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sábado, 20 de abril de 2024

Narrativa del Caribe

AQUEL NIÑO NEGRO. «BLACK BOY»

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


La vida del niño negro, Lacydes, se nos presenta como el texto ideal para señalar a ese otro niño que podemos encontrar en cualquier otra parte de Colombia, especialmente en zonas marginadas o más específicamente en el amplio sector de la Perimetral de Cartagena de Indias, donde los niños crecen con las esperanzas muertas por sus propias madres y familiares en general. Lacydes y, su madre Clementina, se nos muestran como el modelo por excelencia para ser estudiado como parte de una Asignatura Especial que comprenda Proyectos de Vida, donde el docente con mucha facilidad pueda mostrar a una comunidad, que lo importante es la voluntad para el estudio y la capacidad intelectual que se tenga para la realización de este. No importa, raza, género, condición social ni riqueza. Lo importante es la bondad y los afectos que encuentras en la vida. Así podremos apreciar el inmenso amor de Clementina, quien se convertirá en la luz permanente para dar claridad a la trayectoria que recorría Lacydes.
En el texto «Black Boy» nos tropezamos con una especie de parábola, para ser practicada por los niños del mundo, resaltando las condiciones especiales de un Muchacho Negro, confrontadas con las que encontramos en el chocoano Arnoldo Palacio, un políglota nacido en el 1924 en un pueblo muy apartado de Quibdó.

Es obligación intelectual de los docentes, especialmente los que laboran en comunidades negras, como Palenque, Quibdó, y, otras, resaltar a estos jóvenes entusiastas del saber, ya que es muy común encontrar madres o familiares de niños que miran como imposible los deseos y anhelos del muchacho por estudiar una carrera. Así lo apreciaba yo cuando, como maestro, recibía a unas madres alarmadas porque sus hijos querían estudiar una profesión. No concebían de que sus hijos llegaran a la Universidad. Como maestro, tenía que demostrarles a manera de ejemplo la vida de muchos negros profesionales: los hermanos Zapata Olivella, los Vargas Vélez, los Gutiérrez Magallanes y la vida misma de Lacydes Cortes D.

Con la lectura del libro «Black Boy», se hace un recorrido por el mundo de las Ciencias Humanas, el autor es participante con amplia claridad de la intervención de escritores, filósofos, historiadores y políglotas. Lacydes muestra el desarrollo de la Historia y de la Filosofía y el papel frustrante de la Iglesia Católica en el planteamiento de la verdad. Este acecho frustrante fue experimentado por pensadores como Erasmo de Rotterdam, Galileo, Spinoza y todos aquellos que estudiaban las manifestaciones de la naturaleza y planteaban Leyes Fundamentales para el avance de la ciencia.

Lacydes Cortés Díaz, «el Black Boy», ese joven que pasó por la escuelita de bancos, por el Liceo de Bolívar, donde se hizo bachiller, de la Promoción de 1958. Cuando egresó de este plantel, ya sabía alemán, inglés, francés y gran parte de latín.

Lacydes, en ese gran plantel, en el Liceo de Bolívar, era admirado por docentes y compañeros. Logra ser merecedor de una beca para ir a Europa, llega a Alemania y luego a Francia para entrar a estudiar en la Sorbona, donde estudia sociología con altos méritos. Lacydes no pasaba inadvertido. La gente se admiraba cuando lo escuchaba hablar con mucha facilidad la lengua alemana.

Lacydes es un faro que alumbra el sendero intelectual, no solo de Cartagena de Indias, sino de Colombia. A él se le puede llegar, porque posee la humildad de los sabios, además de pensar en latín.

Vive, en Crespo, cerca al mar, para no olvidar a la isla de Barú, la tierra de sus ancestros y en especial de su madre Clementina.

En conclusión: «Lacydes es el Oráculo al que deben acudir los que desean obtener la certificación de las Humanidades».


                                                                                             Cartagena de Indias, diciembre de 2022.



 

viernes, 22 de marzo de 2024

Semana Santa en Chambacú

«Se Preparaba un Gran Sancocho, se Rompía
la Olla, y se hacía el Baile del Sábado de Gloria»

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


E
ra recibida como una gran fiesta, donde se podía departir a través de las comidas, tanto era así que preparaban especialmente el pescado, como se podía apreciar en la presentación del Bagre y en la búsqueda de los pescadores por un pez grande que sirviera para toda la semana: pescar una raya, o sacar una morena (anguila) y ponerla a secar para luego ahumarla y preparar el salpicón o revoltillo con sus carnes.

