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martes, 13 de agosto de 2024

#veranoenverso

   MAGDALENA DE LOS RÍOS    

    Por Gilberto García Mercado     

                                                                                                

Nuestros pasos confluían en el río.
El paisaje poseía una hojarasca de verano
Cuántas veces cantamos y reímos
Cuántas veces prometimos volver
Al viejo sendero de nuestra juventud

Ay, Magdalena de los vientos
Magdalena de los ríos
En bendito se transformaba
El territorio que pisabas

Eras una alondra alucinada
Un símbolo solemne en completa rebeldía
Contra el amor

Tus labios mencionaron
Promesas tristes de adolescencia
Luego, como una maldición
El pueblo se fue desmantelando
Nadie quedó para habitarlo.

Hoy me esfuerzo por hallar
Aquel sendero de nuestra juventud
Magdalena es un poema
En el álgido cuaderno de los viejos recuerdos

lunes, 12 de agosto de 2024

El libro de Delfín Sierra

LOS RODRÍGUEZ CANTAN PARA EL MUNDO 

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



El apellido está vinculado a Rodrigo, que es un nombre de origen germánico que proviene de la palabra «Hrodrich», formada por dos elementos, «Hrod», que significa fama o gloria, y «Rich», que significa poderoso.

Pero, ¿por qué se usa la expresión «estar de Rodríguez»? Se utiliza cuando alguien se queda solo en la casa. Esta fue una invención española que data de la década de los 60 y 70 s. La cual se hizo muy común y ordinaria.

Delfín, un cienaguero escogido por las musas Euterpe y Erato, la primera, diosa de la Música y la Lírica, y, la segunda, de la Poesía. Fue el encargado de entrar al mundo de la Onomástica y emplear la paciencia de Penélope en la espera de Odiseo e investigar los orígenes de Los Rodríguez, (ante la constante presencia de estos seres en el mundo de las artes relacionadas con Euterpe y Erato).

Delfín en su libro «Los Rodríguez» cita más de ciento sesenta personajes relacionados con la música. El texto se vuelve interesante en la medida en que el lector lo va escrutando y encuentra que se inicia con Siro Rodríguez, uno de los cubanos que hace parte de El Trío Los Matamoros, un grupo ícono de la música cubana. El lector va encontrando artistas marcados por la Onomástica de Los Rodríguez, hasta el punto de alcanzar al habanero Ezequiel Rodríguez, el número ciento sesenta y dos de esta pléyade de artistas citados por el mítico cienaguero Delfín Sierra.

Es imperativa su lectura para poder estar en paz con Los Rodríguez.


 

  

jueves, 1 de agosto de 2024

Crónica

DE LAS ENSEÑANZAS QUE DEJAN LOS VIAJES


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



Cada vez que viajas, estoy seguro de que queda una enseñanza en tu intelecto. Te sientes llamado a hacer comparaciones de lo que conoces con lo que en esos momentos estás viviendo. Esto me ocurre a menudo. 
Las veces que he viajado a Europa, después de regresar, me siento a rememorar y a sacar conclusiones sobre las experiencias vividas. Y, en tales comparaciones, Cartagena de Indias, a la cual quiero mucho, queda descolorida, descuidada y olvidada frente a esas otras ciudades europeas, destino de mis viajes. Entonces hago un análisis de lo que necesita la urbe para que no continúe viéndose descuidada y olvidada frente a esas otras ciudades modelo europeas. 
Después de pensar que hace falta Educación y Trabajo, que el ciudadano gane un salario que le permita vivir con dignidad, y que no sea necesario robarse las tapas de hierro del alcantarillado para venderlas por unos centavos y aliviar así el hambre recalcitrante. Después de reflexionar y hacer comparaciones. Uno de los aspectos que admiro mucho en las pequeñas ciudades y en los pueblos de Europa, es el espíritu de fraternidad que está siempre presente en sus ciudadanos, como lo he observado en Leymen, un pueblo francés a veinte minutos de Basilea. Allí he encontrado un Coro de Ancianas, que dirige mi hija. Matronas entre sesenta años en adelante cantan con gran entusiasmo y vigor. Una de ellas, al terminar la presentación, invita a sus contertulios y compañeros de coro a saborear dulces y manjares que ellas mismas han preparado. ¡Una gran lección de compañerismo y fraternidad! 
Pero lo más importante es el trato espléndido entre las longevas, sin hacer ostentaciones de ninguna índole. 
Pude conocer a una gran dama, millonaria ella, miembro del coro, dándonos muestras de humildad a pesar de la gran diferencia económica con las demás integrantes del grupo.
Las calles de Leymen se conservan limpias y ordenadas. Las señales de tránsito como las cebras son respetadas, mientras que los automóviles esperan con paciencia el paso del peatón.

