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lunes, 31 de julio de 2017

OPROBIOS JUDICIALES

Las paradojas entorno a Themis o Lustitia


Por Alvaro Morales

Todos los iconos o efigies que representan la Justicia escenifican a una mujer con los ojos vendados, una desenvainada espada en la mano derecha, y una equilibrada balanza sostenida en la izquierda, alejada del corazón. 

De la balanza, se dice, es símbolo de equidad, equilibrio, ponderación e igualdad en las decisiones aplicadas por la Ley; de la espada, alegoría de la fuerza, coraje, orden, autoridad, firmeza; y de la venda en los ojos, que la Justicia, deberá aplicarse de manera objetiva, sin favorecimientos, independiente del dinero, el poder o la debilidad y ser imparcial. 
Si el conjunto de la efigie de la Dama de la Justicia, inspirada en la diosa griega Themis, o en la romana Lustitia, representa la fuerza moral con que debe administrarse la justicia de manera imparcial y justa en el Sistema Judicial: ¿por qué entonces la que se administra en Colombia, y en particular, en Cartagena, se aparta de los principios personificados en la mencionada efigie? 
Muchos han llegado a comparar la manera desvirtuada como se imparte justicia en la ciudad, con la imagen erigida en el patio del Cuartel del Fijo, esta no tiene los ojos vendados sino descubiertos; la espada de la autoridad no está completa sino fracturada; y la balanza del equilibrio y la equidad no se encuentra apartada del corazón, sino por el contrario, constreñida contra el mismo. 
Pareciera entonces hallarse en esta deformada representación de Justicia las razones del por qué muchas decisiones judiciales impartidas, apartándose de la justeza y de la imparcialidad, parecieran ser dictadas para favorecer al fuerte y afectar al débil. 
El sano juicio y el pensamiento crítico de la ciudadanía se escandaliza y no comprende qué motivos o qué razones mueven a un Magistrado del Consejo Seccional de la Judicatura para que otorgue al señor Alcalde de la ciudad, y de manera inexplicable y, posiblemente prevaricando, un derecho que posteriormente revoca su Superior.  
¿O por qué por el simple hecho de aceptar cargos por homicidio culposo, estafa y urbanización ilegal, como el señor Wilfran Quiroz, se le exonera de reclusión intramural y se le manda a disfrutar de detención domiciliaria, como si nada hubiera pasado con la muerte de veintiún trabajadores en las ilegales construcciones? 
Cómo se explica, ¿por qué mientras un Juez de la República otorga mediante fallo de tutela una curul vacante, otro contrariamente decide retirándosela? 
Álvaro Morales 
¿O por qué un Concejal de Cartagena acusado de los delitos de concusión y fraude electoral ejerce de manera campante mientras dentro del mismo proceso los dos Registradores implicados por los delitos de cohecho, prevaricato por acción y falsedad en documento público se encuentran con detención domiciliaria? 
No queda duda de lo oprobiosa que son las decisiones judiciales en esta ciudad.



domingo, 30 de julio de 2017

Voces Del Séptimo Arte

QUERELLE: UNA PASIÓN OCULTA

"Cada cual debe decidir si es mejor llevar 
una vida breve pero intensa o larga y rutinaria".
                                                                        Rainer Werner Fassbinder
Por Omar Ardila  
El marinero George Querelle hace su arribo a la brumosa y dinámica ciudad de Brest, un anclaje obligado para continuar el viaje interior en la autocomplacencia. Es en este escenario, en el que la niebla y la lluvia son iluminadas por la pálida presencia de un sol que se resiste al ocaso, donde se posará Querelle para brillar con luz propia e incendiar con sus ímpetus toda presencia que se atreva a mirarlo. 
En efecto, tras su arribo a la “Feria” (el menos refinado pero el más distinguido burdel de Brest) empezará a ser perseguido por el ardor y el deseo de Lysiane (la dueña de La Feria); por el amor-odio y la pasión de su hermano Robert; por el asombro y la rudeza del imponente Nono; y por el amor sublime del Capitán Seblon (el esteta de la trascendencia). Sentir tal admiración, será para Querelle la reafirmación de su extrañeza y de su carácter mitológico. Por lo tanto, a partir de ese momento, se permitirá la expresión de sus inolvidables prácticas: el asesinato, el tráfico, el sexo, el desafío y la traición.

