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sábado, 21 de septiembre de 2024

Réquiem

 El Amigo y Compañero Jairo Solano Barboza


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Nos conocimos en una de las aulas del siempre recordado y Patrimonio de la Educación Liceo de Bolívar, allí en la calle del Cuartel, estábamos en el Primero C, recibíamos las clases del profesor Marcos Herrera ( El Bizco). Jairo sobresalía, especialmente en la clase de Matemática, ya se perfilaba como uno de los seguidores de Pitágoras. Era un estudiante muy callado, parecía que siempre estuviera pensando cómo resolver un problema de Aritmética. Al salir del colegio, cogíamos el mismo camino, me acompañaba por los senderos de Chambacú, él llegaba a la calle de las Carretas en el barrio de Torices. Nos hicimos buenos compañeros, compartíamos momentos de alegría los domingos, cuando nos encontrábamos en los escalones del Teatro Variedades, ya fuera para ver la Vespertina o para hacer un recorrido por el barrio de Calle Nueva, lograr mirar a las niñas que salían para entrar a la Vespertina, Jairo siempre con trato muy afable, hacía comentarios que dejaban ver un futuro colmado de números. No tenía problema para entender las encrucijada del Maestro Duque, cuando explicaba los llamados «Números Complejos». Siempre recordaba a Jairo, ya que me ayudó a estudiar la matemática, cuando tuve que habilitarle al Maestro Duque. Días antes de la habilitación, iba a su casa para que me explicara, lo cual me sirvió mucho, porque la gané muy sobradamente. Todo aquello, parece que me hubiese servido para perderle el miedo a las Matemáticas y estudiarla con buenos resultados.

A Jairo lo vi por última vez, cuando estuvo en mi casa, junto con Alfredo Pineda. Le apodaban «Newton» por su destreza en el desenvolvimiento de los números. Al terminar el bachillerato, todos nos queríamos ir a la Universidad de Antioquia, yo fui uno de los pocos que no se fue a Medellín, sino para la Pedagogíca y la Tecnológica de Tunja. Aquellos compañeros, entre otros: Leal, los Batista, Sepúlveda, Olea, Luján, Vidal, llegaron a la Universidad de Antioquia, estudiaron y allí se casaron. Siempre poniendo en alto la formación académica que recibieron del Gran Liceo de Bolívar. 

A Jairo, lo recuerdo con mucho aprecio y amor, era un gran amigo y así fue, un buen miembro familiar y de la Sociedad. La Universidad debe recordarlo con mucho honor, además de la licenciatura, hizo Ingeniería industrial.

 Paz en su Tumba, Dios lo acoge en su seno.



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