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martes, 24 de enero de 2023

#PoemasdeDesamor

 

AUSENCIAS


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Lo Bueno de la Red

 ¡DIEZ OBRAS DE ANNIE ERNAUX SIN SALIR DE CASA¡

Por Gilberto García M


Abajo el libro de papel! ¡Abajo el libro de papel!", pareciera escucharse en las principales capitales del mundo. Y es que, con el advenimiento de la Era de la Internet, ya la Generación de la Aldea Global va sepultando a una generación "obsoleta" que tristemente contempla cómo se acaba el libro de papel.

Al principio vimos cómo se fueron reduciendo los puestos de los voceadores de periódicos, y ya nadie se sentaba en el parque, o entraba a una tertulia de escritores con el olor recién impreso de los periódicos debajo del brazo.

La nueva tecnología ha arrasado con algunos individuos que tuvieron que retirarse a rumiar su dolor por la apabullante tecnología. El Señor Simón, por ejemplo, quien siempre había vivido de sus fotografías sobre todo las de las Primeras Comuniones, murió de tristeza porque ya nadie solicitaba sus servicios. El pobre tipo se durmió en la poltrona y despertó en el más allá de los libros.

En cambio, esta "Generación de los Pilas", que desde que nacen ya vienen manipulando computadores, tables y celulares, como si hubieran aprendido tal habilidad desde el vientre de la madre, son los nuevos adalides en las empresas.

Hoy, los que sobreviven de la vieja generación, aquella que gozaba con el grito: "¡Extra, extra, Bomba sobre Hiroshima! ¡Compre su periódico, extra!", han ido, resignados, dejando que la tecnología los aprisione, los relegue a un cuarto de san alejo, quizás a morir de tristeza.

Ya nadie se acuerda de los discos compactos, ya nadie celebra un cumpleaños sin que se lo recuerde facebook, con antelación, convocando a toda la red para que lo feliciten.

¡Ah, y si de los libros se trata y de sus despliegues! En el celu puedo cargar hasta mil libros sin que se note volumen alguno. Por ejemplo, ahora con la muerte del escritor Javier Marías, quién va a pensar que en la tablet yo lleve su obra cumbre "Corazón Tan Blanco", que me la leí de un tirón, un Fin de Semana en la finca. Y que ya me estoy leyendo "Mañana en la Batalla Piensa en mí". O que haya adquirido las obras capitales de la actual Premio Nobel de Literatura, Annie Ernaux. Es que estoy como un niño cuando en Navidad le regalan una bici nueva. ¡Diez obras de Annie Ernaux sin salir de casa y sin gastar un dineral en ello! ¡Qué viva entonces la Literatura! ¡Qué viva el internet!

Las obras "Los Armarios Vacíos", "La mujer Helada", "Una mujer", "No he Salido de mi noche", de Annie Ernaux, esperan por mí. Sé que en estas vacaciones me voy a deleitar con el aroma de los libros. Aunque no sienta el olor a papel. Ni goce estrechándolo contra mí, sé que el libro no ha muerto. Aun en mis setenta años enfrentados a la difusión digital toca reconocer que el ser humano se renueva. Una nueva generación está dispuesta a gozarse estos sentires como se gozaron en la época de Cristo los pergaminos de la Biblia.


sábado, 21 de enero de 2023

Persiste Tendencia Colonialista

LA NOSTALGIA Y EL SUEÑO DE CIUDAD JAIBA

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 

Aquella ciudad estaba ubicada en la esquina superior del Continente Abyayala, y había sido conquistada por «el buscador de oro», Don Pedro, quien había arribado a las costas de la ciudad en grandes Naos, que causaron gran espanto a los nativos de Ciudad Jaiba, sometidos y obligados a servir a Don Pedro, quien desde su llegada había iniciado permanente acoso sobre el oro que los nativos llevaban como adorno. El conquistador se servía de un traductor que había encontrado en las Antillas. Acompañado siempre de un sacerdote, que esgrimía en sus manos una biblia, a través del traductor explicaba a los aborígenes las bondades y prodigios del noble libro. Los aborígenes quedaban asombrados por la grandiosidad del poder manifiesto en los textos, que podían determinar el destino de los fenómenos brotados de la naturaleza.

