De Asombro En Asombro
En Leymen
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes
Lo que no había acontecido en otras ocasiones, se presentó en esta oportunidad, cuando el tiempo de permanencia fue mayor y residí por dos meses en Suiza, específicamente en la localidad y comuna francesa de Leymen, situado en el departamento, Bajo Rin en la Región de Alsacia*, donde las comunas de Francia, Suiza y Alemania se van intercalando, llegándose a encontrar casas que tienen el frente hacia Francia y la parte posterior hacia Suiza.
Pero lo que más me asombró fueron las manifestaciones Socioculturales de las poblaciones de la región, que puedo sintetizarlas narrando lo vivido en Leymen: donde viven dos arpistas de música barroca, de los treintas artistas que existen en Francia; ensambles de música de los grandes maestros; coros conformados por personas mayores que saben leer música sin ser esta actividad su profesión, haciéndolo con la seriedad de músicos consagrados; pequeñas huertas en los lados o partes posteriores de las residencias, donde cultivan hortalizas que utilizan a diario en la alimentación, esto acompañado por el cuidado y conservación de la vegetación, grandes extensiones de girasoles y matas de maíz que emplean en la alimentación de reses y cerdos. Todo, nos ubica en un mundo donde predomina la variedad del verde que enmarca a las residencias pintadas con colores primarios que nos hacen creer que estamos haciendo parte de una obra pictórica.
Allí, en Leymen, como en cualquiera de las otras comunidades que encontramos, el silencio y la quietud, a pesar de la viveza de la naturaleza, era imponente, se podía escuchar la circulación de la savia en el interior de las plantas, me asombraba y me hacía pensar en el contraste con mi Cartagena de Indias; quizás por eso los de Leymen se atreven a cultivar una música que nos hace pensar en la danza de los espíritus.
Me dejaba extasiar por el movimiento del tranvía que estacionaba al frente donde residía, porque allí estaba una estación, solo conmovida por el silencio del vehículo que pasaba cada media o cuarto de hora, según el día. Te transportaba con la extremada seguridad de la conciencia de haber cancelado el costo del pasaje sin que tuvieras que demostrarlo. ¡Asombro mayor! Puedes comprar sin estar el dependiente o dueño del negocio, ¡Qué maravilla!, tomas el artículo y depositas el costo en una pequeña cajita, y si necesitas vueltos, los puedes coger de ella. Aquí en Colombia, esto lo llaman «Dar Papaya».
Pasaba de asombro en asombro, podía caminar por un sendero sembrado de manzanas o ciruelas, las cuales permanecían imperturbables, podías coger las que estaban en el suelo o con el permiso del dueño. Caminar a cualquier hora de la noche o del día, sin que nadie se metiera contigo, tal vez escuchando un saludo entre un murmullo que tú puedes responder en igual forma. ¡Ah! Y si eres un Peatón, tú, tienes la preferencia para cruzar, excepto cuando es el Tranvía, aquí si debes estar atento al semáforo. Las calles limpias y bien conservadas, sin la presencia de una «bolsa plástica» ni la «bosta de un animal o de un humano».
Me volví reiterativo en el asombro, por la seguridad que observaba, no sé si era por la condición de chambaculero cartagenero, que aquello me llamaba mucho la atención.
Allí, en Leymen, los bienes podían permanecer fuera de la casa, y allí perduraban. Caso muy particular, me sucedió cuando dejé uno zapatos nuevos fuera de la casa y los encontré en la mañana. Allá, no hay hambre y la gente cree en el Estado que le brinda pertenencia. Así se daban y se dan las cosas en ese medio, cosas y cosas que deseamos para nuestra Colombia. Pero es que allí no vi un niño llorando por hambre, «sólo mi nieta de dos meses que siempre deseaba la teta de su madre». Mientras que aquí se roban las tapas de las alcantarillas, allá permanecen. No hay la necesidad de robársela para satisfacer el hambre o el vicio.
Todas aquellas cualidades de buen vivir que hacen parte del respeto y consideración por el ser humano, observadas en estas comunidades, sostenidas por valores engendrado en una educación para una mejor condición humana que permite vivir mejor y lograr un ideal de vida. Es lo que necesitamos fomentar en nuestra Colombia.
A propósito, recomiendo el libro: ¿Cómo Mejorar a Colombia? Mauricio García Villegas. Universidad Nacional de Colombia. Ariel.
*Alsacia (en
latín: Alsatia, en
francés: Alsace, en
alsaciano: ’s Elsàss, en
alemán: Elsaß ) es una región cultural e histórica cuyo territorio ha sido disputado entre
Francia y varios estados alemanes en el transcurso de más de 300 años, principalmente desde la
Guerra de los Treinta Años (1618-1648) hasta la
Segunda Guerra Mundial (1939-1945), formando parte de Francia en la actualidad. Está situada geográficamente en el noreste del territorio moderno de la Francia continental, en la orilla izquierda del río Rin en su curso superior adyacente a
Alemania y
Suiza.
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Juan Vicente Gutiérrez Magallanes, Docente y Escritor |
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