A Orillas del Caribe ….

PREDESTINACIÓN DE LEÓN DE GREIFF PARA CARTAGENA:

«Juego mi vida / de todos modos / la llevo perdida…»

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 

Allí está Cartagena de Indias, entre traumas y sin sabores que la agobian y la someten a vivir un día sin alegre mañana, acosada por el llanto de los que se agolpan por los alrededores de la Periferia acartonada, trastornados por las múltiples necesidades, buscan el olvido y con poco razonamiento ofrecen la vida a cambio de una noticia que los pase a la celebridad. Allí están sin el temor por la muerte, parece que hubieran leído los poemas de León De Greiff:

«Juego mi vida / de todos modos / la llevo perdida…»

Esa Cartagena de Indias, cantada miles de veces por la belleza que le ha dado la naturaleza y sus edificaciones coloniales, parece que danzara una dulce tragedia, los danzantes, cuando no mueren por la risa, lo hacen por el reto de apostar contra la muerte, porque parece que ellos han grabado en la mente: «Juego mi vida / de todos modos / la llevo perdida…»

Sí, cada día apuestan con el número de la lápida del que ha perdido en el alegre y duro trance de la muerte. Allí, en aquellos sectores de suelos enlodados por las aguas residuales anidadas de alevinos que no llegarán al mar Caribe, recogen las lágrimas de los niños que lloran por el hambre que sufren. Las madres, al contemplar los permanentes homicidios, se convierten en seres desesperanzados, sus hijos no tendrán mañana, ni alcanzarán el hálito de la aurora.

Cartagena de Indias, una ciudad que parece haberse inscrito, en vivir el recuerdo de la devastación ocurrida en los tiempos del Asaltador Pablo Morillo, está olvidada por los dirigentes que la gobiernan, y, los que la habitamos, quedamos perplejos, presenciando, «el combate oral» entre el Alcalde y el Concejo. Entonces, colmamos nuestros ojos en lágrimas y nos transformamos en los plañideros, para reafirmarnos en los versos del Poeta del Cabrero:

El Poeta, León De Greiff

«Hambriento un pueblo lucha …Realmente no lucha, sino que llora por La Ciudad Vencida». DEVIS ECHANDÍA.

Pero, nos volvemos optimistas, pensamos en un resurgir, donde las palabras de Núñez lleguen a nuestras mentes: «La Libertad Sublime/Derrama las auroras de su invencible luz”.

Alcanzaremos entonces la felicidad, cuando podamos satisfacer las necesidades de los que habitan los asentamientos de la Perimetral. Entonces, sí podremos decir: «Cesó la Horrible Noche…el Bien germina ya…» .