Luego de esta breve sinopsis, es oportuno recordar que Rainer Werner Fassbinder (Bad Wörishofen 1945 - Munich 1982) aceptó sin objeciones la propuesta de llevar al cine Querelle de Brest, la majestuosa obra del escritor francés Jean Genet– proyecto desechado anteriormente por Bernardo Bertolucci y Sam Peckimpah, quienes consideraron dicha novela como obscena y provocativa –.

La versión para cine es una adaptación libre que, sin embargo, conserva la esencia y la fuerza del trabajo literario. Es entendible y casi imperioso, que fuese Fassbinder el que asumiera este reto, pues el movimiento vital y estético que trasegaba en su ser, tenía una notable sincronía con las experiencias de Genet.

Pero Fassbinder tenía muy clara la diferenciación entre las dos expresiones artísticas, por eso diría en el prólogo del guión para Querelle: “El realizador cinematográfico que se interesa por una obra literaria no debe pues imponerse la tarea de plasmar con la mayor fidelidad las imágenes que la literatura despierta en el lector”. De ahí que utilice en gran parte de la película un narrador en off, cuya acción es más clarificadora que los mismos diálogos entre los personajes.
Jean Genet, Escritor Francés
El primer plano general nos muestra al barco “El Vengador”, en el que trabajan unos marineros, al tiempo que una voz fuera de plano, nos remite a las primeras palabras de la novela: “La idea de crimen evoca con frecuencia al mar, a los marineros. Mar y marinos no se presentan entonces con la precisión de una imagen; sino que el crimen hace más bien que la emoción bata contra nosotros en oleadas”.

De entrada, se nos anuncia la intención de aproximarnos a una historia en la que el escenario propicia una práctica; práctica a su vez confirmatoria de la indagación en sí mismo que subsume al protagonista para, por primera vez, encontrarse o para reafirmarse. 
Claramente, Fassbinder dice de la película: “En mi opinión, no se trata de una película sobre el asesinato y la homosexualidad. Es una película sobre alguien que se lanza a la búsqueda de su identidad sirviéndose de todos los medios que en esta sociedad se pueden utilizar... Para llegar a ser idéntico a sí mismo. Querelle tiene que considerar todo lo que hace desde dos puntos de vista: desde lo que la sociedad llama criminalidad o incluso desde más bajo aún, y, como esto no le sirve de nada, se ve obligado a engañar a los demás. No tiene otra manera de avanzar”.

Ciertamente, Querelle se nos muestra consciente de su soledad aunque no se acostumbre a ella, por eso ha escogido el mar, ser marino, para encontrarse con el misterio, con lo insondable, con el único espacio que puede ser testigo de sus prácticas sin enjuiciarlo, por el contrario, le sirve más bien como protectorado. Algo parecido a la soledad que experimenta el artista: “A la soledad del criminal, se agrega la del artista que no reconoce otra autoridad... fuera de la de otro artista”. 
       
           Rainer Werner Fassbinder, Director De Cine
El cambio de plano nos ubica en el otro importante escenario: “El hotel bar La Feria”. Allí, la dueña Lysiane realiza un romántico baile con su amante Robert (el hermano de Querelle) mientras es observada por Nono (su esposo), quien acepta tranquilamente que su cónyuge tenga aquél amante.
En la siguiente secuencia, de vuelta al barco, hace su aparición el Capitán, Teniente Seblon, quien en un plano subjetivo observa y se recrea con la existencia de Querelle e inicia su elegante y profunda expresión lírica – es él quien hace la parte reflexiva del film, desde su búsqueda constante y el sentimiento de querer llevar dentro a Querelle: “Querelle crece entre nosotros”, afirma –.
 
