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sábado, 1 de octubre de 2016

Segunda Parte


Con Motivo De La Pedagogía Del Proceso De Paz Y Los Acuerdos De La Habana


 Por Guillermo Ricaurte Fayad

5.- La Reforma Constitucional de la Revolución en marcha de ALFONSO LOPEZ PUMAREJO, punto central Ley 200.
En 1936 Alfonso López Pumarejo le dio un gran vuelco a la Constitución de Nuñez de 1886, dando paso a una nueva concepción del Estado. La reforma constitucional estableció la definición de la propiedad por su función social. Entre los efectos más notorios de esta nueva norma, se encuentra el derecho del Estado para realizar expropiaciones de terrenos, bajo el principio de la utilidad pública, especialmente en los extensos territorios ociosos de los terratenientes. 
A pesar de las intenciones de López por modificar la estructura de la propiedad colombiana cedió ante las presiones de los grupos terratenientes.. 
Basándose en la norma constitucional de la función social de la propiedad, el presidente López promovió una reforma agraria, la primera llevada a cabo en el país, que incluyó normas sobre la explotación de la tierra, los derechos de los arrendatarios y colonos sobre las tierras de los patronos y las condiciones laborales óptimas para los jornaleros, uno de los momentos en la historia de nuestro país en torno al cual todos los sectores políticos, los campesinos y los propietarios tradicionales de la tierra se movilizaron, es decir uno de los procesos donde las cuestiones agrarias fueron consideradas por todos los directa e indirectamente relacionados con ellas como problemas: la ley 200 de 1936, o lo que la historiografía oficial y los liberales consideran como el primer intento serio de reforma agraria. 
En realidad no fue una Reforma en todo el sentido de la palabra, pues no se estaba reformando la constitución de 1886: sólo se expidió una ley que regulaba unos ciertos temas que giraban alrededor de la propiedad de la tierra en ciertas zonas del país. Los temas de los que trataba la ley eran: Los terrenos Baldíos, los Jueces de Tierras, las Reservas Forestales, la utilización del Subsuelo, los Juicios de Lanzamiento, las prescripciones, los requisitos para hacerse dueño de un lote y el procedimiento para detener alguna ocupación dentro de un terreno propio. Se dio también una gran Reforma a la Educación Oficial y Privada ya que antes era una educación confesional que iba en contravía de los principios democráticos. 
En la Convención de Ibagué de 1922 del Liberalismo, se crea por iniciativa de Benjamín Herrera la Universidad Libre como respuesta a ese estilo confesional y oscuro que existía en ese momento basado en los principios de la inquisición y funda la Universidad Libre con la siguiente frase: “La Universidad no es el foco de sectarismo ni fuente perturbadora de la conciencia individual”, y desde ese momento se convirtió la Libre en la orientadora ideológica del país. 
La ley 200 aclaraba que un particular podía acreditar propiedad privada si tenía los documentos necesarios para hacerlo, que podían remontarse hasta antes del año 1821, es decir, hasta momentos que correspondían con la víspera de la independencia. También establecía algunos tiempos dentro de los cuales el Estado podía reclamar un terreno baldío por medio de la extinción de dominio o un particular podía declarar que ha hecho uso apropiado de la tierra y, en consecuencia, merecía ser el propietario de dicho predio. Estos tiempos variaban, según el caso, entre los tres (3) y diez (10) años. 
El gran problema del novedoso Régimen de Tierras del Gobierno López fue que se quedó en el corto plazo y, a pesar de sus pretensiones de mediano y largo plazo, terminó siendo utilizado como un método, porque fue evidente que el carácter conciliador que expresaba el Gobierno hacía los sectores campesinos y obreros tenía un trasfondo político y hasta electoral: detener las manifestaciones campesinas que estaban afectando la estabilidad social y que podía poner en peligro los procesos electorales debido a la reciente introducción de la Cédula Electoral y la ampliación del Padrón. 
La situación en el país con respecto a los sectores rurales y obreros venía siendo muy complicada dados los constantes choques entre los patrones y los trabajadores. Si bien siempre hubo conflictos, estos se intensificaron desde la segunda década del siglo XX, cuando ya se empezaba a escuchar de masacres relacionadas a un sector productivo específico de la población. Asesinaban campesinos en Córdoba, trabajadores de la United Fruit Company en el Magdalena en donde le sirvió al gran caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, lucirse en la Cámara de Representantes en un gran debate sobre los acontecimientos de la persecución oficial contra la gente humilde, campesina y trabajadora del país, que se cerró con la famosa Manifestación del Silencio en la Plaza de Bolívar en la Ciudad Capital.  
Cuando llegó la Ley 200 de 1936 los campesinos obtuvieron algunas herramientas para defenderse efectivamente frente a los vejámenes de sus patrones hacendados: pudieron acercarse a las autoridades para defender el derecho a la propiedad que habían ganado por poner a producir efectivamente la tierra y en caso de conflicto, estos podían ser dirimidos ante una nueva autoridad competente: los jueces de tierras. 
La esperada –y mal llamada– Reforma Agraria, asimismo, pudo haber sido una verdadera revolución para el sector rural colombiano, ya que pudo haber incentivado la producción real y efectiva de grandes porciones de tierra y, además, pudo haber impulsado una redistribución justa de las tierras “incultas”, o baldíos, a favor de los campesinos desposeídos. Sin embargo, esto no pasó.  
La Ley 200, que adelantó el Congreso de la República con el apoyo del Gobierno liberal de Alfonso López Pumarejo en el marco de su Revolución en Marcha, no propuso medidas modernizadoras para los nuevos predios que se iban creando a partir de la prescripción de porciones de la propiedad de grandes hacendados. Es decir, no le dio a los campesinos –que, por supuesto, eran pobres– el espaldarazo financiero necesario para que ellos tecnificaran sus pequeños predios y pudieran aprovechar al máximo cada centímetro de tierra. Por ejemplo: la Ley pudo haber sido un buen primer paso para la implementación de la agricultura intensiva, y el comienzo del fin/disminución de la extensiva, puesto que si se le inyectaba capital a los pequeños predios para que produjeran más en menos tiempo y, además, tuviesen los recursos para poner sus cosechas en los principales puertos del país, se habría disminuido la necesidad de tener amplios terrenos y la redistribución pudo haber sido más fácil. 
El Régimen de Tierras tampoco consagró medidas para proteger a aquellos campesinos que pudieran ser echados de las haciendas en las llamadas Barridas cuando los patrones se daban cuenta que podían ser un riesgo para su propiedad, es decir, no se propusieron formas de reparación para los campesinos: aquellos que eran lanzados o echados de la Hacienda quedaban absolutamente desposeídos y en la inopia. Esto último, este descuido, pudo haber resultado en el aumento de la población urbana debido a que, al arrebatarle el derecho a un pedazo de tierra, los campesinos no tenían otra opción que emigrar a las ciudades para buscar oportunidades.