No puedo pasar por alto el cuidado que guardan por los árboles. Los frentes de las casas están adornados por plantas que hacen parte de un antejardín.

La amabilidad la podemos apreciar en el tranvía o en el autobús. El viajero entra sin mostrar el tiquete, pocas veces es solicitado por un inspector, y se da por anticipada la honestidad del pasajero. Me asombra el encontrar puestos de ventas donde no hay dependiente. «Tomo el artículo y coloco el valor en una cajita».

Necesitamos mucha educación y control que corrijan a la corrupción rampante.

 

 

 

miércoles, 24 de julio de 2024

Del Parlamento Internacional de Escritores

EL LIBRO DE ORO PARA LACYDES CORTÉS


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes 

          

                                                              Cartagena de Indias,  julio 23 de 2024                                                                                   

Ante el Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena. Presento al Filólogo y Sociólogo Lácydes Cortés, como un cartagenero sabio en la humildad. Quien después de graduarse como bachiller en el Colegio Liceo de Bolívar, obtuvo una beca del Departamento de Bolívar para estudiar Filología y Sociología en Alemania (Universidad de Múnich) y Paris.

Se graduó en la Sorbona.

De regreso a Colombia fue profesor de Sociología en la Universidad de Cartagena, Universidad del Atlántico, Universidad del Norte y Universidad Jorge Tadeo Lozano. Fue Rector fundador de la Universidad Metropolitana de Barranquilla y Director del Departamento de Investigaciones Socioeconómica de la Universidad de Cartagena.

Fue subdirector del Sistema de Planeación Integral de la Costa Atlántica. Jefe de Planeación del Departamento de Bolívar. Secretario General de la Alcaldía Mayor de Cartagena y Alcalde (e).

OBRAS PUBLICADAS:
*Familia y Sociedad en Cartagena (1971)
*La Política en Colombia (2011)
*Beethoven y Yo (2012)
*Crónica de viaje ilustrada. (Alemania y Austria)
*Fin de una Ilusión .
*Reflexiones sobre Macondo.
*Black Boy. (Memorias de un muchacho Negro). Su último libro publicado.
Ha sido colaborador de El Universal y El Espectador.

Siempre se caracterizó desde las aulas del Liceo de Bolívar como un intelectual. Desde su egreso como bachiller, dominaba el alemán y el mandarín. Siempre fue considerado como un estudiante de grandes méritos. Tengo el honor de presentarlo al Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena, como merecedor del Libro de Oro, por sus grandes capacidades intelectuales y haber dado muestra de muchos méritos.



 

sábado, 1 de junio de 2024

De Una Ciudad Nonata

Y LA FUNDACIÓN DE CARTAGENA,
SIN UNA PARTIDA DE NACIMIENTO...


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 


Cartagena o Karaimari fue llamada así por los Aborígenes que la habitaban. El 1 de junio de 1533 no fundaron a Cartagena, ya Caramairi o Calamari estaba creada allí con su población de aborígenes Caribes, que fueron desplazados por los invasores de España. «Dejemos, pues, sentado de una vez para siempre que la actual ciudad de Cartagena tuvo su origen en época no determinada, antes del descubrimiento de América y que Pedro de Heredia la conquistó de mano de sus pobladores indígenas, (aborígenes), la ocupó y la rebautizó con el nombre de San Sebastián de Calamar, hoy
transformada en Cartagena de Indias».