La llegada de Querelle a Brest es equiparable con el descenso del séptimo ángel del Apocalipsis –según el relato bíblico, éste tiene el rostro como el sol, trae por aureola el arco iris y sus piernas son dos columnas de fuego; además, posa una pierna en el mar y otra en la tierra, y tiene un libro en la mano, cuyas letras, en la boca se sentirán dulces como miel, pero en el estómago serán amargas como hiel –. Enseguida viene la entrada a la Feria; quien primero mira al marinero es Nono, luego Robert y por último, Lysiane. Todos concentran la atención en Querelle y siguen con paso renovado por la vida.

El reencuentro con Robert supone para Querelle la vuelta al desafío, a la seducción, a la expresión del amor y del odio, a la sensación de encontrar otro yo pero sin ser el que ha estado buscando. En adelante, los dos se enfrascarán en constantes batallas, en las que la puesta en escena, con riqueza plástica y acierto actoral, nos confirman el conocimiento y la presencia en su cine, de la formación teatral de Fassbinder.  
La importancia de esta extraña relación entre hermanos es resaltada cuando, justo al iniciar la primera confrontación, Fassbinder hace la dedicatoria del film “a la amistad con El Hedi Ben Salem Barek Mohammed Mustafa” (su amante argelino, con quien viviría alegres y tortuosos momentos, y que tal vez llegaría a asumir como el deseado hermano que nunca tuvo).
Luego viene la revelación de Querelle, cuando asesina a su amante y cómplice del tráfico con opio, Vic Rivette. Esta escena está denominada como La visitación, parodiando el anuncio bíblico del nacimiento del Mesías. Un acompañamiento musical con el oficio de difuntos, dará el tono de solemne a la caída del cuerpo marchito de Vic.

Pero faltaría algo para Querelle: la ejecución. Enseguida del acto criminal, va a buscar a Nono para que lo sodomice. Por primera vez siente la “pena capital”, lo cual, lejos de producirle dolor y malestar, le genera agrado e integración. Poco a poco, deja ver su carácter en el que “las fuerzas misteriosas se multiplican al infinito”.

Más adelante tiene ocasión el encuentro con otro asesino, Gil Turko (quien había asesinado a su amante Theo). Es éste el primer intercambio con alguien de su misma estirpe: exaltación y conciencia del acto criminal.

Una nueva sensación surca ahora al marinero; siente amor y deseo por el otro criminal, sin embargo, lo traiciona. En su imaginario, la máxima expresión del amor es la traición. Tal vez el Teniente Seblon sea el único que lo entienda, por ello, éste se pregunta “¿será el amor un antro de criminales?”. Además, para Seblon, todo acto de Querelle es indiscutiblemente aceptado: la proyección de su insatisfacción vertida hacia ese otro que, actúa sin prevenciones sociales o morales.

Pero, aunque la armonía interior de Querelle siga siendo indestructible, llega a reconocer el amor de Seblon hacia él, por eso, al final, en un estado de ebriedad, le ofrece su cuerpo para que aquél de rienda suelta al deseo contenido. Ante esa insinuación, Seblon, seguro e indiferente, responde negativamente, pues quiere mantener la libertad de quien no compromete el cuerpo sino, tan sólo, el pensamiento. Prefiere la humillación de su cuerpo que no logra consumar el deseo. “La humildad solo puede nacer de la humillación si no es falsa vanidad”.