La Ley 200 no le garantizaba a los campesinos una salida del cultivo para la auto-subsistencia ya que no proponía nada en términos de infraestructura y comercialización de los productos que estos pudiesen llegar a generar con sus, ahora, propios predios. Es decir, a fin de cuentas, los campesinos seguían dependiendo de los terratenientes ya que si los primeros querían comercializar lo que producían, usualmente tenían que recurrir a los segundos para hacerlo a través de las estructuras comercializadoras que ya estaban funcionando o, aún peor, si los campesinos no alcanzaban a suplir sus necesidades con la producción de su propia tierra, tendrían que ir a trabajar con sus ex–patrones; lo que en ninguno de los casos supone una relación amigable. 
 
El problema que se encuentra es que la Ley no contemplaba que en la amplia mayoría de los casos la relación que existía entre los patrones y los campesinos era puramente verbal. La falta de educación de estos últimos hacía que usualmente no supieran sus derechos –ni los pudieran leer– y creyeran en la “buena fe” de sus patrones. En esta misma línea había otra cosa que influía determinantemente y esa era que las personas del campo creían –se puede decir que todavía lo hacen– fervientemente en el valor de la palabra empeñada; Evidentemente, eso creaba la situación perfecta para que hubiese abusos por parte de los hacendados y retaliaciones por parte de los agricultores, aumentando así el odio entre partes. 
6.- Análisis del Acuerdo de Paz 
No podemos entrar en materia en los acuerdos de la Habana, no sin antes presentar un estudio su síntesis de la situación del campo colombiano porque es bueno que la juventud y toda la gente conozca lo que se ha hecho en el país en esta materia. Por consiguiente, me permito hacer un resumen explicativo en términos políticos y con un estilo pedagógico qué es el proceso de paz y qué representa para Colombia y la América y por qué no, para el mundo, los acuerdos en la Habana que pone fin definitivamente a una guerra o conflicto armado que lleva más de 50 años y que este acuerdo trae para el país el comienzo en si de una verdadera paz con una gran justicia social y reivindicatoria para los sectores más desfavorecidos.
 