«Vistas las cosas se entiende que Heredia limitase su acción al repartimiento o redistribución de los solares y a la instalación de las autoridades, pero no dejase acta de fundación, porque no sacaba de la nada una villa. Es esta, pues razón para que, sin partida de nacimiento, nuestra Cartagena sea una ciudad nonata». (Miguel Camacho Sánchez. KARAMAIRI. Crónica de Cartagena de Indias).

Don Pedro de Heredia no la fundó, reitero, historia que debe enseñarse en los Planteles Educativos. Cartagena de Indias fue construida por los colonos españoles. En su territorio se atesoraban los tributos usurpados a las otras colonias. Por esta razón se convirtió en un lugar apetecido y preferido por piratas y filibusteros, ingleses u otros imperios, uno de los usurpadores fue Vernon.

España quería mantenerla bajo su dominio por lo cual la llevó a construirle fortificaciones, castillos y murallas para defenderla de posibles invasiones. Hoy Cartagena de Indias se muestra como una urbe que ofrece la mezcla de lugares históricos y contemporáneos que la hacen muy apetecida por los turistas que vienen a palpar historia y realidad. Hasta el punto de que todos los habitantes del mundo quieren conocerla. 

jueves, 30 de mayo de 2024

Roma, Ciudad Amable y Eterna....

«ES UNA FELICIDAD ENCONTRAR COSAS

QUÉ DESEARÍA PARA CARTAGENA»

 


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes




Estamos viviendo en un barrio llamado Africano, no porque vivan africanos, sino porque es muy común encontrar sectores alusivos a África. La calle se denomina Viale Libia. Observo que es predominante la presencia de adultos mayores por las calles. Marchan lentos, pero con seguridad. Me llama poderosamente la atención lo bien trazadas que están las señales de tránsito. La cebra, por ejemplo, es muy respetada. Los automóviles se detienen y esperan hasta que pase el último transeúnte. Hay abundantes dulcerías y cafeterías, en estas, los ancianos concurren con toda la disponibilidad y la alegría del mundo por las tardes. Algo que me asombra es el consumo despiadado del cigarrillo. Ellos fuman en todo momento, sobre todos los ancianos, así que las colillas son superabundantes. La gente es amable y saborea con mucho gusto las comidas. Por fin entiendo cómo mi hermana y mi hija se han amañado en esta ciudad que tiene mucho que mostrar.

Las iglesias son inmensas. Además de lo impresionante de El Vaticano con su famosa Capilla Sixtina. En cada calle podemos encontrar un ícono que nos muestra la Historia de Roma. El agua es de buena calidad, en ciertas calles hay fuentes o plumas de dónde podemos beberla sin ningún tipo de contrariedad. Es admirable, en todo momento, el trato familiar y juguetón de los padres con sus hijos.


 


 

martes, 21 de mayo de 2024

Tubérculos


Oda a la Yuca

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

                                                                                      

Oh, raíz de níveo corazón,
alegras nuestro paladar,
noble compañera del suero
o del rico queso,
autentica suramericana,
portas en tu seno
almidón, manganeso, potasio y B1,
haces brotar la alegría
gritar de emoción
al llegar en buena porción,
Un pedazo de Yuca alegra el corazón,
cuando estamos distantes de América
la nostalgia por la yuca nos invade.
Brindamos parte de nuestra vida
por verla bien servida




 

Réquiem por el Poeta y Amigo

Adiós a Toño Mora Vélez
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

Ahora Toño Mora Vélez, se ha ausentado para visitar aquella Galaxia tan solo conocida por él y que está formada por miles de estrellas. Cada estrella es una gran ciudad, en donde lo aguardan los contertulios para que a través de sus talleres les instruya en la bondad que por siempre ha anidado en su corazón. A dónde el escritor llegaba encontraba ciudadanos rebosantes de alegría. Lo cual aprovechaba Toño para señalarles principios y valores. Todo esto son razones para sentirnos un poco calmados por su repentina partida. Estamos seguros de que en aquellos talleres irradiaba la magnificencia de su corazón y la tolerancia del Bocachico Letrado.

