EL GRAN HUMANISTA Y ECOLOGISTA
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes
Era un minucioso vigilante de la conservación del Medio Ambiente, especialmente de la vegetación, tenía el «Don» de poder entrar a los intersticios de las plantas para conversar con los cloroplastos y conocer los secretos de estos minúsculos seres que conforman la Clorofila. Podía pasearse por todo el parénquima de las hojas de los grandes mangles. Llevaba un mensaje de solicitud para convencer a los ósculos en ampliar las aberturas para absorber la mayor cantidad de Gas Carbónico (CO2) y realizar con abundancia el proceso de fotosíntesis en la elaboración de glucosa, y, de esta manera, liberar la mayor cantidad de Oxígeno. Rafael Vergara Navarro, podía conversar con las Algas y escuchar con atención sus temores por la invasión de agentes residuales que atentaban contra la existencia de ellas. Podía mirar con atención la relación, casi simbiótica, entre los crustáceos y las raíces de los mangles, debido a esta razón, se convirtió en un defensor permanente de los mangles, por lo cual fue inducido a convertirse en «alguien» patológico por el cuidado de los Mangles.Se acostumbró a hacer un recorrido por todas las orillas de la Ciénaga del Cabrero y del Caño Juan Angola, en donde era muy frecuente, observarlo, en una especie de monólogo, tratando de entender la situación de peligro a que estaban sometidas muchas especies de la fauna y la flora.Parece ser que su preocupación por defender el desarrollo del Mangle por todas las orillas, era el temor por los contaminantes que iban a la Bahía, los cuales podrían exterminar las últimas especies de algas, y quedaba más asombrado cuando trataba de encontrar alevinos de la mojarra blanca rayada y solo encontraba un número muy reducido.Rafael Vergara Navarro, en su vida, se caracterizó por un extremado amor por la Humanidad. En su juventud se atrevió hacer parte de un grupo armado, que buscaba implantar un Sistema de Justicia, enmarcado en brindar oportunidades a todos los ciudadanos, sin distingos de ninguna clase.Era un maestro, dedicado a enseñar las bondades de la Flora Y la Fauna, sabía escuchar las tristezas y las alegrías de los Mangles de Cartagena de Indias.Hoy, el llanto de los Corales se escucha en las orillas de la bahía de la ciudad.
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