El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado con la FARC, para la Construcción de una Paz Estable y Duradera con justicia social en todos los frentes de la sociedad, tiene como Objetivo: la terminación definitiva de las acciones ofensivas entre la Fuerza Pública y las FARC, y en general de las hostilidades y cualquier acción prevista en las Reglas que rigen el Cese al Fuego y de Hostilidad Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas, incluyendo la afectación a la población, y de esta manera crear las condiciones para el inicio de la implementación del Acuerdo Final y la Dejación de las armas y preparar la institucionalidad y al país para la Reincorporación de las FARC a la vida civil. 
En vía del Acuerdo de Paz, las FARC se comprometieron a entregar todas sus armas a las Naciones Unidas, a no incurrir en delitos como el secuestro, la extorsión o el reclutamiento de menores, a romper sus vínculos con el narcotráfico y a cesar los ataques a la Fuerza Pública y a la población civil. Habrá verdad, justicia y reparación para las víctimas. El Acuerdo logra, que a partir de su aprobación por la ciudadanía, las FARC hagan política sin armas. El Acuerdo incluye un Plan de Desarrollo Agrario con acceso a tierras y Servicios y una estrategia de Sustitución Sostenible de Cultivos Ilícitos. 
Dejación de las Armas 
En este tema está claro que es un hecho la entrega de las armas en tres fases se serán dadas a las Naciones Unidas quien es garante sobre este punto. Hay que ser sinceros, en ningún proceso de paz la parte guerrillera hace entrega de la totalidad de las armas porque no vayamos muy lejos cuando el arreglo con el dictador Rojas Pinillas, la guerrilla de entonces en los Llano Orientales nunca entregó la totalidad de las armas; caso igual ha sucedido en otros países en donde se han efectuado esta serie de procesos, inclusive me atrevo a decir con conocimiento de causa que analizados los otros procesos, el de Colombia es el que más normatividad tiene tal vez por ese espirito Santanderista que todavía impera en nuestro país.
 
Narcotráfico 
Este es un punto bastante trajinado no solamente en Colombia sino en todo el mundo y está demostrado una vez más que el sistema de persecución policiva y de sanción penal no ha tenido resultado y se han gastado millones y millones de dólares para contrarrestar este flagelo de la Droga cultivo mayor comparado con los Estados Unidos, y existe un principio mundial en Economía intitulado Oferta y Demanda, que nos aclara el hecho que si no hay Vendedor, no hay Comprador. Nosotros en Colombia nos han impuesto del exterior todas las normas y los sistemas para acabar con el narcotráfico y cada día está demostrado que no tiene validez y está superado. Por ello se hace necesario buscar un acuerdo para darle mate a este asunto y yo comparto la tesis de que la mariguana hay que legalizarla tal como se hizo en Chicago en la época de All Capone con el licor. 
Esta idea no le cayó bien al tío San cuando en su momento el entonces Presidente de ANIF Ernesto Samper Pizano planteo esta tesis que ahora tiene más fuerza que antes y considero que desde ese momento empezaron las talanqueras y otras cosas más para el ExPresidente Liberal Samper Pizano, que para mi concepto hizo un gobierno social muy a pesar de la oposición envidiosa e inmadura que en cabeza de Andrés Pastrana planteaba.  
Y lo acordado es acabar totalmente con el cultivo no con ese criterio fascista de la fumigación sino manual y es precisamente los guerrilleros incorporados a la vida ciudadana quienes entraran a ejercer estas funciones y atraves de programas de sustitución de cultivos de uso ilícito, se les dará a los cultivadores, antes amenazados por la guerra, opciones reales de vía y trabajo en la legalidad. 
Desarrollo Rural 
Se busca que haya más crédito, asistencia técnica y apoyo en la comercialización de la producción agrícola; que se formalice la posesión y la propiedad de la tierra y que se cree un Fondo de Tierras a partir de baldíos, donaciones y recuperación de aquellas que fueron compradas ilegalmente para distribuirlas de forma justa a quienes la guerra les quito todo; los desplazados por el conflicto podrán volver a sus tierras, trabajar en ellas y vivir en paz; la población rural tendrá oportunidades de educación, salud, trabajo digno y vivienda; se proporcionaran bienes y servicios públicos que actualmente no existen en el campo; se formalizará el trabajo en el campo y mejorara la protección social rural, además se brindarán alternativas económicas sostenibles a las comunidades rurales que habitan en zonas de interés ambiental, como páramos, cuencas y humedales. 
Para el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y su Ministro de Agricultura Aurelio Iragorri Valencia este es un tema de mucha importancia porque es precisamente en el campo colombiano en donde nacieron los movimientos o agrupaciones que protestaron contra la injusticia que cometía el sistema estatal con los campesinos.  
Observemos que cuando Santos Calderón llegó a la Presidencia el Ministerio de Agricultura era así simplemente sin apellido. Al llegar el Presidente y su Ministro Juan Camilo Restrepo le pusieron apellido, dando como consecuencia que se intitule desde ese momento Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, es decir encierra todos los puntos cardinales del campo en todas sus ramificaciones, como lo dijimos anteriormente, desde el año pasado este Ministerio ha venido haciendo los cambios necesarios para la nueva concepción del estado colombiano, cabe anotar que para nuestro concepto el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural jugará un gran papel preponderante en el pos conflicto. 
Tiene innumerables programas y divisiones para atender cada una de las necesidades del campo, entre ellas: Mujer Rural, Patios Productivos, Unidad de Tierras, Colombia Siembra, Desarrollo Rural con Equidad-DRE, Vivienda Rural Campesina, entre otros. 
Participación y Democracia 
Es conducente resaltar que la participación y la democratización del sistema político administrativo colombiano comenzó desde la constituyente que creo el nuevo estatuto mayor constitucional en 1991 y se ha sostenido muy a pesar que los gobiernos ortodoxos y de mentalidad fascista y falanquista han querido acabar introduciéndole una serie de normas para restringir la participación de pueblo colombiano. 
En el lenguaje tradicional la democracia se entendía como el gobierno del pueblo para el pueblo y desde 1991 cambio ese viejo concepto para darse uno nuevo como es la democracia, es la toma y participación del constituyente primario en los asuntos gubernamentales, todo esto sirvió de base para plantear en la mesa de la Habana la participación y la democracia. 
El Acuerdo Final busca resolver las diferencias de manera pacífica y que el país logre construir una cultura de Reconciliación, Convivencia y Tolerancia; se creará un Sistema Integral de Seguridad; se fortalecerá la participación de los ciudadanos para que ejerzan su influencia en las decisiones que los afecten. 
Y así está abierta la democracia para que la gente que en un momento dado se rebeló contra el sistema estatal, participara en los cuerpos colegiados como el Senado, la Cámara, los Concejos Municipales y Distritales y las Asambleas Departamentales, porque es más importante para un país hacer la guerra con ideas y planteamientos que estar en el campo utilizando los fusiles. 
En todo los procesos de Paz del mundo como los de América Central -Nicaragua, San Salvador, Guatemala- y también en Suráfrica, Uganda entre otros, no recuerdo en este momento que en los países donde hubo proceso de paz el gobierno de turno les entregó 100 veces las curules que en los actuales momentos están tipificados en el acuerdo y que la derecha y los amigos de la guerra lo critican como una dádiva o como una entrega del Estado, esto carece de toda veracidad y hay que alertar a la comunidad nacional que no se deje engañar con estos vendedores de ilusiones, vendedores de vermífugos como bien lo afirma el gran vate colombiano Jorge Zalamea en su poema “El sueño de las Escalinatas”. 
Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición 
Esto con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los Derechos de las Victimas que es la razón de ser de los Acuerdos de la Habana, asegurar la rendición de cuenta por lo ocurrido, garantizar la seguridad jurídica de quienes participen en él y contribuir a la convivencia, la reconciliación y la no repetición del conflicto y conseguir la paz duradera. 
Los responsables de crímenes graves serán investigados, juzgados y sancionados, deben colaborar, decir la verdad y reparar a las víctimas; de no hacerlo recibirán las penas asignadas para ese tipo de delitos y si vuelven a hacerlo perderán los beneficios judiciales. 
Todos los responsables por estos delitos, tanto guerrilleros, como integrantes de las Fuerza Militares y de Policía relacionados con el conflicto y civiles deberán presentarse ante la justicia transicional y tendrán que participar en acciones de reparación a las víctimas y a las comunidades afectadas por el conflicto como construcción de infraestructura, desminado humanitario y búsqueda de desaparecidos, que les permitirá acceder a un tratamiento especial de la justicia. 
Todo el acuerdo de la Isla es importante y cada uno de ellos tiene su altura depende como se mire, este es una justicia que se ha intitulado Transicional porque una vez superado todos los impases no hay razón de ser de su vigencia.
Me da la impresión y es una presunción que muchos de los guerreros u opositores tienen temor de que este alto tribunal los llame a rendir cuentas por su responsabilidad intelectual ante los hechos de masacre.
 