Don Pedro inició la transformación de las habitaciones de los aborígenes. Trazó calles, de tal manera que todas confluían en una gran plaza, en cuyo centro se erigía una edificación majestuosa que él llamó «Nuestra Iglesia», a ella eran llevados los aborígenes para escuchar las pláticas del sacerdote, quien hacía énfasis y reiteración en la necesidad de aceptar al «Nuevo Dios», quien debía reemplazar a los de los aborígenes.

Don Pedro sometió a los indígenas obligándolos al trabajo en exceso. Esto, como no es de extrañar, produjo en ellos enfermedades graves como la tuberculosis. La suerte de los nativos mejoró un poco con la llegada de los «esclavizados» de África. Considerados como simples «especies», podían ser vendidos o canjeados por uno u otros objetos. La venta o subasta se realizaba en la plaza principal, donde eran expuestos desnudos al mejor postor. Con el tiempo, la plaza se hizo célebre por la venta de esclavos. Y por las negras africanas comerciando en todo tiempo diferentes variedades de Yerbas, siempre con la estricta vigilancia de sus amos. Por esta actividad, pronto el lugar pasó a llamarse «Plaza de la Hierba».

«Hoy, con mayor vergüenza, allí se erige la estatua de Don Pedro, con la mirada hacia el balcón donde se paraba el señor Badillo, venido de España a enjuiciar a Don Pedro por el robo a los dineros que este debía enviar a España»

La trata de esclavizados se incrementaría, llegarían grandes cargamentos de África, sin hacer alguna diferencia entre ellos, vendrían atados como animales, hasta el punto que muchos morirían en las travesías que se hacían en grandes embarcaciones.

En uno de aquellos cargamentos, llegaría alguien con alguna estirpe, pero sometido como todos los demás de sus paisanos. Era Benkos Biohó, quien comenzó a conversar con sus paisanos, clandestinamente, hasta llegar a organizar huidas hacia el interior montañoso, alejadas de Ciudad Jaiba. Cuando puso en juego su estrategia, partió hacia el campamento, estableciendo alrededor grandes empalizadas o «Palenques», cuyas estructuras resistirían los ataque fraguados por Don Pedro, desde Ciudad Jaiba. Cada día aumentaban las huidas de los “Cimarrones”, como se les empezó a llamar, desde entonces. El gobernador se acercó al Palenque enarbolando la bandera blanca de la Paz, para que, con los días, se le permitiera visitar la ciudad a Benkos Biohó.

Pasado determinado tiempo, se comprobó que la paz era tan solo una falsa estrategia de Don Pedro para asesinar al líder cimarrón.

Cierto día, cuando el negro entró a Ciudad Jaiba, lo apresaron y sacrificaron de inmediato. Desde aquel momento, la población entendió la traición contenida en las palabras del gobernador y sus secuaces. Las dobleces y malas acciones de los descendientes y paisanos del conquistador se tornaron insoportables. Un día se organizaron bajo la bandera de un líder llegado de una isla antillana, constituyeron ejército y se declararon República Independiente del Imperio Español. Muy a pesar de mostrarse como hombres libres, hasta el día de hoy no han podido eliminar la tendencia colonialista, tratando de querer gobernar con los ideales de «El Encomendero» o con la aplicación de gobiernos nepóticos, donde los hijos y nietos se hacen elegir gobernadores y presidentes.

Aún, Ciudad Jaiba, continúa pensando en un sistema de verdadera Democracia, sin discriminaciones de ninguna índole. Como debe ser.














 

 

 

 

 

 

 

 

Enigmas...

DILEMAS SIN SOLUCIÓN EN LA VIDA DEL HOMBRE
Por Gilberto García Mercado
Muy a pesar de que el hombre se ha educado y continúa educándose en universidades como Harvard, Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Universidad de Stanford, Universidad de California, Berkeley, Universidad de Oxford, Universidad de Washington, Seattle, Universidad de Columbia, Universidad de Cambridge, aún es mucho lo que se desconoce sobre algunos temas que por siglos han desvelado al hombre. 
En La Calvaria Literatura trasladamos a nuestros lectores 7 preguntas esenciales que el hombre, muy a pesar de sus conocimientos adquiridos en el Top de las Mejores Universidades del mundo, no ha podido responder. 
¿En qué universidad estudia o estudió el amable lector? 
Intenta responder las siguientes preguntas, susténtalas, con lo que creas sea pertinente para afianzar tu teoría. Si es posible, responde sobre los temas que creas dominar y que sean tu fuerte. 
1. ¿El universo es infinito?
2. ¿Dónde se localizan los inicios del ser humano?
3. ¿Existe vida en otros planetas?
4. ¿Qué hay tras la muerte?
5. ¿Cuál es el origen del universo?
6. ¿Qué podemos encontrar en el fondo del océano?
7. ¿Qué hay en el núcleo de la tierra?
¡Bienvenido tu comentario!