En cuanto a los dulces, la señora María de Jesús, iniciaba la preparación de su plato «Dulce de Plátano» desde días anteriores. Una especialidad que salía de sus manos, y demoraba casi una semana a fuego lento tratando de encontrarle el punto exacto al sabor.

Tenía mucha fama el «Dulce de Plátano» de la gran matrona, de igual manera el salpicón o revoltillo del macabí, (pues por tener muchas espinas el pez, el plato debía ser tratado con mucho cuidado). María lo ahumaba o asaba al carbón o a fuego lento, luego lo espulgaba para separar la carne de las espinas. Aquel salpicón, como todas las comidas que salían de sus manos, tenía la sabrosura de un manjar.

A Ella se le podía considerar como la «Reina del Arroz de Cangrejo». Ahora, en Semana Santa, mostraba con mucho orgullo el «Arroz de Frijol» y el «Salpicón de Macabí», algunas veces hacía «Salpicón de Raya».

Había una comida, una especie de ajiaco preparado con bagre, ñame, plátano, yuca, que quedaba grumoso, con mucha sabrosura.

Una comida especial era su famosa ensalada, preparada con zanahoria, remolacha, tomate, aguacate, lechuga y pepino. Quedaba de variados colores, por la participación de la zanahoria y la remolacha. En algunas casas la preparaban con vinagre de plátano maduro, ají picante y pedacitos de tomate, llamado «Encurtido», era muy picante.

En esa Semana, se oficiaban juegos de mesa, especialmente de cartas y dominó, era muy común el Juego de la Lotería, con noventa números en fichas y cartones donde se anotaban los números, una especie de bingo.

Se cocinaba hasta la mañana del viernes, la tarde era para comer y jugar, hasta el sábado donde se hacía un gran sancocho, se rompía la olla, y se hacía el baile del Sábado de Gloria.

 

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

Contra la Cultura

EL HERODES EN PERSECUCIÓN
DE LOS ARTISTAS URBANOS
 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Aquí, en la noble ciudad Cartagena de Indias, cantada y loada por poetas y artistas, en todas las manifestaciones culturales, se ha establecido una especie de «Persecución» contra los artistas urbanos que se ubican en Parques, Plazas y Andenes, sin perjuicio para los transeúntes, porque más bien ellos están haciéndole un gran favor a la Cultura cartagenera.

¿Quién es entonces el Herodes que está en contra de los artistas urbanos?

¿Acaso no se han enterado de que en las Plazas de ciudades, como Roma, Lima, París, y, otras, las podemos apreciar colmadas de artistas, caricaturistas, pintores, orfebres y malabaristas que conforman un gran número de cultores urbanos?

¿Quién anda detrás de tal persecución?

Cartagena de Indias es una ciudad abierta a la Cultura. Su Historia está colmada de infinidades de manifestaciones con que el hombre expresa al mundo lo bello del Arte. La formación cultural en la ciudad es un crisol entretejido por la participación de muchas etnias a lo largo de muchas generaciones. Por lo cual, es un contrasentido perseguir a los artistas urbanos por lo que ellos representan.

Hacemos un llamado al Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, en bien de los artistas que están siendo maltratados. No podemos permitir que este abuso se esté presentando en la ciudad, como es el caso de la señora Segovia y otros compañeros.

Por una Cultura cartagenera reclamamos a una sola voz en defensa de los artistas urbanos. Ellos representan la memoria histórica de los pueblos para no sucumbir a la extinción y al olvido.

 

 

viernes, 8 de marzo de 2024

Todo Ocurrió en Marzo

«DÍA UNIVERSAL DE LA MUJER»


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Antes de los «idus» de marzo nos encontrábamos con los diez primeros días, donde me enfrentaba a hechos que se constituirían en una «Fiesta de Casualidades». 
En esos días, se daría el nacimiento de nuestro primer hijo, habría mucha alegría en nuestros corazones, y más tarde nos enteraríamos de que el cielo literario de Colombia también se iluminaría con una estrella que irradiaría el mundo, (con las narraciones de Gabriel García Márquez), que igualarían a las ya contadas por don Miguel de Cervantes Saavedra. Desde aquel momento, el gran escritor de Aracataca se tornaría en el Adalid de cuentos y crónicas de los que se iniciaban por los difíciles senderos de la Literatura. Es un hecho ya reconocido, sin caer en alguna estúpida lambonería. El mundo académico reconoció a Gabo como el máximo escritor colombiano. Por este hecho no debemos anteponer cualidades de temperamento al escritor.