Con esta intervención que dejaré a ustedes escrita es un aporte del suscrito a todo esto del Proceso de Paz en Colombia y al respaldo de los Acuerdos de la Isla. 
Considero con mi Autoridad Intelectual, Academicea, Profesional y Política que con esto del SI empezará para Colombia una sociedad mas igualitaria, mas incluyente y de más oportunidades para todos. 
Estos señores que son Aves de Mal Agüero en el fondo se oponen a este asunto, no porque los altos jefes de la Rebelión vayan a entrar en el Congreso, si no porque con esta transformación hay que hacer una gran reforma al sistema colombiano como una verdadera reforma Agraria, la Reforma Social Urbana, la Reforma a la Salud, a la Educación a la Justicia. Al Sistema Electoral que entre otras cosas ya es anacrónico porque fallecido el Frente Nacional no hay razón desde ningún punto de vista, que la misma estructura prevalezca en la Organización Electoral. 
            
      Guillermo Ricaurte Fayad, Abogado y Escritor    
La Juventud como ustedes tienen que desde ya tomar la vocería de la nueva Cartagena esta Cartagena de mis amores de este Caribe mágico, de este Caro Departamento porque de otra manera no podremos salir adelante porque todo este proceso ciudadano y porque no político, ustedes como jóvenes tienen un papel preponderante en el devenir histórico. 
No puedo concluir esta sin antes agradecerle a los que me invitaron a este encuentro con tan selecto grupo de estudiantes. 
Incito al Rector y a todas sus Directivas, a que, esta Universidad a quien le debo mis estudios de Derecho, sea el Centro y el Foro de los grandes acontecimientos del país y por ende de Cartagena.
*Derrotero de la charla Del doctor Guillermo Ricaurte Fayad en la Escuela de Administración y Finanzas de la Universidad de Cartagena. Martes, septiembre 13 de 2016.
 

