EL INTERÉS PERSONAL HA
PRIMADO EN LOS MANDATARIOS
Por Álvaro Morales
Fracasados o fallidos, así han sido los resultados de la mayoría de los gobiernos que ha tenido el Distrito de Cartagena y el Departamento de Bolívar, por no decir todos, desde el momento en que se optó por la elección popular de sus mandatarios; añadiendo a estos fracasos la decadencia y desprestigio de sus Corporaciones Públicas que coadministran con el alcalde y el gobernador, me refiero al Concejo Distrital, a las Juntas Administradoras Locales y a la Asamblea Departamental.
El interés personal y no el bien general ha sido la bandera tanto de unos como de otros.
Las campañas políticas se presentan con los más rebuscados y falaces slogans con los que por una parte llevan a la urnas a una «aceitada» población de sufragantes; y por otra, a otra minúscula que esperanzada lo hace creyendo que el postulante cumplirá con lo que dicen sus propuestas engañosas.
El que mandó a que los corruptos se cosieran los bolsillos y se los llenaran de piedra terminó en la cárcel por corrupción; también es el mismo que dijo que primero era la gente; pero no aclaró que era la suya; sus amigotes y sus familiares.
El que acaba de decir que vino a Cartagena para rescatarla de la corrupción, terminó entregándole el gobierno a las reconocidas casas politiqueras y corruptas de la ciudad y el departamento.
El que el día de su posesión dijo que las niñas enfermas del Carmen de Bolívar no estaban solas, no ha demostrado acompañamiento alguno en la solución al problema que las aqueja por los efectos producidos por la administración de la vacuna contra el virus del papiloma humano.
El que dijo que a los campesinos de los Montes de María se les solucionaría el problema de la pudrición de los cultivos de aguacate, no ha movido un dedo para hacerlo.
El que dijo que controlaría la inseguridad en los barrios, así fuera llevándoles la Infantería de Marina, nunca cumplió, y por el contrario su gobierno finalizó con los más altos índices de inseguridad en la ciudad.
El que prometió sanear la Secretaría de Salud de Bolívar y dizque desinfectarla de la corrupción terminó involucrado en el gran escándalo por pagos millonarios hechos de manera indebida a «IPS fantasmas» que dicen haber prestado atención médica a los pacientes hemofílicos del departamento.
La que asumió con el compromiso de custodiar los dineros del Distrito hoy está detrás de las rejas en la cárcel de San Diego.
La que «pataleó y se rebotó», hasta más no poder, para que permaneciera la oración al inicio de las sesiones del Concejo de Cartagena terminó involucrada con los que, a sabiendas, eligieron de manera fraudulenta a la Contralora Distrital.
Esta somera reseña es una mínima descripción de como la ciudad y el departamento han transitado de fracaso en fracaso desde que se dispuso elegir popularmente a sus mandatarios.
Álvaro Morales
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