Para finalizar, vale la pena comentar algunos datos adicionales sobre este trabajo: el film fue rodado completamente en estudio (un pequeño homenaje de Fassbinder a sus maestros y un recuerdo de las primeras películas de Gánsteres que observó cuando era niño, en las que eran determinantes los escenarios construidos); tiene siete fundidos en blanco con unas frases poéticas, realizados intencionalmente para concentrar la atención del espectador y hacerlo crítico; y de esa manera evitar la fantasía que pueden evocar los usuales fundidos en negro. Entre los decorados sobresalen los espejos, las pinturas eróticas sobre las paredes y las formas fálicas a lo largo del muelle.
Omar Ardila, Escritor
Por último, destacamos que Fassbinder, en un bello acto de humildad, le reconoce la autoría a Jean Genet de la creación de la figura de Querelle, cuando en el plano final, a manera de epílogo, muestra un documento con información sobre el nacimiento y muerte del escritor francés. Tomado de Con-Fabulación. No.462

martes, 25 de julio de 2017

DE POLÍTICAS Y DETONANTES SOCIALES


Sentados En Un Barril De 
Pólvora Y Nadie Lo Percibe

Por Álvaro Morales
No alcanzan las palabras de esta nota para pormenorizar la seguidilla de expresiones de inconformidad que se han granjeado las esferas y jurisdicciones de nuestros más recientes gobiernos, las cuales han provocado, sin duda, el encendido de una “Bomba social”, que en cualquier momento puede estallar con impredecibles consecuencias.

En nuestro caso, el detonante que puede hacer explotar la “Bomba” lo ha constituido, indiscutiblemente, el excesivo grado de disgusto e insatisfacción contra quienes gobiernan y administran la ciudad y de igual manera el departamento; esto, sin dejar de mencionar las encendedoras e injustas decisiones del gobierno nacional.

Por una parte, nunca antes una administración ha sido motivo de manifestaciones de descontento y desilusión como esta, que con sus acostumbradas y desaguisadas actuaciones pareciera confirmar “no haber dado pie con bola”, como se dice.

En pan de cada día se han convertido las marchas y protestas. Si no son los mototaxistas y damnificados por el derrumbe del edificio Portales de Blas de Lezo lo son los salvavidas o los que procuran el desmonte de los irrazonables peajes en la ciudad.

Con frecuencia protestan los damnificados del derrumbe de San Francisco o los humildes y sufridos coterráneos de Bayunca y Pontezuela que reclaman la instalación del servicio de agua potable y alcantarillado; se disponen a protestar los habitantes del abandonado corregimiento de La Boquilla; y, en el “cajón de bateo”, se alista la marcha contra la preocupante inseguridad.

Todo lo anterior, sin mencionar la insatisfacción ciudadana por el deficiente servicio del Sistema de Transporte Masivo. El flaco servicio que se presta en la red de hospitales y la deslegitimación de la administración, incluyendo sus corporaciones públicas, ante los recurrentes escándalos de corrupción y descarada participación burocrática entregada a los representantes: unos condenados por parapolítica, y otros, por defraudación al erario.

Álvaro Morales
Por el lado de la gobernación, vemos a un mandatario sentado en un “Barril de pólvora” por estar más distraído en sus afanes narcisistas y mediáticos de figurar en las páginas de prensa que en resolver el problema de los campesinos bolivarenses, o de proveer de agua potable y alcantarillado a municipios del departamento, o erradicar la corrupción en las secretarias de salud y educación, o ponerle fin a la angustiante situación de las enfermas niñas de El Carmen de Bolívar.

Por último, las falsas promesas de campaña del hoy Presidente Santos avivan en gran manera la mecha de esta peligrosa “Bomba Social”.

lunes, 24 de julio de 2017

Nuevo Título de Álvaro Pineda Botero


AL FILO DE LA HOJA

"...Y que el lector abra al azar estas páginas y escuche, preferiblemente con la sorpresa inocente de quien oye el mar en una caracola."
          *Álvaro Pineda Botero