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Noticias del Último Combate


Los Círculos de La Guerra en Mitú


Por Fabio Jurado Valencia* 


Eran las cinco de la mañana. Desperté con el sonido de la metralla. En otras ocasiones la balacera se oía por unos minutos y luego, poco a poco, se iba diluyendo. Pero esta vez se quedó, con detonaciones más intensas. La explosión de los cilindros (las bombas caseras) estrujaba la casa-hotel y las láminas de zinc del techo se movían a la manera de un fuelle. Me metí debajo de la cama, pegado a la pared, pues ya el movimiento de las paredes advertían el riesgo. Dos tarántulas rubias se desprendieron del techo y caminaron hacia el refugio de la cama. Venían hacia mí. Opté por tirarles los zapatos, uno por uno, para espantarlas, pero no atiné. 
Los bombazos continuaban. Entonces me arrastré hacia la puerta. Abrí, y al frente, esperándome, estaba un hombre alto, con botas militares y cananas de combatiente. Lo estoy esperando profesor, me dijo. Qué pasa, le pregunto. Debe protegerse, me replica. ¿Y en dónde, qué hago?, interrogo. En las playas del río o en el baño del hotel, único lugar con plancha de cemento, dijo con una tranquilidad pasmosa. Pues me quedo ahí, le respondí, porque al río no voy. Es usted quien decide, acotó, mientras salía del hotel hablando por el teléfono móvil: tarea cumplida, todo normal, ya voy…  
Desde las cinco de la mañana hasta las 4 de la tarde, con el receso de dos horas para el almuerzo–la guerra es también un trabajo con horarios-, la balacera y las detonaciones continuaron. 
Un policía defendía la garita con una ametralladora y una bazuca, comentaban los del segundo círculo. 
A las diez de la mañana llegó el avión fantasma. Primero se veían los fogonazos en la altura y luego se oía el sonido del disparo. Disparaba hacia los bordes del pueblo, sin focalizar el casco urbano. Pero en el tercer y cuarto círculo los combatientes, en las fronteras del pueblo, se ocultaban parados dentro de un hoyo, con el fusil hacia arriba; así pude entender por qué además del fusil cada guerrillero cargaba una pala. Solo tierra y árboles removían los cañonazos del avión fantasma.  
En el tercer y cuarto círculo estaban los más jóvenes: muchachos de 15 y 16 años, con cuerpos de adultos, hijos de la guerra, educados para la guerra. Algunos pedían por teléfono que les permitieran pasar al segundo y primer círculo. No había miedo sino ganas de disparar, pero las reglas se respetaban: cada quien con sus tareas y sus roles en el círculo respectivo; el miedo lo teníamos nosotros, dos hombres y una mujer, en el baño sanitario con techo de cemento; ese miedo se fue disipando a medida que progresaba el evento beligerante; la conciencia le dice a uno que hay que esperar, que un combate nunca es eterno. 
A las cuatro de la tarde pararon los fogonazos, de parte y parte, pues un disparo de mortero logró acallar al policía de la garita. El avión fantasma se iba. Ahora había silencio. Entonces nos asomamos a la calle y caminamos a husmear. Los del primero y segundo círculo se juntaron. Rodearon a los 60 policías que sobrevivieron; los pusieron en fila, con las manos en la nuca; la escena era dantesca; pudimos ver que las balas también decapitan. Mientras tanto, los helicópteros del ejército aterrizaban a 10 kilómetros de allí e iniciaban el acercamiento al pueblo, como lo supimos después. Había un trato tácito entre los victoriosos y el ejército: enfrentarse en la selva, para no afectar más a los pobladores.  
A las seis de la tarde, salieron de la población con los rehenes. Nadie lloraba a los policías muertos; ninguno era de allí.  
En ese lapso de silencio otros guerrilleros habían localizado a tres hombres que buscaban para la ejecución; políticos corruptos, decían, que huían desde San José y Miraflores: sus cuerpos fueron lanzados al río. Los vimos pasar zarandeados por las aguas, en ese río majestuoso, el Vaupés, testigo de la historia del abandono del estado en estas por entonces vírgenes geografías. Alguien, en una canoa, intentaba vanamente rescatarlos.