viernes, 20 de enero de 2023

Notas de Interés

Hola, ¿qué tal? SOY DON
«KAUTO», RECOMIENDA…

Conjuntamente en La Calvaria Literatura, desde hoy tendré la misión de recomendarles a los lectores notas de interés cuya aplicación contribuya a mejorar la vida y el entorno de los ciudadanos. Ofertas de empleos, oportunidades de trabajo desde casa, tareas virtuales, cursos, concursos, becas, etc., engrosarán las líneas de esta columna. 
Avezado lector del universo de las redes, me hallo predispuesto a todo lo que en ellas ocurra y se produzca. 
Hoy, estas líneas van dirigidas a escritores y periodistas, a estudiantes de periodismo y a blogueros, a los seguidores de las redes y aquellos que sienten alguna empatía con la escritura, con el mundo de la creación, y quieran ganar dinero y hacer de tales manifestaciones su fuente de empleo. 
PUBLISUITES es una empresa en donde puedes redactar textos, en donde tú fijas el precio del post, para distintos medios del mundo. Solo requiere que abras tu cuenta y alrededor de ella aglutines referidos que contribuirán a aumentar tus ganancias. Si eres escritor, periodista o estudiante, esta es la mejor manera de comenzar a ganar dinero desde la comodidad de tu casa. 
Si te gusta escribir, lee este texto hasta el final y asegúrate una plaza en PUBLISUITES. 
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Publisuites es un Marketplace de publicidad donde ponemos en contacto a anunciantes, que buscan promocionar su marca o la de sus clientes, con bloggers o editores. 
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Los encargos que te soliciten podrás verlos a través de la plataforma y además recibirás un email avisándote de que te puede interesar el encargo y aceptarlo o rechazarlo. (Te recomendamos que mires la bandeja de spam por si se queda algún email allí). 
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viernes, 13 de enero de 2023

Desde Las Escuelas

UNA TAREA PEDAGÓGICA PARA SALVAR A CARTAGENA

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Estamos iniciando el año escolar, y es el momento oportuno para comenzar a hacer una labor en bien de nuestra sociedad. El Maestro debe elaborar una encuesta, como tarea, que debe ser enviada a los padres de familia para que la respondan en unión con sus hijos.

La encuesta estará constituida por las siguientes preguntas:

1- ¿Por qué debes querer a tu ciudad?
2- ¿A dónde debes arrojar las basuras?
3- ¿Cómo deben ser las relaciones con tus vecinos?
4- Tú como hijo, ¿a qué aspiras convertirte cuando crezcas?

Esta encuesta debe ser revisada y estudiada, cada quince días o según criterio de cada director de escuela. Debe ser conocida por el Director en general, tanto de Primaria como de Secundaria.

Sería recomendable que la indagación fuera conocida por los diferentes Medios de Comunicación de la ciudad.

El Distrito, como el Departamento, deben estar enterados de lo que difunden nuestras estaciones de radio, para hacer énfasis en la labor educativa que se debe impartir.

La escuela debe ser el medio principal para transformar una sociedad. Pues con la educación se puede lograr de manera significativa disminuir el delito y la violencia.

Cartagena se ha caracterizado permanentemente por avivar la diatriba entre el Concejo y el Alcalde. Tanto es así que el común de la gente se pregunta: ¿Entonces para qué están el Concejo y el Alcalde?

El Maestro de una universidad o cualquier otra institución, está llamado a aportar las enseñanzas necesarias para formar «hombres-pensantes», con una correcta ética. Fundamentada en los valores humanos, donde no sea posible generar la corrupción.

Colombia desde hace décadas atraviesa una situación triste y lamentable relacionada con el comportamiento de sus habitantes y gobernantes. ¡Es hora ya de parar!