Continúo mirando cómo se presentan los primeros días del mes de marzo, correspondiente al Dios Mítico: Martes. Nos encontramos con muchos intelectuales de la Literatura mundial, que vieron por primera vez la luz en los primeros días de marzo. Entre ellos: Ralph Ellison, nació un primero de marzo, gran novelista y crítico literario. «El Hombre Invisible» es una de sus obras capitales. El Dr. Seuss, vino al mundo un dos de marzo, entre sus libros más notables tenemos: «El Gato en el Sombrero». El mismo dos de marzo nace John Irving, gran novelista y guionista estadounidense. Hago referencia hasta el 9 de marzo, tan solo para señalar un gran acontecimiento donde el mundo, representado por la Organización de las Naciones Unidas, se acoge a uno de esos días, arriba citados, para rendirle los máximos honores a las gestoras del mundo: En el 1977 se escoge el 8 de marzo como el «Día Universal de la Mujer».



domingo, 20 de agosto de 2023

Dra. Jacqueline Perea

«UNA MUJER CON PANTALONES»
ABIERTA AL DIÁLOGO Y AL CONSENSO

 

Por Gilberto García Mercado


No deben los electores dejarse fascinar por el despliegue ostentoso y rimbombante de algunas campañas de candidatos a la Alcaldía de Cartagena. No debemos caer en el cuento de la gente que aglutina, de las grandes sumas de dinero que se mueven en publicidad, gorras y camisetas con el logo y el perfil del candidato, transporte y demás, porque detrás de esa ostentosidad pudiera refugiarse «un lobo con piel de oveja». A los cartageneros les debe quedar bien en claro que aprendimos la lección. Teníamos las esperanzas puestas en el señor Dau Chamatt, en una Administración que reivindicaría principalmente a las zonas marginadas, aquellas que los candidatos visitan solo en época prelectoral, y las esperanzas se diluyeron dejando a una urbe, sucia, inoperante, y, con un burgomaestre obstinado en cazar peleas con el Concejo, menos en gobernar una ciudad que en el exterior es la carta de presentación de Colombia para el mundo, por su bahía, sus playas y lo atractivo de sus zonas turísticas.

Es indudable que, con la presente Administración, la ciudad retrocedió 20 años. Toca volver a elegir con mesura para que no se nos vaya a infiltrar otro Dau Chamatt, con piel de oveja. La ciudad no lo resistiría. Por eso, los ciudadanos sobre los cuales cae la responsabilidad de elegir al próximo alcalde, debemos ser cuidadosos a la hora de elegir progreso y desarrollo para nuestras familias. No debemos dejarnos seducir por lo atractivo que a través de las redes sociales pudiera resultar el despliegue de los candidatos en la contienda. Hay que votar por un candidato que se abandere de las problemáticas que están afectando a la población. Necesitamos, además de un alcalde, de un ciudadano que le duela la ciudad, que la defienda en las instancias nacionales e internacionales. Que escuche a sus electores para poder acometer planes de acción en consenso con la comunidad. Si no se actúa así, seguiremos viendo polos de desarrollo en Barranquilla, Medellín y Bogotá, y rezago económico y social en una urbe que merece mejores derroteros en todos sus ámbitos.

En casi 40 años de estar viviendo en Cartagena, he visto cómo se posponen Proyectos de gran envergadura, como la canalización de caños y lagunas, el Parque del Caribe, la estación de metro cable que uniría el Cerro de La Popa con otros sectores de Cartagena. En fin, ¿será que a la dirigencia local le quedan grande estos tipos de proyectos? La ciudad se nos creció desde hace años, no es la parroquia o aldea que antaño conocimos. Hay que repensar en grande a la urbe con soluciones para una comunidad que crece día a día.

Por eso, de cómo elijamos depende el futuro de nuestros hijos, de nuestra generación. De los actuales candidatos a ocupar el Palacio de la Proclamación me llama poderosamente la atención las ideas que viene pregonando la Dra. Jacqueline Perea, «una mujer con pantalones», como ella misma se proclama, no solo por ser mujer, sino, porque desde hace años viene preparándose para administrar una ciudad que ha sido el reducto de clanes familiares dueños del poder político en la urbe. Creo que a la Dra. Jacqueline Perea debe brindársele la oportunidad de gobernar a Cartagena. Que haga algo por la Cultura, que a los escritores se les publiquen sus textos sin tener que emigrar a ciudades como Bogotá y Medellín, porque en palabras de los políticos, «la Cultura no pone votos», y, por eso, tal indiferencia para con la creación y el arte.