Sobrevino la oscuridad con una noche tenebrosa: desde las siete hasta el amanecer aviones de combate pasaban rasantes y luego descargaban sus bombas en lo profundo de la selva. 
No quedará nadie vivo, pensé, mientras intentaba dormir. Sin embargo, solo ellos, unos y otros, saben lo que ocurrió en esa noche; lo cierto es que a las seis de la mañana del día siguiente ingresaron al poblado los soldados, con los mismos uniformes, las mismas armas, los mismos rostros de la guerra, sin miedo, saludando; ninguna diferencia con los otros; y días después vimos en los periódicos y por televisión a los comandantes guerrilleros y a los rehenes, como si aquella noche hubiese sido una mascarada.  
Yo había llegado el día 31 de octubre a orientar un taller sobre la lectura crítica con un grupo de maestros de Vaupés, según un convenio entre la Universidad Nacional y el ministerio de educación. 
Un halo de misterio y de zozobra cubría el ambiente de la primera sesión. Todos sabían lo que ocurriría, porque todo se sabe en estos pueblos del mestizaje y de la multiculturalidad. Era notorio el entusiasmo de los docentes por el tema; querían saber sobre cómo hacer para promover la lectura crítica con cartillas de Escuela Nueva, lo único que reconocían como libros en los colegios. Pero estaban nerviosos por lo que habían oído que ocurriría esa noche previa al día de los difuntos. 
      
Fabio Jurado Valencia     
Hemos persistido en el trabajo con los maestros en los territorios de la amazonia, la Orinoquia y el Pacífico, porque la universidad de la nación -¿existe la nación?- ha de estar en donde la necesitan y creen en ella. 
La educación es la ruta más poderosa para avanzar hacia un país con más equidad: un país moderno; mientras persistan los conflictos armados, la corrupción y los negocios con la guerra, Colombia será un país pre-moderno. 
No es posible que la inversión en la guerra sea un pretexto de los gobiernos para no invertir en la educación y en la salud. Entonces, neutralizada la guerra ya no habrá pretextos para no invertir en el sistema educativo y para su recomposición, porque la educación hoy es un edificio con grandes fisuras.
*Narrador y ensayista. Licenciado en Literatura Universidad Santiago de Cali; Maestría en Letras Iberoamericanas (UNAM, México), Doctor en Literatura (UNAM, México). Profesor de Literatura en la Universidad Nacional de Colombia. ExDirector del Instituto de Investigación en Educación: UNAL. Fundador del Programa y Colección Viernes de Poesía: Dpto. de Literatura: UNAL. Doctorado en Literatura: UNAM, México. Ha sido consultor para la UNESCO y los ministerios de educación de México y Colombia. Contacto: fdjuradov@unal.edu.co 
        Tomado de Con-Fabulación. No. 432. 

martes, 27 de septiembre de 2016

Del Milagro de la Firma del Acuerdo De Paz



Volviendo A Nuestra Desnudez


Por Álvaro Morales


Por cuenta de los acontecimientos de la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, pudimos los cartageneros disfrutar de un brevísimo tiempo de sosiego, escapar de los resguardados y privilegiados lugares, de la cotidiana, insegura y convulsionada movilidad, deleitándonos con los espacios públicos despejados y con la “tranquilidad sonora” que en días comunes alteran los baratillos y los vendedores ambulantes. 
Siempre se ha dicho que para la ciudad, este tipo de eventos con personalidades de talla internacional, son los mejores “alcaldes” y “secretarios de infraestructuras” que podamos tener, pues en razón a ellos verdaderos “milagros” pueden ocurrir al proceder nuestras autoridades, de manera rápida y precisa, a reparchear calles e importantes avenidas, así como uno que otro maquillaje a edificaciones públicas.  
Pero las efímeras bonanzas que nos traen las cumbres no solo se concentran en mediocres reparaciones de vías; también se extiende al personal uniformado de la Policía y agentes reguladores del tránsito, a quienes para el respectivo evento, eso sí, los engalanan dotándolos con nuevos y vistosos uniformes.  
Por las experiencias vividas, luego que todo vuelva a la normalidad, después de la post–cumbre, tristemente  volveremos a ver el deterioro de calles y avenidas recien refaccionadas y maquilladas para la ocasión; sin que las autoridades correspondientes antes del gran evento se preocuparan por su recuperación. Reaparecerán, entre otros, los cráteres y lagunas en la Avenida Santander, vía de destino obligada a recorrer por los visitantes.  
Volverán también los estridentes perifoneos en calles y desde el interior de los almacenes del Centro Amurallado. Las carretillas y toda clase de “cachivaches” invadirán andenes y vías. Los vendedores ambulantes, de comidas y bebidas callejeras reaparecerán.
Los agentes de la policía seguirán entretenidos chateando a través de sus whatsapp mostrándose indiferentes ante los hechos delincuenciales que ocurren en Cartagena.
  
Pero lo más preocupante: la reaparición del fleteo, el atraco, el raponazo, el “paquete chileno”, el homicidio, entre otros.  
     