 






 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 3 de enero de 2023

Desolación

NOSTALGIAS POR FUNDACIÓN Y UN TIEMPO CUMPLIDO

Por Gilberto García Mercado


Un año más se nos ha ido, como se van las aguas precipicio abajo. Un año entre aciertos y desaciertos, pero, al fin y al cabo, con la satisfacción de estar vivos y recordando que nuestra existencia, es frágil, como una rama seca, que en el borde del camino cualquiera puede resquebrajar. Todo cabe en Diciembre y en Año Nuevo, has hecho una reflexión exhaustiva sobre algunos sucesos de juventud y descubres que le debes algunas visitas a ese pueblo que te vio nacer, que tus coterráneos han de estarte lanzando toda clase de epítetos, porque es inaudito que tengas más de 40 años que no lo visitas. «Ni que Fundación estuviera en otro Continente o en la China», me dirán algunos de mis pocos amigos que me recuerdan. Si tanta falta hace un lugar, hasta el punto que derramas lágrimas cuando te obligan a salir de él, ese dolor que parece no ceder ante el lento discurrir de los años, también va desplazando en el espíritu una indiferencia para con lo que una vez fue tu refugio y guarida en la adolescencia. Al principio, al ser obligado a emigrar hacia otras tierras por la violencia desatada por el Conflicto Armado, crees que vas a morir porque no volverás a ver a la novia que cada mañana se bañaba en el aljibe cuando iba para el Colegio. Sí, la silueta de ella me perturbaba, el viento retozando con su cabello en el frío de la madrugada, el amigo cómplice que entretenía a sus padres mientras yo hablaba con Lucero en la tienda de la esquina, cada maquinación del destino facilitaba la separación, el aislamiento interpuesto por unas fuerzas invisibles que ya sabrá el afectado a quién atribuirle sí a las injerencias de Dios o a las conductas de ese ser perverso que tiene muchos nombres, se mimetiza entre la gente, y que todos conocemos como Diablo.

Dejar todo atrás, enfrentarse a la desolación de la vida, es algo para lo que no estás preparado, y aún más si nunca has experimentado el dolor del desarraigo, la extirpación de las amistades, de aquellas zonas y lugares que constituían tus recintos. En estas fases del espíritu no te puedes morir, el alma como por instinto, confecciona mecanismos de defensa, algo se tiene que hacer para no sucumbir ante el dolor de los recuerdos. Al principio crees que la condena es perpetua, que arrastrar grilletes en los pies, como si estuvieras en la cárcel, se constituirá en simple costumbre o resignación. Es como jugarles con trampas a los fantasmas que vigilan tu condición, engañarlos para que se confíen y alguna tarde matarlos entre música de Rafael Orozco y Diomedes Díaz.

Pero ni lo uno ni lo otro justifican esos más de 40 años que no vas a Fundación. ¡Tierra caliente!, ¡tierra de oportunidades y jóvenes abriéndose caminos con la inocencia de una Lucero bañándose en el aljibe! Hoy, desde esta ventana del universo, los años me recuerdan intempestivamente, el tiempo cumplido, una juventud perdida entre ribetes artificiosos, acudiendo a una cantina para paliar el dolor de la soledad, atrapado en este cielo cartagenero que ha sido mi refugio desde siempre, en donde alguien en el autobús me cede amablemente el puesto como yo se lo cedí a alguien cuando también fui joven. Eso es lo que me queda. Si Fundación me da otra oportunidad y Lucero confluye conmigo otra vez en el aljibe.



 

lunes, 26 de diciembre de 2022

#cuentosdeNavidad

DETRÁS DE LAS COLINAS

 

Por Gilberto García Mercado



Detrás de las colinas, en un rincón del viejo trapiche, se hallaba el aljibe, cuyo brocal de porcelana hablaba muy bien del lugar. Por esa época, la población grande y ecuánime, no tenía ningún problema en pertenecer a alguno de los dos bandos: los que bebían el agua del acueducto y los que la ingerían del aljibe. En este último, se me forjó el alma de niño, se me abrieron los ojos y oídos y pronto entendí la necesidad que tiene el hombre de poder formar familia, vivir cada etapa de su vida, con un norte definido, pasar la transición de niño a adolescente, y fortalecerse en la madurez, con las metas bien claras para conseguir los objetivos propuestos: estudiar, trabajar, casarse, tener hijos y procrear a la especie.

En la familia, compuesta por tres varones y dos mujeres, yo era el mayor, y, por consiguiente, el que llevaba las riendas de la casa. No obstante, ser el mayor de mi linaje no era ningún problema, la verdadera dificultad recaía en mis pocos años, en las duras travesías que tuve que pasar para hacer honor a mi posición de ser el mayor de la familia. No era extraño, por ese entonces, ver mi enclenque y menuda figura entrando y saliendo, en todo momento de los bares, con un recipiente adherido al pecho, y tocándolo con un cuchillo todo el tiempo, anunciando que en el lugar se hallaban las mejores butifarras del pueblo.