El próximo veinticuatro de julio en la Universidad Eafit de Medellín, se efectuará el lanzamiento de este nuevo título de Alvaro Pineda Botero, uno de los más emblemáticos escritores colombianos contemporáneos.  
Al filo de la hoja, publicado por Sílaba, en palabras de la editora “ofrece dos tipos de relatos: cuentos cortos intensos, inquietantes, que dejan al lector con el deber y el placer de cerrar el círculo de la narración propuesta; y cuentos más extensos que exploran posibilidades del género haciendo retratos vívidos de personajes realistas, como el cura Policarpo; abordando la ciencia ficción con gran acierto, como el caso del “El planeta intermitente”; o incluyendo temáticas sociales e intimistas que cuentan una guerra civil, la decadencia de un militar, o los sueños de progreso que se ahogan en el mar de la burocracia.  
Una de las mayores virtudes de este libro es su variedad en temas y escenarios, la generosa cantidad de historias que ofrece al lector como un menú que puede degustar los más heterogéneos comensales de la literatura, ya que sus relatos pueden responder las más disímiles preguntas que nos inquietan y que vienen no se sabe muy bien de dónde; todo esto en un tono a veces cómico, a veces melancólico, a veces filosófico, siempre crítico y lacerante, lejos de la comodidad y del conformismo que sugieren las literaturas del entretenimiento. Solo queda invocar al lector a que abra al azar estas páginas y escuche, preferiblemente con la sorpresa inocente de quien oye el mar en una caracola”.
* Álvaro Pineda Botero, ganó el Premio Nacional de Novela en 1983 con Trasplante a Nueva York. Otra de sus novelas: Bolívar el insondable, fue seleccionada por la Revista Credencial entre las más destacadas del siglo XX en Colombia. Común Presencia Editores ha publicado: El esposado, Memorial de la Inquisición, Gallinazos en la baranda y La política de Dios. Como crítico literario ha publicado Teoría de la novela; El reto de la Crítica y La Fábula y el Desastre –Estudios críticos sobre la novela colombiana. Tomado de Con-Fabulación. No. 461 

domingo, 23 de julio de 2017

Sonrisa Con Olor a Cilantro Y A Mango Biche



JUAN HERRERA Y SU PREGÓN
QUE RIMA CON LOS VEGETALES


Por  Juan V Gutiérrez Magallanes


Ahora más que nunca, me maravillo ante la sencillez y la honradez del hombre iletrado que pregona, bajo los parámetros de la rima: las verduras, frutas y bastimentos, por la calle Real del Cabrero en la noble Cartagena de Indias.

Tira su carretilla con la tranquilidad, de una conciencia sin los vestigios de la corrupción, estado de ánimo que pueden envidiar la gran mayoría de expresidentes, desde Lula Da Silva, de Brasil, hasta Ricardo Martinelli, de Panamá. De eso, estoy seguro, porque Juan muestra la honradez de una sonrisa amplia y abierta con olor a cilantro y a mango biche.

Él, Juan Herrera Barboza, nativo de San Onofre, población caracterizada por el profesor Calixto González,como, “la Villa, donde la Inteligencia es peste y aún no se ha descubierto la vacuna”.

‘Este hombre, quien por apodo lo llaman Alfredo, además de ser citado como “el Negro santarrosero”, ya que desde su niñez pasó a vivir en la población de Santa Rosa, una urbe cercana a Cartagena de Indias, señalada por la bondad de su tierra para el cultivo de frutas y en especial del tomate, como también el brillo de la inteligencia, mostrado en la lucidez del doctor Santiago Pinto Vega, primer costeño, elegido por el voto popular de los estudiantes, como Rector de la Universidad Industrial de Santander (UIS).

Juan Herrera tiene cincuenta y cuatro años de edad, de los cuales ha frecuentado durante treinta, la calle Real, escuchando el eco de los poemas del Brujo, reflejados en las hojas de los últimos árboles de Uvita de Playa que ornamentan el Parque Apolo.