Este debe ser el momento para romper las cadenas de la iniquidad, de la desigualdad social, Dumek Turbay representa el continuismo, un eslabón de la cadena o reducto de los clanes familiares que han gobernado a la ciudad por años. García Tirado representa el populismo, una forma de llegar a los sectores marginados con subsidios y programas, utopías que en dicción suenan muy bonitas, pero que en el tiempo han demostrado en la práctica su fracaso y deterioro.

La alcaldía no debe ser un organismo de alquiler, ni fruto de pactos y componendas por debajo de la mesa esperando el turno para llegar a ella. El pueblo con su voto debe ejercer concienzudo ese cambio para depurar nuestras políticas públicas. En contraste, con Dau Chamatt, quien se presenta terco y obstinado, su principal opositor, la Dra. Jacqueline Perea, se presenta como abierta al diálogo y al consenso con la comunidad.

Pueblo cartagenero es la hora de brindarle la Administración de la ciudad a «una mujer con pantalones». No hay de otra.

martes, 4 de julio de 2023

#historiasdeverano

«EN VERANO CAMILA VINO, EN VERANO CAMILA DESAPARECIÓ»

Por Gilberto García Mercado


Roberto vino a conocer el mar. En el álbum de fotos él está al lado de una joven rubia. Ella tiene un sombrero negro con alas rojas, y su sonrisa refleja un entusiasmo desmedido. También Roberto sonríe al lado de la chiquilla. Mientras en el horizonte un destello de luz anuncia la consolidación de agosto, un Roberto ahora envejecido va pasando las páginas del álbum de fotos, y, por 1980, todas las hojas referentes a ese año tienen la fotografía de la rubia sonriente. Recuerda que ese verano, Camila y el mar le salvaron la vida, sorteando todo tipo de escaramuzas y triquiñuelas propiciadas por la muerte. A punto había estado de verter un frasco de somníferos en su boca, al descubrir que Verónica, su novia, lo engañaba con Sergio, su mejor amigo. Fue entonces cuando el anhelado deseo de conocer el mar se constituyó en una fuerza imperante. O en el canal de salvación a través del cual le pudo encontrar un sentido a la vida. Se detuvo en seco, cuestionando una y otra vez el acto sacrílego y cobarde de llevar la muerte a la boca en forma de somníferos. «Qué estupidez», se dijo, «Verónica no merece que muera por ella». Y se dejó seducir por aquel mar en calma y la melodía sutil, delicada, y proveniente, quizás, de alguna región celestial que desarmaba en los cuerpos toda arrogancia, obstinación y amargura. 
La familia llevaba postergando la visita al mar, cinco largos años. Como si estuviera signado por la fatalidad, el viaje se posponía con una facilidad increíble, justo cuando ya se habían reservado los cupos en la empresa de aviación y una semana en el hotel, con todos los gastos pagos con antelación. Lo más curioso era que Papá Manuel constantemente repetía, con ironía, el estribillo, «este año por fin Roberto conocerá el mar… este año por fin Roberto conocerá el mar…», y como si fuera un sortilegio, todos los planes, de repente e inexplicablemente, se desbarataban. 
Pero lo cierto es que Camila se cruzó en su vida en aquel verano de su juventud. Él tenía diecisiete años y ella aún no cumplía los catorce. El mar y la muchacha le reclamaron a la muerte por la irregular seducción que ella manifestara por la vida de Roberto. Al principio, la joven se le apareció desde alguna dimensión desconocida, como si descendiera por una cuerda de un vasto firmamento, envuelta en un resplandor fosforescente, ataviada con una indumentaria de telas finas, jamás vistas en los grandes almacenes de moda ni confeccionada por sastre alguno. 
No supo si Papá Manuel y Mamá Adelaida tuvieron conocimiento del extraño resplandor que vino desde el horizonte infinito, desde algún lugar desconocido, y vertió la sonrisa de Camila sobre la humanidad de Roberto, con el propósito específico de que la muerte huyera de los caminos del muchacho, que por fin, contra vientos y obstáculos y todo tipo de impedimentos lograba conquistar el mar. 
Las escenas del encuentro con la rubia lo marcarían para siempre. La silueta de la bellísima Camila de paseo por la playa no ha logrado olvidarla siquiera un minuto. Aquella semana de ensoñación pasó entre las carcajadas de Camila, y un noviazgo que solo duró los siete días en que los padres de Roberto lo llevaron a conocer el mar. 
Han pasado más de cuarenta años y aun Roberto busca cada verano la imagen de la rubia en algún lugar de la playa. El viento fugitivo no trae alguna noticia de la mujer. Que le diga si por casualidad la vio en alguna parte de su solitaria travesía. Bajo la carpa en donde contempla el horizonte infinito, más allá, se alza la figura de Camila como si renaciera desde las luces reverberantes de un hechizo. Él, entonces, utiliza sus prismáticos para ver en la distancia. Cuando por fin cree aterrizar en la figura anhelada, una corriente de aire caliente golpea sus mejillas. 
«¿Estás dormido?», le pregunta Clara, su mujer, «Creo que soñabas, amor». 
No ha sido fácil soportar una vida así. Los padres que no se pierden una visita a la ciudad son los que creen adivinar en el semblante de Roberto su callada obstinación y sufrimiento, la concentración de la mirada en un punto fijo en el horizonte y la maniaca conducta de pararse de la butaca ruidosamente cuando cree que ha visto a Camila en la distancia. 
—Otra vez nuestro padre con los jodidos prismáticos—al unísono alcanza a escuchar Roberto, a sus hijas, Rosaura y Janeth—¿Hasta cuándo seguirá con esa conducta? 
Cada año, de regreso a los hogares, Roberto deja que sus hijas conduzcan el vehículo por las escarpadas montañas, sumiéndose en reflexiones, frunce el ceño mientras habla consigo mismo. 
—Abuelos, ¿por qué mi padre hace este viaje todos los veranos y no dice nada? Es como si estuviera ausente—preguntan al unísono Rosaura y Janeth—¿Es alguna especie de trauma de la juventud? 
Atrás ha quedado la urbe repleta de bulliciosos encuentros. Los cuerpos agotados en el vehículo duermen. Janeth conduce el vehículo entonando una melodía de Julio Iglesias. Roberto, entre tanto, finge dormir. Las sombras de la noche poco a poco irrumpen sobre los senderos, el vehículo brama en la medida que va ascendiendo por la cúspide. Otro año sin saber de Camila. La vida es complicada, no se ha cometido ningún delito, pero esa forma de vivir para Roberto es como si estuviera cumpliendo una larga condena en la cárcel. Su vida es una grande y total hipocresía. Tiene un hogar que no ama. Sin embargo, le ha tocado adaptarse al absurdo escenario. A veces eleva una plegaria al Altísimo, ha llegado a contemplarse en otra dimensión, está de acuerdo con la idea loca de dejar esta vida para reencarnar en el alucinante universo de Camila, su amor de juventud que se extinguió justo cuando sus padres lo llevaron en verano a conocer el mar.