Tampoco resultaba extraño que me vieran un sábado o domingo en los restaurantes, lustrando los zapatos de los comensales, de la gente que se reunía a disfrutar de una tarde de sábado o domingo bajo la atmósfera húmeda y fresca de la sierra. No era mucho el dinero que ofrecían por lustrar zapatos, pero era una de las formas de poder ser feliz y estudiar por las noches en un instituto del gobierno.

—Mauro, necesito que vayas al aljibe por agua—ordenaba mi madre con aquella actitud reticente, la misma que me complacía por el solo hecho de escucharla—No sea que vayas a llegar tarde a clases.

Las frases de mamá aún resuenan en mi cabeza. Recuerdo a papá marchar temprano por la mañana hacia la plaza de mercado, expendiendo en su local frutas y verduras con una sonrisa inconfundible que agradaba en gran manera a los clientes.

Hoy, de aquellos tiempos, solo quedan los suspiros, la resignación ante la muerte de mis padres, la dolorosa escapada hacia otros destinos, y el despliegue de ingenieros y empresas de construcción que irrumpieron sin contemplación alguna, convirtiendo el pueblo en un complejo urbanístico. Echaron abajo las colinas, no tuvieron contemplación alguna con el aljibe, al que sepultaron como si enterrándolo contribuyeran a poder paliar el alma contra el remordimiento y los prejuicios.

Derribaron la cisterna a la que acudía todas las mañanas, no solo por el agua, sino para ver a la adolescente que, recortada contra el brocal de porcelana, se echaba agua con un recipiente, produciendo en esa mañana de agosto, de un austero verano, un juego de luces en el que el sol proyectaba, más allá del aljibe, la imagen nítida y sorprendente de una adolescente que parecía la criatura más hermosa del planeta, cuando la blusa azul se adhería a su cuerpo dejando entrever la palpitación de unos senos firmes y redondos.

Camino disfrutando el aire del complejo urbanístico, sí un día fui atractivo y hacía volver la cabeza a jóvenes hermosas y entusiastas, hoy este cuerpo degradado por los años, endeble frente a la vejez, ni siquiera es notorio ante los recuerdos que salen al paso. Sí, no estoy solo, tengo esposa e hijos, acudo a esta ciudad que dejó de ser pueblo hace años, con el propósito de darle otra oportunidad a mi vida, para que, por fin, en esa otra dimensión de los recuerdos, pueda declarármele a la joven de senos firmes y redondos. No sé por dónde andará, no sé si aún vive, quisiera expresarle que ella forjó mi alma de niño, me abrió ojos y oídos y cuando la sorprendía bañándose a un lado del aljibe, era tal la satisfacción, que eso me ayudaba a proseguir el camino, por ella me hice hombre, por ella soporté la burla de borrachos y comensales, cuando muy niño ofrecía las mejores butifarras del pueblo y lustraba zapatos en los restaurantes los sábados y domingos.

 

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

Leer a Gilberto Garcia Mercado


LAS ALMAS VENCIDAS Y OTROS CUENTOS



        Lee la Narrativa de Gilberto Garcia Mercado. Adquiere su obra en el siguiente Link:            https://frescasnotas.blogspot.com/ "LAS ALMAS VENCIDAS Y OTROS CUENTOS".

 

De Las Aguas Servidas

«Y LOS MENSAJES EMITIDOS POR
PATÓGENOS MICROORGANISMOS»

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Son aguas contaminadas, viajeras, con mensajes emitidos por patógenos microorganismos, que pareciera que portaran un recado hacia las personas completamente desprovistas de defensas orgánicas. Las aguas se han hecho viral, invasoras de las calles, anidan en los huecos que rompen la lisura del pavimento. Ellas se comportan con grande atrevimiento, entran por las calles que van al Centro de la ciudad, y, allí, se detienen, emitiendo olores nauseabundos que causan gran escozor en las narices de los ciudadanos. Hay gran invasión de aguas residuales en la entrada de la Puerta de Santa Catalina, allí fluyen con la libertad brindada por el gobernante de turno, pareciera que ese líquido colmado de microorganismos se hubiese ganado el derecho a estar posesionado de las calles cantadas por el Tuerto López y poemizadas por Jorge Artel.