Desde las primeras horas de la mañana, se escucha el trino del amaestrado turpial, escondido detrás de sus labios, golpea su machete en la parte lateral de su carretilla y deja escapar su pregón:
"- Llevo limón de España, con sólo tres, usted se baña.
- Aquí estuvo Arturo, vino y compró seguro. 
Hace una pausa y entona un silbido melodioso, que se difunde en el vapor marino de las aguas que se escapan de la playa.

- Llevo naranja dulce como la miel, y jugosas como el mar, vengan, que voy con Orlando y, por eso todo lo estoy dando.

- Oigan, oigan, sí, sí, aquí estuvo André, compró y volvió otra “ve”.
-Llegó Solano y compró temprano.

- Enyuqueeensensen,aguacatennnsensen , emberejeneensensen aquí están los aguacatelón , más grande que un balón".

Vuelve a silbar, dejando que el eco se humedezca y quede adherido por unos instantes en las hojas del árbol de almendra, algunas veces, parece que la efigie del Pensador le sonriera y aprobara la bondad de Coney por el pregón del Negro.

"Claro que sí, que sí hay, llevo piña más dulce que la miel, esa que comió Ismael y le dio a Andrés, para que probara otra vez…Oiga Naranja dulce, de Margarita, esa que se come solita, guayaba dulce, mangos de azúcar y de puerco, se come uno y se come un poco, Guanábana blanca y sabrosa, esa que come Rosa …Oiga que sí, que sí, que sí….Oiga naranjas de Ñanguma, con una sola, llena una totuma ,sí, sí, sí hay…"

Lanza un silbido, que se pierde con el toque de su machete sobre la parte lateral de su carretilla y el eco se disuelve en la distancia.

Juan volverá después de media hora y hará con su pregón, que nos olvidemos del desmoronamiento de la justicia colombiana.

Mañana, volverá con el mismo entusiasmo y su cargamento de verduras, bastimentos y frutas rimadas. Porque él no sabe leer, y en los periódicos no se podrá enterar del crecimiento galopante de la corrupción.

Juan V  Gutiérrez Magallanes

miércoles, 19 de julio de 2017

DE LA INQUISICIÓN Y OTROS DEMONIOS


CARTAGENA ANCLADA EN EL TIEMPO 
Y A LOS HOSTILES RECUERDOS

Por Alvaro Morales

De los acontecimientos de más ingrata recordación para la memoria de los cartageneros y la historia de la ciudad serán siempre las sórdidas ejecuciones que por obediencia a miserables inquisidores   ejecutaban crueles verdugos en las cámaras y salas de tormento del conocido Palacio de la Inquisición.

Por muchos años, y hasta hace pocos, visitantes nacionales y extranjeros que acudían en búsqueda de la necrología que se dio en  esta Edificación eran “recreados” con los objetos y los macabros métodos de tortura con los que se deleitaban los apasionados e inclementes justicieros con su víctimas; muchas de ellas inocentes.

La horquilla, el desmembramiento, la gota china, la hoguera, la turca, la rueda, el potro escalera, el desgarramiento de senos y el péndulo, entre muchos, fueron los instrumentos usados para los despiadados métodos de tormento y muerte ordenados por los abusadores inquisidores contra los que eran acusados de heréticos de la fe católica, los practicantes de malas costumbres, brujos y hechiceros, según eran inculpados por el execrable Tribunal de Penas del Santo Oficio de la Inquisición de Cartagena de Indias; evocación de lo que hoy conocemos como falsos positivos.

Pero pasados casi doscientos años de haber cesado los oficios del religioso y siniestro Tribunal, pareciera que el macabro espíritu de inquisidores y verdugos no sólo subsistiera y se paseara por pasillos y cuartos del inmueble colonial sino haberse interiorizado en quienes de manera tiránica administran hoy por cuenta del Estado esta colonial edificación.
 