Ahora, es un ilustre viajero que transita por todas las Galaxias del Universo. Ha logrado la eternidad con una bella oda que ha compuesto. La Paz eterna lo guie.

viernes, 10 de mayo de 2024

Problemas Globales

La Invención del Plástico: ¿Una Decisión Errónea?


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


El plástico es un compuesto orgánico con facultad de amoldarse a otras sustancias sin destruirse en su estructura química. Es un elemento que llega a perdurar por más de doscientos años en la naturaleza. Tan pernicioso es, que afecta, de una u otra forma, el ciclo habitual de los seres que conforman la gran cadena alimenticia. Este compuesto orgánico desencadena trastornos en el organismo de cualquier espécimen.

Una simple bolsa plástica llega a resistir, aproximadamente, doscientos años sin que se disuelva en el entorno. Si llega a caer sobre una plantita y se detiene sobre ella, la plantita simplemente morirá.

El Plástico ha sido una invención del hombre, cuya implementación ha causado grandes trastornos en el ciclo vital de la vida. Los grandes océanos se han convertido en piélagos plañideros por la presencia de este polímero, inventado por el Homo Sapiens.

Las lamentaciones son permanentes en todo el mundo por los cambios climáticos que soportamos. “La mayoría de los plásticos que usamos tienen origen sintético a partir del petróleo. Son sencillos de fabricar y los procesos suponen un bajo coste. Es el sector petroquímico el que se encarga de fabricar polímeros para la producción de los plásticos.”, se afirma.

Las industrias y los gobiernos deben considerar como una decisión errónea la fabricación incontrolada del plástico. Este debe ser tratado con normas muy específicas referente al empleo de las diferentes variedades de plástico. No debe ser utilizado en la fabricación de bolsas que tengan la posibilidad de matar al depositarse sobre un vegetal.

El Plástico ha sido una inventiva nefasta y errónea para la naturaleza.

sábado, 4 de mayo de 2024

Emulando al Gran Marco Polo

Nostalgia por el Olor de la Pimienta


«Los olores, los sabores, las audiciones de una melodía
nos retroceden en el tiempo y nos hacen vivir el pretérito»



Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Habían pasado quince largos años desde cuando mi hija partió para Italia, y, aun en su fisonomía, no se le habían olvidado los olores y el sabor de aquellas pequeñas bolitas negras que quedaban sobrenadando en la sopa ardiente. O en la superficie de la posta de carne que sazonaba la abuela. 
Aquello se había vuelto recurrente y aparecía siempre en nuestras conversaciones. Hasta el punto de llegar a empaparle completamente las papilas gustativas. No veía a las bolitas, pero los recuerdos se le hacían muy familiares y placenteros.

Fue un instante muy singular y conmovedor, cuando le pregunté:

«¿Qué quieres que te lleve a Roma?»

«Unas bolsitas con pimientas de olor», suspiró.

De inmediato, vinieron a mi mente las leyendas de las grandes travesías que había realizado el nauta mercader Marco Polo, para la búsqueda de las «especias», allá, en el Lejano Oriente: «El origen de esta ruta tuvo lugar en la anterior Ruta de la Seda que abrió el propio Marco Polo, a través de Asia Central para llegar a la China, y al Imperio de los Mongoles».

Reitero, aquella solicitud de mi hija, la sentía muy humana e impactante. Ahora, debía convertirme en el emulador de Marco Polo. Yo, un suramericano, atravesaría el océano Atlántico para llevar la Pimienta de Olor (Piper Nigrum) a la Italia del veneciano Marco Polo.

Todo aquello para que mi hija reviviera la esencia de estas latitudes en la pimienta de los guisos italianos.


jueves, 2 de mayo de 2024

En Los Albores Del Siglo XXI

 LAS VOCES DE UNA COCINA MODERNA 


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



En aquel recinto de cantos y olores, muchas veces se escuchaba un lamento triste, que, a pesar de ser desgarrador, llevaba envuelto muchos géneros de la música de nuestro folclor. Era la lavadora, que, incesante, trataba de acallar el silbido de la licuadora, en sus múltiples revoluciones por segundo, en busca de triturar las partículas que encontraba en su diario trasegar. No había espacio para el silencio, porque, allí, tan solo había lugar para los que hacían acto de presencia en la cocina.