sábado, 17 de junio de 2023

De Versos y Poemas

 NOVEDAD LITERARIA

A los seguidores de nuestra página les informamos que nuestro editor general acaba de publicar, en Amazon, «MÁS ALLÁ DE LOS PRECIPICIOS HABITAN LOS CADÁVERES», un poemario que recoge la geografía que rodea al poeta, en comunión con sus miedos y angustias, el amor y el desamor, la presencia de una Divinidad que fija y dirime los parámetros por los que han de transitar sus versos.

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USD $ 5.00 Formato Impreso.USD $ 2.00 Formato Ebook

sábado, 10 de junio de 2023

Trabajo En Remoto

De Canalizar Visitas a Una Web

 

Por Gilberto García Mercado


En este Siglo del Internet ya es costumbre ver a la gente en todo tiempo y lugar conectados a la red, bien sea con un familiar, amigo o compañero de trabajo. Hasta el punto que, la frase, «Quien no está conectado a la Red, está muerto, no existe», ha hecho carrera entre los cibernautas convirtiéndose en algún mandamiento de algún dios Profano.

No obstante, lo cierto es que el Internet llegó para quedarse, no solo por facilitar las acciones del ser humano, sino porque la humanidad alrededor del mundo se halla comunicada de forma virtual a través de las redes.

Hoy todo se mueve a través de «los famosos clics», y lo más importante es que se hace de una forma barata y masificada, es decir, el público receptor recibe al instante la información, periódicos, bancos, emisoras de radios, toda la información muestra gran despliegue viralizándose por la internet.

Negocio que se respete tendrá su sitio en la red.

Es por eso, que surfeando en la red hemos dado con el sitio Everve.net. Una Empresa que además de permitirte llevar trafico hasta tu web, también te permite ganar dinero con tus referidos.