Es por todo esto, y sin temor a equivocarme, creo que es probable que haya sido más fácil hablar y ser recibido por el tétrico Juez de la Inquisición que por los que hoy de manera autocrática lo regentan y han convertido en su propio feudo este mal llamado Palacio.
 
Cartagena tiene la necesidad de continuar desmarcándose de los ignominiosos y deshonrosos recuerdos del Tirano y el Opresor colonizador; así como muchos países ya lo han hecho.
Si ya el Teatro y el Estadio no llevan el apellido Heredia; Medellín quiere borrar de sus recuerdos el edificio Mónaco; Alemania nunca ha levantado una efigie al Führer; y pocos son los monumentos que Mexico ha levantado para honrar al conquistador; así mismo guías y conductores de los que visitan el Palacio de la Inquisición de Cartagena deben suprimir de manera absoluta los relatos con los que se traiga a memoria la “historia negra” de lo que por muchos años se practicó en esta Casa Colonial; prefiriendo que la charla recreativa se refiera, eso sí, a las posibles bondades arquitectónicas de la edificación.

¿S
erá que por causa de seguir atados a estos hostiles recuerdos es que Cartagena pareciera permanecer anclada en el tiempo y no progresar como sí lo han hecho otras ciudades del país?




 
  



martes, 18 de julio de 2017

NARRATIVA COLOMBIANA

LA ANTEDILUVIANA

Por Gilberto García Mercado

Alegre como estaba no podía decir mucho. El brillo de sus ojos y la respiración entrecortada coadyuvaron a que las palabras se le aglomeraran en la boca. Amanda era una desconocida en aquellos momentos, la otra cara de la mujer campestre, que vestía falda hasta las rodillas y, con aire de santurrona siempre en conflicto con el amor.  
Él la observó en el vecindario, caminar con el sigilo de quienes esperan muchas cosas de la vida. «Qué mujer habrá detrás de esos ropajes», pensó mientras la imaginaba con un vestido de baño en la playa. Ella continuó altiva y sin advertir las miradas del hombre. Éste, en la brevedad de la tarde, recordó poemas de Neruda.  
Y ahora las palabras se le agolpaban en la boca.
«Buenos días», había dicho. Se sentó en la misma mesa que ocupaba Sergio en el Café Harrison. Y como si lo conociera de años habló del hombre de la esquina, el que vende perros calientes en la cafetería de la cuadra. El que siempre tiene una sonrisa en los labios. 
 
—Tipo encantador ese—dijo luego de una andanada de palabras. Ella apartaba de vez en cuando los mechones de cabello en la frente. —Se llama Sergio, dígame algo de él cuando lo conozca.  
Desde entonces no ha podido olvidar a la mujer.
Ella se levantó de la silla en el café, lo miró directo a los ojos, algo indiferente, y agregó: 
 
—No lo olvide, dígame algo de él cuando lo conozca.  
Supo entonces que era una chica solitaria y extraña. Que habitaba el piso de abajo en la casa de las Maldonado. Cuando no estaba en la repostería, de la cual derivaba el sustento, transcurría en el apartamento, leyendo Novelas de Faulkner y Cortázar.  
No parecía tener contactos ni alguna relación con nadie. Podía ser desterrada en cualquier momento y nadie advertiría su ausencia. Alguien podía preguntar por ella y nadie respondería que en el piso de abajo de la casa de las Maldonado habitaba la mujer.  
Evoca la luz de sus ojos, la cadencia y modulación con la que hablaba, luego de revelarle su gran descubrimiento.  
—El amor—confesó la mujer—He descubierto el amor. Se llama Sergio, el joven que vende perros calientes en la cuadra.  
        
       Gilberto García M
Tuvo que hacer un gran esfuerzo para mantener la calma. En especial para descifrar el lenguaje de la dama en medio de su loca alegría. Ahí, en el Café Harrison, Sergio no advirtió el cielo nublado, la tarde descompuesta, los pasos apresurados de la gente ante la precipitud de la lluvia.  
—He descubierto el amor—insistió la mujer.