    Alvaro Morales
Lo dijo en su discurso, Rodrigo Londoño Echeverri, (antes Timoleón Jiménez), Cartagena es más de lo que se le muestra, o se le esconde a los visitantes, es una urbe  rodeada de un gran cordón de miseria reflejada en injusticia social hija de la corrupción.  
Volveremos entonces, de manera indefectible a nuestra triste realidad, a nuestra desnudez, a nuestra vergüenza, al pánico, a la desfachatez; indolencia e incapacidad de nuestros funcionarios y gobernantes; esperando, eso sí, que mañana la ciudad vuelva a ser escogida como sede de otro magno evento para poder disfrutar, algunos ciudadanos, de paz y seguridad en los dos o tres días que dure el evento.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Cambios de Percepción en Imaginarios Globales


Notas Sobre La Estetización De La Cultura

                                    
 Por Carlos Fajardo Fajardo*

El Capitalismo Artístico 
Cambio de civilización, ruptura generacional, transformación de los imaginarios y de las sensibilidades culturales. Cambio de la concepción del arte y de la creatividad. Con temor u optimismo estas premisas inundan casi todas las esferas del mundo contemporáneo. ¿Desde dónde y cómo se están procesando estos cambios de percepciones y de imaginarios globales? ¿Cómo entender la grandiosa máquina que fabrica sueños, ilusiones de entretenimiento en la cultura masificada? De esto último tratan estas notas; unas cuantas reflexiones sobre la estética y su fusión con la vida cotidiana. 
Algunos teóricos le han llamado Estetización del mundo (Lipovetsky y Serroy, 2015) a la integración de lo estético con la cultura de masas, o bien cultura Mainstream, cultura para todos, cultura barata, promocionada a través de las denominadas por Fréderic Martel “industrias creativas”, que “formatean” masivamente pasiones, sensaciones, ideas, para el consumo. 
Tanto en Bombay, Taiwán, Buenos Aires, Bogotá, París, Tokio, Sao Pablo, México D.F., Hong-Kong, Dubái, Nueva York, Miami y otros puntos del mundo, la estetización se expande dominada por Estados Unidos con un 50 por ciento de las exportaciones de bienes y productos culturales, seguido por la Unión Europea con cerca del 27 por ciento (cf. Martel, 2014, p.415-416). Es una globalización de contenidos que homogeniza y a la vez heterogeniza la cultura, produciéndose una dinámica de globalización y localización permanente, una dialéctica regional y global donde todo se mezcla, se fusiona, se excluye e incluye nacional y trasnacionalmente. 
Impulsada y promovida por las “industrias de contenidos” esta “diversidad estandarizada”, se proyecta como un Leviatán que repercute en las sensibilidades. Por estas razones “los medios e Internet ahora están mezclados, ya no cabe hablar de industrias culturales; verdadero oxímoron, si no de industrias de contenidos o industrias creativas […]. Asistimos pues a una transformación radical de la geopolítica, de los intercambios de contenidos culturales y mediáticos” (Martel, 2014, págs. 419 y 423). Una nueva dimensión del pensamiento, un nuevo colonialismo de simulada democratización mercantil y mediática se está produciendo desde y por los oligopolios en el siglo XXI. 
Desde esta cartografía de los procesos globales, la desventaja de la llamada “alta cultura” ante la cultura Mainstream es notable. Es evidente que se encuentra a contracorriente de las nuevas cartografías sensibles. La cultura ya no es un paradigma humanista, ni es la más alta conquista del espíritu; sus propuestas ya no significan casi nada para el mundo de las rentabilidades, salvo en el caso de las obras pictóricas y visuales de artistas consagrados o mitificados por el mercado y la historia del arte. Cambio de escenarios, nuevos decorados. 
¿Debe adaptarse a esta era de Internet y de mercados globales la esfera de las artes clásicas y tradicionales para no hundirse en el olvido? Lo cierto es que el arte ha entrado en los procesos de expansión y de mezclas entre la esfera de lo cotidiano, la economía del mercado y los medios. 
Más que un asunto paranoico, esta situación es una oportunidad para ingeniar estrategias diversas que deben emprenderse desde adentro y desde afuera de todos los procesos de globalización económica, mediática y digital. Entre proteger y mantener la memoria de la cultura humanística, junto a las posibilidades que brinda la era digital; entre la gravedad de la historia y la levedad de las individualidades; entre las obras trascendentales modernas y los flujos efímeros, procesuales de programación globalizados; entre la heterogeneidad cultural y una diversidad estandarizada se debate el arte y la estética de nuestra época. 
De Lo Kitsch A Lo Chic    
Fluye pues este mundo global de una manera inasible e incontrolable; fluye a través de las redes simbólicas, digitales, mercantiles; se filtra en todos los ámbitos del mundo de la vida, masificando el llamado “capitalismo artístico” a través del espectáculo, la emocionalidad, la seducción, el placer, la belleza, lo estridente, lo grotesco. Esta gigantesca ola crea fusiones, hibridaciones de todas las esferas culturales, uniendo lo altamente de calidad con lo inmensamente mediocre; al arte tradicional con el arte del publicista mercantil. La época del art business triunfa y las obras ya no se juzgan por su valor estético, sino por sus aspectos financieros y apuestas comerciales. 