La urbe parece que hubiese pactado con un dios malo, tan solo para trocar las aguas limpias de los Cuerpos de Agua con las Residuales, anunciándose con la caída de los viejos balcones que no avisan su ruina al distraído peatón.

Ya las aguas residuales han superado su capacidad: el espacio que les corresponde en la red del vetusto Alcantarillado. Es alarmante cómo el caño de Juan Angola se ha tornado en lecho de aguas residuales, en donde los niños juegan inocentes con los agentes patógenos.

Las calles de Cartagena están invadidas por las aguas de alcantarillas, se ven tan alegres que a veces pareciera que se estuvieran burlando de los poemas del Tuerto López y Jorge Artel.


 

 

 

 

jueves, 22 de diciembre de 2022

Sin Dolientes

EL PARQUE APOLO,
UNA PARADOJA PARA EL CABRERO 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Parque es una palabra sinónimo de jardín, en él las plantas engalanan sus flores con la luz del sol invitándonos con una sonrisa a estrechar los símbolos de la amistad. Los Parques son campos radiantes, lugares que nos dejan atónitos, asombrados en lo increíble. Aquí, en El Cabrero, en la entrada, se encuentra el Parque Apolo, nombre alusivo al mítico Dios Apolo.

«Los griegos lo llamaban Febo, «El Resplandeciente». Un nombre muy apropiado para Apolo: además de dios de la luz solar y la música (inventó la flauta y tocaba la lira que le regaló Hermes), tenía los dones de predecir el futuro y curar y representaba el orden y la armonía del mundo».

Pero, el Parque Apolo de El Cabrero, se halla en absoluta oscuridad, no hace honor a su nombre, ni tampoco a la grandeza del hombre que vivió en su cercanía y le dio vida al lugar: el doctor Rafael Núñez Moledo, cuatro veces Presidente de Colombia. Su efigie permanece en las tinieblas. Los gobernantes de la ciudad, no han hecho lo necesario para darle luz al Parque Apolo, «Dios de la luz solar». Grandísima paradoja para la memoria de uno de los grandes políticos de la ciudad constituye su abandono y olvido.

El Parque Apolo se halla rodeado por la Casa Museo Rafael Núñez, donde hacen presentaciones musicales y se tiene la oportunidad de ver la estatua de Núñez con un poco de brillantez. (Cuando la sonrisa de los niños se toma el parque por invitación del Párroco de La Ermita, donde reposan los restos del gran Presidente cartagenero).

Juan V Magallanes
El Parque Apolo se está destruyendo por el salitre, por las aguas servidas y por la indiferencia mostrada en las malas obras que no dan solución al embate de las mareas.

El Parque Apolo quedará oscuro en Noche Buena y el 31 de Diciembre, con los ojos humedecidos del gran Pensador de El Cabrero por el abandono y la negligencia de los gobernantes.

miércoles, 21 de diciembre de 2022

#cuentosdeNavidad

LITIGIOS POR NAVIDAD

Por Gilberto García Mercado


Desde muy niño soñaba con un hombre sucio y harapiento, cuya barba lo hacía ver como un descendiente de profeta. Desde muy niño se asomaba por la ventana, viendo cómo las aguas del río se desparramaban por la pendiente. La tierra quejumbrosa por tales amaneceres, le devolvía ráfagas de un viento frío y triste que le recordaba que estaban en diciembre. Entonces todo se confabulaba para que la naturaleza fuera más benigna, los almendros y los robles se revestían de nuevas hojas y los pájaros saltaban, en medio de una sinfonía de trinos, de un árbol a otro. Por la ladera, recortados contra la montaña, recuas de burros, mulos y caballos, se perdían camino de la gran ciudad, cargados con bultos de yuca y ñame, plátanos, y uno que otro petate con tomates o verduras para dar un sabor exquisito a los alimentos. Cuadros, imágenes y sensaciones acompañaban los suspiros de un niño que se anquilosó en el tiempo. Porque, ya desde muy anciano en los senderos de una vida, Serafín Santana tenía la facultad de volver sobre esos dos periodos de su existencia, y, el del niño, a todas luces, fue una etapa de condena y negación, de absurda fragilidad detenida en la infancia, en el chiquillo que se quedó atrapado entre los recuerdos de una Navidad gris, pero que significó una alegría infinita, una exhibición de imágenes sucesivas de un abuelo que muchas veces tendió las manos a un niño vegetando para siempre por diciembre, con el correspondiente sufrimiento de Serafín Santana siempre que se aproximaba Navidad y Año Nuevo.

