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domingo, 20 de agosto de 2023

Dra. Jacqueline Perea

«UNA MUJER CON PANTALONES»
ABIERTA AL DIÁLOGO Y AL CONSENSO

 

Por Gilberto García Mercado


No deben los electores dejarse fascinar por el despliegue ostentoso y rimbombante de algunas campañas de candidatos a la Alcaldía de Cartagena. No debemos caer en el cuento de la gente que aglutina, de las grandes sumas de dinero que se mueven en publicidad, gorras y camisetas con el logo y el perfil del candidato, transporte y demás, porque detrás de esa ostentosidad pudiera refugiarse «un lobo con piel de oveja». A los cartageneros les debe quedar bien en claro que aprendimos la lección. Teníamos las esperanzas puestas en el señor Dau Chamatt, en una Administración que reivindicaría principalmente a las zonas marginadas, aquellas que los candidatos visitan solo en época prelectoral, y las esperanzas se diluyeron dejando a una urbe, sucia, inoperante, y, con un burgomaestre obstinado en cazar peleas con el Concejo, menos en gobernar una ciudad que en el exterior es la carta de presentación de Colombia para el mundo, por su bahía, sus playas y lo atractivo de sus zonas turísticas.

Es indudable que, con la presente Administración, la ciudad retrocedió 20 años. Toca volver a elegir con mesura para que no se nos vaya a infiltrar otro Dau Chamatt, con piel de oveja. La ciudad no lo resistiría. Por eso, los ciudadanos sobre los cuales cae la responsabilidad de elegir al próximo alcalde, debemos ser cuidadosos a la hora de elegir progreso y desarrollo para nuestras familias. No debemos dejarnos seducir por lo atractivo que a través de las redes sociales pudiera resultar el despliegue de los candidatos en la contienda. Hay que votar por un candidato que se abandere de las problemáticas que están afectando a la población. Necesitamos, además de un alcalde, de un ciudadano que le duela la ciudad, que la defienda en las instancias nacionales e internacionales. Que escuche a sus electores para poder acometer planes de acción en consenso con la comunidad. Si no se actúa así, seguiremos viendo polos de desarrollo en Barranquilla, Medellín y Bogotá, y rezago económico y social en una urbe que merece mejores derroteros en todos sus ámbitos.

En casi 40 años de estar viviendo en Cartagena, he visto cómo se posponen Proyectos de gran envergadura, como la canalización de caños y lagunas, el Parque del Caribe, la estación de metro cable que uniría el Cerro de La Popa con otros sectores de Cartagena. En fin, ¿será que a la dirigencia local le quedan grande estos tipos de proyectos? La ciudad se nos creció desde hace años, no es la parroquia o aldea que antaño conocimos. Hay que repensar en grande a la urbe con soluciones para una comunidad que crece día a día.

Por eso, de cómo elijamos depende el futuro de nuestros hijos, de nuestra generación. De los actuales candidatos a ocupar el Palacio de la Proclamación me llama poderosamente la atención las ideas que viene pregonando la Dra. Jacqueline Perea, «una mujer con pantalones», como ella misma se proclama, no solo por ser mujer, sino, porque desde hace años viene preparándose para administrar una ciudad que ha sido el reducto de clanes familiares dueños del poder político en la urbe. Creo que a la Dra. Jacqueline Perea debe brindársele la oportunidad de gobernar a Cartagena. Que haga algo por la Cultura, que a los escritores se les publiquen sus textos sin tener que emigrar a ciudades como Bogotá y Medellín, porque en palabras de los políticos, «la Cultura no pone votos», y, por eso, tal indiferencia para con la creación y el arte.

Este debe ser el momento para romper las cadenas de la iniquidad, de la desigualdad social, Dumek Turbay representa el continuismo, un eslabón de la cadena o reducto de los clanes familiares que han gobernado a la ciudad por años. García Tirado representa el populismo, una forma de llegar a los sectores marginados con subsidios y programas, utopías que en dicción suenan muy bonitas, pero que en el tiempo han demostrado en la práctica su fracaso y deterioro.

La alcaldía no debe ser un organismo de alquiler, ni fruto de pactos y componendas por debajo de la mesa esperando el turno para llegar a ella. El pueblo con su voto debe ejercer concienzudo ese cambio para depurar nuestras políticas públicas. En contraste, con Dau Chamatt, quien se presenta terco y obstinado, su principal opositor, la Dra. Jacqueline Perea, se presenta como abierta al diálogo y al consenso con la comunidad.

Pueblo cartagenero es la hora de brindarle la Administración de la ciudad a «una mujer con pantalones». No hay de otra.

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