Se escuchaba un tenue goteo aromatizado del café que se estaba preparando en la cafetera. No había silencio, este era interrumpido por el chillido estridente, como el guapirreo de una cantante por las Sabanas de Bolívar. Era una posta de pescado que se dejaba caer sobre el piélago del aceite hirviendo en la sartén. Nada importaba que la señora de la cocina tuviera un leve dolor de cabeza. La sinfonía de las voces gastronómicas debía continuar porque se estaba pidiendo la participación de la percusión que ejecutaría el pequeño mortero sobre el ajo aromatizado. Lo llamaban con voz de cantadora, acompañándolo con los pequeños golpes del sancocho en busca de ablandar los alimentos que se hallaban en su interior.

De pronto, se escuchaba lo que nadie esperaba: el fortísimo guapirreo de monte de la olla a presión, estridencia para anunciar que los frijoles ya estaban cocidos, y que debían sacarse del Coro Musical. Allí hacía acto de presencia la percusión realizada en el interior de una jarra de vidrio para la solución de la panela y el arroz.

En ese ámbito, no había descanso señalado para el silencio que se añora. Las voces eran permanentes, la nevera no se podía callar, su labor era continua, de pura rutina.

Las voces conformaban la sinfonía que solo tenía como oyente al cocinero. Muchas veces la audición se acompañaba con los olores de las sustancias hirviendo: la leche derramándose parecía anular el olor del café. Todas ellas añoraban los pequeños golpecitos de un molinillo tratando de triturar las partículas de un alimento en cocción. De todo esto era muy agradable la voz del «Caldero de Arroz con Coco» que se destapaba para el deleite de los anfitriones.



miércoles, 1 de mayo de 2024

Agonía del Caño de Juan Angola

«UNA CONSECUENCIA DEL CARÁCTER
«HIDRÓFOBO» DE LOS CARTAGENEROS» 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


 
Ese brazo de agua era una bendición para los moradores que acudían a él, ya fueran de Chambacú, el Cabrero, Torices, Crespito, la María y otros lugares. Allí, en su seno de aguas mansas, surcaban sábalos, jureles, pargos, róbalos, lebranches, sardinas, y, en sus algas o el llamado verdín, se podían atrapar camarones, caracoles y ostras. Era una fuente alimenticia para los moradores, y, en especial, para los de Chambacú. Además, era fuente de recreación, donde se podía nadar con toda libertad. Hoy da lástima observar cómo se va muriendo el Caño de Juan Angola.

¿Dónde están las autoridades de la ciudad? Da demasiada tristeza, mirar cómo en ciertos trechos el Caño de Juan Angola reduce su ancho a menos de un metro, (como lo podemos apreciar en los bajos del Puente Benjamín Herrera, entre los barrios Torices y Marbella).

La Agonía del Caño de Juan Angola, es culpa de los gobernantes de la ciudad. Me atrevo a afirmar que es la consecuencia del carácter «hidrófobo» que tenemos los cartageneros, ya que contemplamos la extinción de los Cuerpos de Agua, como si para nada nos afectara su lenta desaparición y agonía. Mientras en las ciudades europeas los mantienen, como se puede apreciar en Venecia, una ciudad paleolítica. Aquí, despreciamos nuestros cuerpos de agua. Los cuales se pueden utilizar como elementos de transporte y a la vez contribuir a la implementación de un turismo atractivo y novedoso. Hoy podemos mirar cómo con la utilización del mangle de manera desordenada obstruimos el Caño de Juan Angola. En mis ochenta años bien cumplidos nunca vi el mangle tan a la orilla de El Cabrero.