Él se negaba a partir de la ribera del río, el viejo insistía en que tenía que desprenderse de ese paisaje fascinante, el niño describía argumentos defendiendo con rigor sus puntos de vista que siempre confluían en la belleza y la alegría por la Navidad. No obstante, tal disyuntiva los llevaba por diciembre a entristecerlos, fuera el chico o el viejo, por Navidad sentían que algo les faltaba. Serafín Santana, siguiendo el rito familiar, abría los regalos colocados alrededor del árbol e iba depositando en las manos de sus hijos y nietos las dádivas del niño Dios. Muchos años atrás, el niño Serafín Santana se asomaba por la ventana viendo en esa atmósfera irreal muchas luces de colores y a los hombres adornando sus hogares esperando el nacimiento del Niño Jesús.

—Ya es hora, viene el Niño Dios—exclamaban por todas partes los hombres, mientras una claridad, súbita, alumbraba y se tomaba por completo cada habitación de aquellas casas.

Por la tarde, los niños se reunirán en la plaza, de manos de sus padres presenciarán el escenario en donde interpretarán las escenas del nacimiento de Jesús. Serafín Santana aprieta las manos del patriarca, el gozo de la navidad se ha volcado sobre el pueblo, la inocencia de los niños se deja ver por todas partes. No hay en sus semblantes, la mínima estampa de maldad, sus risas espontáneas y sinceras hace que el tiempo no represente en los parroquianos el temor acuciante por la vejez. El estallido de los juegos pirotécnicos, refleja en la plaza el rostro de los chicos, es tan especial el momento que niños y padres se fusionan en risas y abrazos y asisten en una perfecta camaradería al nacimiento de Jesús. No obstante, en medio de la celebración, el recuerdo viejo de la Navidad se mimetiza entre la gente. Es una sombra vieja y arrogante, el profeta de la actualidad, el personaje contemporáneo que en medio de sus arritmias y angustias tiende una mano al niño Serafín Santana diciéndole que abandone de una vez y para siempre, en esos límites del tiempo, todo nexo con la acuciosa navidad. El niño gime y patalea, hace un berrinche dejando entrever que nadie lo alejará de esa dimensión en donde por siempre ha elegido permanecer.

—Vete, viejo. Bien lejos de donde no te recuerde—manifiesta el niño Serafín Santana—Yo soy feliz en este pueblo de los recuerdos.

La sombra se ha quedado pensativa luego de haber repartido los regalos a sus hijos y nietos. Se ha retirado en un rincón de la sala, es feliz en medio de una sociedad fría e inexpresiva, ha aprendido a comportarse a pesar de los egoísmos, a pesar de todo el tiempo permanecer en competencia, como aceptando los desafíos en las empresas, de enarbolar la bandera que te coloca como el primero de la sociedad en aceptar que entre más bienes materiales tengas más será tu seguridad y poder entre la gente.

—¿Por qué no abandonas a diciembre? —interroga Serafín, el Viejo.

—De ninguna manera—manifiesta con denuedo el Joven Serafín—En donde tú te hayas, solo hay avaricia y dolor. Aquí, en cambio, estoy contento. Además, no envejezco como tú. ¡Mírate!

Luego de la cena navideña, luego de haberse hartado lo dispuesto por las familias, de haber ingerido licor y haber bailado hasta el cansancio, el viejo Serafín en su lecho de anciano pregunta a la abuela:

—¿Estás satisfecha con tu vida, Eleonor?

—¿Qué pregunta es esa?—agrega inquieta y alarmada la mujer—El ser anciana significa el haber salido triunfante por los caminos de la vida.

—¿A costa de que hayas sacrificado la vida de un niño? —agrega apesadumbrado el viejo Serafín.

Gilberto García M
La mujer no le responde. Su esposo ha debido beber más de la cuenta, y eso, asociado a sus años, le han debido afectar la razón. El hombre duerme feliz, se perdona a sí mismo creyendo ver entre sueños al niño de su infancia sonriéndole porque al fin han logrado ponerse de acuerdo en algo. A lo lejos un villancico narra una historia de navidad, un niño en la ventana se embelesa en la contemplación de una madrugada glacial, los copos de nieves advierten al mismo hombre en la ventana, muchos años después, que las diferencias no importan, no bastan para ser feliz.

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