abuelo Valeriano. En ella se sentía una atmósfera de cordialidad y respeto, emanada y difundida por la madre, quien religiosamente miraba desde su máquina de coser, las incidencias de su trabajo. La matrona tuvo cuatro hijos. La última se trató de la niña Nancy, historia muy particular y que quiero narrar y compartir, pues siento que se constituye en un ejemplo de vida.La primaria la estudió en la escuela del barrio Getsemaní y en La Milagrosa del Centro de la Urbe. La secundaria la recibió en el Colegio Soledad Acosta de Samper, en ese entonces conocido como Universidad Femenina. Luego pasa al colegio Mayor de Bolívar dirigido por Mercedes Miranda de Aldana.Al terminar el bachillerato, ingresa a la Facultad de Derecho de la Universidad de Cartagena, donde termina sus estudios y es nombrada juez en Sopla Viento Bolívar, allí trabaja un corto periodo de tiempo.No obstante, Nancy sueña con hacer una especialización. Su vida se le había vuelto interesante a partir del empeño demostrado al estudiar una carrera sin que para nada la afectara su condición de pobreza. O algún prejuicio e impedimento que le hubiera dicho: «Tú, no puedes». «Siempre hacia adelante», era su lema o consigna. Todo aquello parecía impulsarla a proseguir en la persecución y en la realización de sus sueños.Así las cosas, con unas pocas compañeras, acuerda marcharse a Francia (por la Década de los Setenta del Siglo Veinte), y por fin hacer la tan anhelada y bendita especialización. Sin embargo, la actual situación no les cuadra y resuelven mejor viajar a Roma.Al final, la mujer ingresa a la Universidad y termina su anhelada especialización. El horizonte parece entonces sonreírle, pues ella se enamora de un muchacho, hasta el punto de que se casan, pero más tarde la ilusión se desvanece y se separan. Ella se queda viviendo en Roma en un apartamento a escasas tres cuadras del Coliseo Romano. Nancy, ahora con la nacionalidad italiana y ya especializada en lo suyo, trabaja con el Distrito Romano. Hoy, la gran dama tiene cerca de cuarenta y cinco años de estar viviendo en Italia, camina las calles con la seguridad de una ciudadana europea, sin olvidar su condición de cartagenera-chambaculera.La vivencia de esta dama se constituye en un gran ejemplo para ser llevado a nuestras escuelas, donde predomina la creencia de que por ser pobre no se puede estudiar.Antes de que Chambacú se convierta en el «Nuevo Chambacú», hay que narrar lo que este era, un tugurio de Cartagena, donde Manuel Zapata Olivella visitaba a su abuela Ángela Vásquez cuando le entraban los arrebatos de la nostalgia del verano.
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