¿Por qué no se dejan ventanas en el alma para mirar el fluir de las aguas del Caño de Juan Angola? Mi niñez la pasé sobre la superficie de sus aguas y degusté de sus peces. Retocé en su lecho celebrando a la juventud y a la vida. Hoy veo, con mucha nostalgia, su lenta condena y deterioro.


sábado, 20 de abril de 2024

Narrativa del Caribe

AQUEL NIÑO NEGRO. «BLACK BOY»

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


La vida del niño negro, Lacydes, se nos presenta como el texto ideal para señalar a ese otro niño que podemos encontrar en cualquier otra parte de Colombia, especialmente en zonas marginadas o más específicamente en el amplio sector de la Perimetral de Cartagena de Indias, donde los niños crecen con las esperanzas muertas por sus propias madres y familiares en general. Lacydes y, su madre Clementina, se nos muestran como el modelo por excelencia para ser estudiado como parte de una Asignatura Especial que comprenda Proyectos de Vida, donde el docente con mucha facilidad pueda mostrar a una comunidad, que lo importante es la voluntad para el estudio y la capacidad intelectual que se tenga para la realización de este. No importa, raza, género, condición social ni riqueza. Lo importante es la bondad y los afectos que encuentras en la vida. Así podremos apreciar el inmenso amor de Clementina, quien se convertirá en la luz permanente para dar claridad a la trayectoria que recorría Lacydes.
En el texto «Black Boy» nos tropezamos con una especie de parábola, para ser practicada por los niños del mundo, resaltando las condiciones especiales de un Muchacho Negro, confrontadas con las que encontramos en el chocoano Arnoldo Palacio, un políglota nacido en el 1924 en un pueblo muy apartado de Quibdó.

Es obligación intelectual de los docentes, especialmente los que laboran en comunidades negras, como Palenque, Quibdó, y, otras, resaltar a estos jóvenes entusiastas del saber, ya que es muy común encontrar madres o familiares de niños que miran como imposible los deseos y anhelos del muchacho por estudiar una carrera. Así lo apreciaba yo cuando, como maestro, recibía a unas madres alarmadas porque sus hijos querían estudiar una profesión. No concebían de que sus hijos llegaran a la Universidad. Como maestro, tenía que demostrarles a manera de ejemplo la vida de muchos negros profesionales: los hermanos Zapata Olivella, los Vargas Vélez, los Gutiérrez Magallanes y la vida misma de Lacydes Cortes D.

Con la lectura del libro «Black Boy», se hace un recorrido por el mundo de las Ciencias Humanas, el autor es participante con amplia claridad de la intervención de escritores, filósofos, historiadores y políglotas. Lacydes muestra el desarrollo de la Historia y de la Filosofía y el papel frustrante de la Iglesia Católica en el planteamiento de la verdad. Este acecho frustrante fue experimentado por pensadores como Erasmo de Rotterdam, Galileo, Spinoza y todos aquellos que estudiaban las manifestaciones de la naturaleza y planteaban Leyes Fundamentales para el avance de la ciencia.

Lacydes Cortés Díaz, «el Black Boy», ese joven que pasó por la escuelita de bancos, por el Liceo de Bolívar, donde se hizo bachiller, de la Promoción de 1958. Cuando egresó de este plantel, ya sabía alemán, inglés, francés y gran parte de latín.

Lacydes, en ese gran plantel, en el Liceo de Bolívar, era admirado por docentes y compañeros. Logra ser merecedor de una beca para ir a Europa, llega a Alemania y luego a Francia para entrar a estudiar en la Sorbona, donde estudia sociología con altos méritos. Lacydes no pasaba inadvertido. La gente se admiraba cuando lo escuchaba hablar con mucha facilidad la lengua alemana.

Lacydes es un faro que alumbra el sendero intelectual, no solo de Cartagena de Indias, sino de Colombia. A él se le puede llegar, porque posee la humildad de los sabios, además de pensar en latín.

Vive, en Crespo, cerca al mar, para no olvidar a la isla de Barú, la tierra de sus ancestros y en especial de su madre Clementina.

En conclusión: «Lacydes es el Oráculo al que deben acudir los que desean obtener la certificación de las Humanidades».


                                                                                             Cartagena de Indias, diciembre de 2022.



 

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