No fue hasta cuando el cielo se aclaró y las nubes se replegaron en alguna parte que Sergio tuvo noción de la realidad.
A través de la noche que llegaba creyó ver elevarse entre las nubes a Amanda que con unas alas enormes se perdía en el cielo.

—Se llama Sergio, el joven que vende perros calientes en la cuadra—musitaba Amanda en medio de su loca alegría.

miércoles, 12 de julio de 2017

DE LA FRÁGIL Y FALLIDA JUSTICIA COLOMBIANA

¿HASTA CUÁNDO LA CASA POR CÁRCEL PARA LOS CORRUPTOS?
“…sepulcros blanqueados, bien arreglados por fuera, pero por dentro, llenos de inmundicia” Mateo 23: 27
                                                                  Por Alvaro Morales

Gústenos o no, sin eufemismos hay que admitir la total fragilidad y fracaso de todo el compendio de instancias que constituyen el aparato judicial de Colombia, el cual se encuentra absorbido por toda suerte de irregularidades. La nuestra es una administración de justicia impúdica y fallida, así ha quedado más que demostrado, a pesar de los presuntos y disfrazados esfuerzos que de manera reiterada hacen gobierno y parlamento dizque para reformarla y extirpar la corrupción que la socava y corroe.  
Vergüenza le debe dar al Órgano investigador y acusador de nuestro país no haber sido capaz o hacerse el de la “vista gorda” para no haber escudriñado o descubierto los grandes escándalos transnacionales y nacionales que involucran a muchos que nos han engañado posando como ilustres y remilgados prohombres. 

Si no hubiera sido por la diligente gestión de la Fiscal estadounidense Loretta Lynch, ningún país, y mucho menos Colombia, se hubieran atrevido a triturar la maraña corrupta y perenne enquistada en la multinacional Fifa, la cual por muchos años saquearon sus seudo dirigentes, entre ellos, el señor Luis Bedoya, ex presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y miembro del Comité Ejecutivo de tal organización deportiva mundial; inculpado por los delitos de soborno, fraude, lavado de dinero y crimen organizado. 

Si no hubiera sido por la Administración de Justicia de los Estados Unidos, muchos compatriotas estamos seguros, que ningún país latinoamericano, entre ellos Colombia, hubiera conocido el macabro modelo comercial empleado por la brasilera Odebrecht para ganar licitaciones y contratos que a punta de sobornos y toda suerte de corrupción manejaba desde principios del siglo pasado a través de su siniestra “oficina de relaciones estratégicas”, conocida como “Caja B”. 

Y el más reciente, y uno de los más deshonrosos hechos que confirman la fragilidad del aparato judicial colombiano, el conocido caso de la captura por corrupción, por parte de la DEA, del señor Luis Gustavo Moreno, fiscal anticorrupción; una verdadera encarnación de los que Jesús llamó como “Sepulcros blanqueados”. 
Álvaro Morales
En Colombia, pero especialmente en Cartagena, necesitamos con urgencia un aparato judicial que sea capaz de sancionar de manera ejemplar a los responsables de muchas irregularidades que se han venido cometiendo contra la administración pública de la ciudad, del departamento, y de sus corporaciones públicas, y por las cuales a “garganta batida” la ciudadanía clama para que se haga justicia. 

¿Será que algún día conoceremos a los responsables de la descomposición y la corruptela en el sistema de salud, educación, deporte, etcétera?  
Y por último, ¿será que alguna vez nuestra administración de justicia dejará de dar casa por cárcel a reconocidos delincuentes? ¿O dejándolos en libertad dizque por falta de pruebas? ¿O endosando culpas a inocentes?





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Hojas Extraviadas

El Anciano Detrás Del Cristal Por Gilberto García Mercado   Habíamos pasado por allí y, no nos habíamos dado cuenta. Era un camino con árbol...