A PROPÓSITO DEL PREMIO
NOBEL A BOB DYLAN
Rafael E Yepes Blanquicett
Este año, la Academia Sueca con sede en Estocolmo, nos sorprendió a todos al entregar el Premio Nobel de Literatura al músico, compositor, cantante, poeta y escritor norteamericano Bob Dylan, "por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción", según lo expresó Sara Danius, secretaria de la Academia, al anunciar al nuevo ganador de tan preciado galardón universal, argumentando que "si miramos miles de años atrás, descubrimos a Homero y a Safo, quienes escribieron textos poéticos para ser escuchados e interpretados con instrumentos. Sucede lo mismo con Bob Dylan. Puede y debe ser leído".
Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth, Minnesota, Estados Unidos, el 24 de mayo de 1941, de origen judío por sus padres, tomó su nombre artístico del también escritor y poeta Dylan Thomas, y comenzó su larga y prolífica carrera como Bob Dylan al llegar a la ciudad de Nueva York en 1961, procedente de Minneapolis, en donde cursó un año de estudios universitarios en la Universidad de Minnesota. Y fue allí, en la "Capital del Mundo", donde Dylan se inició como músico profesional, cantautor y compositor de sus propias canciones y se proyectó como el más prolijo y versátil artista que hoy es, quien a sus 75 años, sigue trabajando y produciendo como si tuviera 25.
Su elección como ganador de tan codiciado premio, que varios han rechazado y que otros tantos han estado esperando durante toda la vida, como "el famoso coronel que no tenía quien le escribiera", ha generado toda suerte de críticas a favor y en contra por no tratarse de un escritor propiamente dicho, sino de un artista musical en cuya lírica siempre se han visto reflejados los temas sociales, políticos, económicos y culturales de su época, pasando por varias etapas, desde la más rebelde e iconoclasta de los años 60 y 70 hasta la religiosa de los años 80 cuando se convirtió al cristianismo, regresando de nuevo al laicismo por el rechazo de sus seguidores y las pérdidas económicas que sufrió en ese lapso.
No cabe la menor duda que, como músico, es un artista brillante, reconocido mundialmente por sus numerosas interpretaciones en diversos géneros musicales, desde la balada y el rock, hasta el soul, pasando por el blues, el folk y el country.
Su musicografía es amplia y las letras de sus canciones, que para la Academia Sueca constituyeron "una nueva expresión poética, dentro de la gran tradición americana de la canción", razón por la cual se hizo merecedor del Nobel de Literatura 2016, fueron iconoclastas, luego religiosas, y, de nuevo, iconoclastas, aunque ya más matizadas, quizás por influencia de su etapa mística o por la madurez propia de la edad, que todo lo va decantando casi sin darnos cuenta.
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Rafael E Yepes-Blanquicett |
No obstante, la polémica en torno a si debió habérsele otorgado dicho premio, siendo esencialmente un músico y cantante, continúa y continuará por muchos años, en vista de la larga lista de espera en la que se encuentran muchos escritores de varios países del mundo, algunos ya fallecidos, y que, en concepto de la crítica especializada, merecerían ser galardonados, antes de entregarle ese premio a un cantautor, por muy originales y creativas que sean las letras de sus canciones.
En nuestra opinión, creemos que aquí aplica el sabio refrán popular que reza: "Zapatero, a tus zapatos", es decir, el Nobel de Literatura para un profesional de la literatura, dedicado, total o parcialmente, al oficio de escribir.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, aquí prima también "la palanca".
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