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domingo, 7 de mayo de 2023

Nuevo Poemario

EL DOLOR DEL AMOR EN LA POESÍA
DE GILBERTO GARCÍA MERCADO


Por Álvaro Escobar

 

Me llegó desde Cartagena el libro de poemas «Viacrucis Para El Amor», del escritor y periodista magdalenense, Gilberto García Mercado. En el texto el autor entrega bellos versos donde el amor muestra la faceta placentera de la felicidad, pero también la del sufrimiento y la nostalgia que llega con las ausencias, el olvido, la sonrisa en una foto, y, la infidelidad, porque, aunque se tome distancia, el que amó siempre puede decir del ser amado como dice Gilberto en uno de sus poemas «y me queda también/palpitando en el tiempo/su voz que no se apaga».
 
Se siente el dolor del amor en la poesía de Gilberto, y ese dolor se expresa en las variadas interrogaciones que exponen los poemas, como las siguientes que tomo de diferentes poemas del libro: «¿Por dónde andas mujer de miel y azúcar»?, «¿Dónde se halla el camino que me lleve a ti?», «¿Cómo hago para mitigar los cielos salpicados de lágrimas?» , «Dime, Dios, ¿qué hago ante su ausencia?». 
Y es que también por la frecuencia con la que se recurre a la enunciación de Dios en varios de los poemas, se advierte que el escritor-poeta es un hombre temeroso y creyente de Él: «y los quejidos de un Dios que llora por mi», «Más allá de vuestra semejanza con Dios/estoy donde quieras que estés», «He tendido agradecido una mano a Dios”, pero, dolido por los vacíos del amor, débil y errático como todo humano, el poeta se atreve incluso a retarlo, y dubita también: «por ti podía perder una mano/mentirle a Dios con tal que te absolvieran de la culpa”/« Incluso si Dios interviene sé que me perdonará».«He tendido una mano a Dios/entre cierta rebeldía y pesimismo». 
La poesía presentada en «Viacrucis Para El Amor» es profundamente romántica, dolorosa y espiritual, expuesta con claridad constructiva y un excelente trato del idioma español del que también se puede aprender.

Gilberto García nació en Fundación y le han publicado cuentos en los diarios El Universal, El Heraldo y El Informador. En el año 2013 publicó la novela «Todas las Flores Son Pocas Para Sandra», Editorial Unitec PC, y actualmente dirige la revista La Calvaria Literatura. 
Recomiendo leer «Viacrucis Para El Amor y Otros Poemas». Contacto para compra del libro: celular 3225780561. o en el link:

Álvaro Escobar


 


viernes, 5 de mayo de 2023

En Mayo

HABLAR CON LAS MADRES DEBE
SER UN ACTO DIARIO Y SOLEMNE

 

Por Gilberto Garcia Mercado



Dedicarles algunas palabras gratas a las madres, debiera ser un episodio diario. Porque, ellas, no fijan fronteras ni límites cuando de hablar con sus hijos se trata. En mi caso, bien particular, me quedo con la imagen de la abuela, sentada en el traspatio de su casa en Fundación, con su pelo largo y blanco, fiel testigo de sus ochenta y nueve años, sin decir una palabra mala, desde que tengo uso de razón.

Primero fue mi abuela, luego mi madre y, las enseñanzas de las dos mujeres, me han servido para poder andar tranquilo por la vida, sin desviarme ni a derecha ni a izquierda, siempre por el camino recto, el buen sendero que ellas me enseñaron a transitar.

Madre solo hay una, aunque en mi caso, existían dos: la abuela que me llevaba de la mano a la iglesia, allá en mi pueblo de adolescencia, y mi madre de toda la vida que, sin grandes estudios ni linajes forjó todo lo que soy.

Las madres son unas criaturas amorosas y sensitivas. Creo que cada hijo llega a conocerlas a la perfección. No obstante, ellas adivinan nuestros estados de ánimo. Saben cuándo estamos tristes, enfermos o tropezamos con alguien en esta vida de inconformismos. Es más, nos enseñan, como dice Jesús de Nazaret, a poner la otra mejilla. Tienen la facultad de, en un instante, pasar del llanto a la alegría con una facilidad increíble. Son abnegadas, porque todo lo sufren, todo lo soportan, para ellas somos sus príncipes, siempre nos guardan una ración de sus alimentos en casa.

Y aún en los periodos más difíciles, ellas hallarán una forma increíble de llevar los panes a la casa. Por todo lo anterior, hablar con ellas debe ser un acto diario y solemne. Para el buen hijo, ellas estarán ahí a pesar del naufragio, sus facetas, su papel en nuestras vidas las llevarán al sacrificio, a la renuncia a veces de un destino rico y promisorio con tal de tener a su hijo en casa. No concibo a nadie comportándose de mala manera con su progenitora. Porque a Dios le debemos la vida, y a nuestra madre el llevarnos nueve meses y una semana en su vientre.

