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miércoles, 1 de mayo de 2024

Agonía del Caño de Juan Angola

«UNA CONSECUENCIA DEL CARÁCTER
«HIDRÓFOBO» DE LOS CARTAGENEROS» 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


 
Ese brazo de agua era una bendición para los moradores que acudían a él, ya fueran de Chambacú, el Cabrero, Torices, Crespito, la María y otros lugares. Allí, en su seno de aguas mansas, surcaban sábalos, jureles, pargos, róbalos, lebranches, sardinas, y, en sus algas o el llamado verdín, se podían atrapar camarones, caracoles y ostras. Era una fuente alimenticia para los moradores, y, en especial, para los de Chambacú. Además, era fuente de recreación, donde se podía nadar con toda libertad. Hoy da lástima observar cómo se va muriendo el Caño de Juan Angola.

¿Dónde están las autoridades de la ciudad? Da demasiada tristeza, mirar cómo en ciertos trechos el Caño de Juan Angola reduce su ancho a menos de un metro, (como lo podemos apreciar en los bajos del Puente Benjamín Herrera, entre los barrios Torices y Marbella).

La Agonía del Caño de Juan Angola, es culpa de los gobernantes de la ciudad. Me atrevo a afirmar que es la consecuencia del carácter «hidrófobo» que tenemos los cartageneros, ya que contemplamos la extinción de los Cuerpos de Agua, como si para nada nos afectara su lenta desaparición y agonía. Mientras en las ciudades europeas los mantienen, como se puede apreciar en Venecia, una ciudad paleolítica. Aquí, despreciamos nuestros cuerpos de agua. Los cuales se pueden utilizar como elementos de transporte y a la vez contribuir a la implementación de un turismo atractivo y novedoso. Hoy podemos mirar cómo con la utilización del mangle de manera desordenada obstruimos el Caño de Juan Angola. En mis ochenta años bien cumplidos nunca vi el mangle tan a la orilla de El Cabrero.

¿Por qué no se dejan ventanas en el alma para mirar el fluir de las aguas del Caño de Juan Angola? Mi niñez la pasé sobre la superficie de sus aguas y degusté de sus peces. Retocé en su lecho celebrando a la juventud y a la vida. Hoy veo, con mucha nostalgia, su lenta condena y deterioro.


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