Jamás hallaremos un ser tan excepcional como la madre. Comprensiva, ella nos cuida como el mayor de sus tesoros. Es una bendición tener a nuestra madre viva. Quienes la tenemos en una edad avanzada, somos testigos del lento discurrir de los años sobre una humanidad que se vuelve triste, la vemos envejecer aterrados de que va perdiendo sus facultades. Ya no tiene la agilidad de los años de juventud, ahora todo lo hace lento. La acompañamos en esa transición reconociendo que, a pesar de la vejez, sigue siendo nuestra madre. La mujer más bella y excepcional sobre la tierra.

En este, su día, bien vale la pena elevar un clamor al Todopoderoso por todas las madres del mundo. Porque, para ellas somos sus hijos e hijas amados, fruto de años en que aprendimos a caminar, a decirle, «buenos días mamá», a enfrentar nuestros miedos sostenidos de la mano rumbo hacia el duro y portentoso camino de la vida. ¡Qué vivan todas las madres del mundo!

domingo, 23 de abril de 2023

Adiós a un Gran Amigo

«JOSÉ MIGUEL CORPAS: BEISBOLISTA E INTELECTUAL»


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

Jose Miguel Corpas, Falleció en Medellín
Fue un cartagenero que se crió con los triunfos del béisbol, porque su padre también fue beisbolista. Allí, en los campos de Santa Rita, José bateó las primeras bolas, combinando su destreza con los estudios, en el legendario plantel del Liceo de la Costa, dirigido por el Licenciado Fernán Caballero Vives, amante del béisbol.

Corpas se graduó en la gran promoción del Liceo de Bolívar de 1962. En el viejo edificio, donde funcionara el Cuartel del Fijo, en los tiempos de la Colonia. Con él viajaron a Medellín, a la Universidad de Antioquia, Andrés González y Ángel Pérez, ambos egresados del Liceo de la Costa.

Del Liceo de Bolívar, lo acompañaron Jairo Solano, Luis García, los hermanos Batista, Leopoldo López, Jorge Arrieta, Hugo Leal Rojas, José Luján, Jorge Sepúlveda, Grimaldo Olea (y un año después, lo mismo que Salvador Gómez), Benjamín Castillo, Arnulfo Gaviria, Oswaldo Tenorio y Abel Guzmán. Todos, compañeros en Cartagena de Indias, constituían la entusiasta fanaticada del magnífico beisbolista brotado de los campos deportivos de la noble ciudad.

A Corpas lo vamos a recordar, como el gran amigo que siempre vivió y alegró nuestras vidas. Participó en el VII Campeonato mundial de Béisbol. Fue Campeón con La Selección Colombia de 1965. Participó en el IV Campeonato Centroamericano de Béisbol y en el VI Campeonato Bolivariano.

Cartagena de Indias rinde honores al gran deportista e intelectual José Miguel Corpas. El barrio El Cabrero, donde vivieron sus antepasados, manifiesta su sentido pésame y ruega por su descanso en la Paz de Nuestro Señor.


domingo, 16 de abril de 2023

Narrativa Heroica

EL ÚNICO GALLINAZO- ZOPILOTE- GALLO –PAVO, DE CHAMBACÚ

«Esta historieta con características de cuento fue descubierta por
Douglas Alberto, nieto de Nausícrates y sobrino de Lucho Pérez C»

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 

 

En Rincón Guapo, al final de la calle del Mondongo, en Chambacú, vivía la señora María Carriazo, junto con otras señoras, que conocían la forma de quitar la fiebre con secretos y baños de hojas de matarratón.

María Carriazo crió un gallinazo que alimentó con maíz. Lo había tomado desde muy pequeño, el animal creció con un porte que llamaba la atención de todos los moradores de la calle. La señora Ángela vaticinaba que ese animal estaba destinado a asombrar a los del barrio.

Una mañana en que amanecieron cantando las aves, el gallinazo, a poca distancia de la gallina de pintas grises con piscas rojas, dormía. No obstante, se fue acercando a la polluela de pintas alegres y se la encaramó. Aquello produjo un poco de conmoción, algunas señoras buscaron el agua bendita que había sobrado de los bautizos realizados por el padre Julián, el jueves de la Semana Santa pasada, para bañar a la gallina.

Pasaron varios días y llegó el momento en que la gallina pondría el huevo fecundado por el gallinazo.

La señora María notó la desesperación del ave, reflejaba cierta agonía, lo cual la motivó para solicitar la asistencia de Juana Púa, experta en cuestiones de parto y que hacía las veces de comadrona; la mujer acudió de inmediato, cuando le contaron que se trataba de la gallina encaramada por el gallinazo. Puso boca arriba al ave y comenzó a sobarle el abdomen acompañando sus movimientos con un rezo plagado de latinajos. Los mismos que aplicaba a las parturientas cuando traían las criaturas atravesadas a la vida. El huevo venía de lado y debía enderezarlo para que pudiera salir, lo cual al final se logró. El huevo era más grande que los obtenidos del cruce de gallina con gallo. Aquello causó tal admiración, que los vecinos solicitaron a María exponerlo en la puerta, para que los niños vieran la grandeza del huevo, hijo del Zopilote -Gallinazo, como lo llamaba el padre de Lucho Pérez, el señor Nausícrates.

Todos los vecinos se dieron a la tarea de buscar una gallina que estuviera clueca para ponerle el huevo y que lo encubara. No pudieron encontrar una gallina clueca. Sólo apareció la señora Dolores con una pava en condiciones de encubar el huevo. María aceptó ponerle el huevo a la pava. A los veintitrés días, el polluelo se asomó en la cáscara del huevo, la pava ayudó a salir al pequeño, con una estatura casi semejante a la de un gallo mediano. A la semana, el animal mostraba algunas características muy llamativas, su cabeza era de gallinazo, su estructura corporal de un pavo, y sus patas estaban armadas con grandes espuelas, lo cual entusiasmó al señor Máximo, quien aspiraba a formarlo como un gallo de pelea, pero el señor Nausícrates tajante se lo impidió.

El Zopilote-pavo -gallo, como lo llamaban, fue presentado en el Teatro Variedades, antes de iniciar la vespertina del domingo, ese día presentaban: «El Gallo Giro». Hubo mucho estruendo y revuelo, pues «El Cruzado», como lo apodaban algunos, cantó con la melodía de la dulzaina de Julián Machado.
Máximo pensó montar espectáculos, donde pudiera cobrar y alzarse con algún dinero, pero María no aceptó, en vez de eso, guardó su zopilote-gallo- pavo para que sólo le cantara a ella y a sus nietos, ante la presencia del padre gallinazo que ya estaba viejo y había que molerle el maíz para que pudiera comer.

Al morir el Padre Gallinazo, lo celebraron con un Lumbalú y un bullerengue que compuso «Estrellita», el marido de Lola Pea.


 






















Cacique Erizaka:

 «HAY QUE MANTENER LA PAZ EN TODO TIEMPO»

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes 

                                        


El cacique Erizaka era de considerable estatura y muy diestro en el manejo de la lanza. Armado con ella podía enfrentarse a cualquier fiera, no por esto, hacía alarde de su valentía.

En la tribu, era de mucha estimación el Concejo de Ancianos, y el cacique mostraba gran respeto y admiración por sus miembros. Sus grandes decisiones, siempre las consultaba con ellos. El Cabildo estaba constituido por siete ancianos, los de mayor edad en la estirpe.

Su tribu habitaba una de las islas cercanas a las costas de Venezuela, muy cerca de Trinidad y Tobago. Los súbditos del Cacique, se dedicaban a la pesca y al comercio de las perlas. Actividad de gran valor, pues se comerciaba con otros pueblos. Algunos con los que se hallaban asentados en las costas colombianas. El comercio estaba fundamentado en el intercambio de productos, era frecuente realizarlo con los pueblos del norte.

El Cacique Erizaka, creía en la comunicación que se obtenía a través del «Cinedendron», (con el empleo del árbol del Boabab). Información empleada por el anciano «Sofialú». Erizaka había logrado tener conocimiento sobre lo que podría ocurrir en un futuro muy lejano. Porque, el anciano «Sofialú», manifestaba: «Vendrán de otras partes, forasteros tratando de arrasar con nuestros hermanos. Atraídos por la tierra que brilla y por lo que usamos como adorno en nuestros cuerpos».

Erizaka no dejaba de prepararse para una posible guerra con los hombres de armaduras de hierro y lanzas de trueno. A pesar de estar muy lejano para que se concretara su sueño. Su pueblo fue el primero en organizar, el primer campeonato de «tiro al punto». En esta competencia, participaron la mayoría de las islas de las Antillas. La tribu de Erizaka fue la ganadora. Por este triunfo fue que el cacique se atrevió a organizar un viaje hacia el interior de Abya-yala. Llegando a los inicios de la cordillera occidental de los Andes. Deteniéndolo solo el clima inclemente. Luego retornó a la isla, donde vivió por muchos años, conversando con el Concejo de Ancianos sobre la importancia de mantener la paz en todo tiempo.


 


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