Adiós a su espiritualidad transformadora. Paso del artista trascendental, que proponía ideas revolucionarias y existenciales, al artista showman vedette. Todo se estetiza para seducir sensorialmente. Cualquier bien de consumo se diseña estéticamente con una finalidad con fin: seducir al cliente con un valor de cambio estético. 
Entonces, entramos a un consumo voraz, eufórico de los objetos, generando una cultura de lo agradable, una cierta forma de ser. Así, la estetización no es solo objetual, sino existencial, vivencial. Estética expandida a todo y a toda hora; funcionalismo mezclado con formalismo artístico que encontramos en el diseño industrial, los accesorios, los suvenires, las baratijas, ornamentos, la decoración del hogar, en diseños deportivos, la publicidad, las redes sociales, el vídeo, la fashion, encoreografías, el diseño de interiores, en el ornato callejero, en murales, conciertos masivos, centros comerciales, la fotografía casera, las vitrinas… 
Embuídos en esta cultura estetizada, es el kitsch lo que más ha proliferado en la era de las rentabilidades. Exaltado, admirado, deseado y consumido de forma rapaz, el kitsch genera un sentimentalismo orquestado acorde al gusto impulsado por los patrones del mercado. Vemos entonces aparecer una estética centrada en la imagen y la relajación. Permeada en toda la sociedad, esta estética terminó como asunto de distinción, de aceptación, admiración, “algo chic” y carta de presentación. 
Fin de la ontología trascendental estética, secularización total del “mundo sagrado” del arte y del artista. De modo que, al decir de Lipovestsky, “la época del artista maldito ha caducado: ahora estamos en el momento transestético en que lo importante no es tanto la creación como la fama, en que los artistas de renombre tienen una categoría de estrellas reconocida en la prensa mayoritaria, en que los precios de las obras parece el signo de su valor artístico, en que la notoriedad de los artistas se construye como una marca. En la hora del capitalismo artístico, los medios se imponen como las nuevas plataformas de consagración de talentos, la notoriedad pasa cada vez más por los caminos de lo espectacular, la comunicación, la mediatización: los mismos que los de la moda” (2015, p.74) 
Bajo el imperio de los mercados financieros y de la estetización superficial, el intelectual y el artista pierden importancia ya que van desapareciendo sus lectores y escuchas. La figura del intelectual creador que engendra dudas, preguntas y estremecimientos, aparece como algo estrambótico, difícil, pesado, aburrido1. Los intelectuales y creadores críticos quedan entonces en la campana del vacío, sin auditorio, con una escasa, se diría inexistente, audiencia, en medio de una globalización ecónoma funcional, agresiva, que lo silencia simbólicamente y a veces hasta de forma real. Destierro simbólico y real; trivialización y desaparición casi total de su importancia histórica. 
Por tanto, la trascendencia es impuesta por las lógicas de la oferta y la demanda y por las ganancias que pueda alcanzar un artista en la euforia espectacularizada de su imagen y no tanto de sus propuestas creativas. “Egotecas” virtualizadas, pantallizadas, promocionadas al mayor y al detal, algo que no es nuevo en la historia del arte moderno, pero que hoy por hoy es una finalidad suprema por su exhibicionismo artístico2. 
El arte es asumido entonces como simple accesorio, acompañamiento y entretenimiento que en cualquier momento se deshecha y que no impacta sacudiendo una norma, ni afectando una vida. Es el turismo zapping en los museos, donde se expresa la caída y el abandono de un arte liberador del espíritu. Cierto, hoy tenemos mayores posibilidades de observar y admirar más arte que antes, pero éste ha dejado de ser la magna aisthesis, una de las más grandes conquistas humanas. “Democratizar la creación artística, como pedía Beuys, democratizó la mediocridad y la convirtió en el signo de identidad del arte contemporáneo. Ni todo el mundo es artista, ni estudiar en una escuela nos convierte en artistas” (Lésper, 2016, p.35). 
Los Reality Show y La Representación de La Vergüenza
Es un hecho: los reality show gestionan e impulsan la competencia, las habilidades y destrezas de unos sobre otros, el proceso selectivo excluyente, la noción empresarial de las ganancias como premio. De igual modo, sintetizan una estrategia tradicional donde los jueces ponen en funcionamiento las formas de humillar, infantilizar, rebajar y burlarse del otro que ha realizado mal la tarea. 
Así, la burla y el humor hostil, caricaturesco, prima sobre el concursante humillado. Lo increíble de esto es que es aceptado como una lógica normativa natural, con un aterrador “así debe ser”, lo que hace pensar que se justifica el temor como parte integral del aprendizaje. Entonces, el plató televisivo se convierte en un espacio que espectaculariza el miedo, el llanto ante la alegría o el fracaso, la exposición de la vergüenza y la humillación, lo degradante, lo terrorífico deliciosamente aceptado. Este show y shock del dolor y de los miedos es mostrado, insistimos, sin pudor ni dignidad ante los mismos participantes, la gran audiencia y los jueces. Éstos se muestran como observadores insensibles ante el sufrimiento, expectantes e implacables en sus calificaciones. 
Las cámaras registran los rostros en primer plano: he aquí el masoquismo visual de una sociedad plena de golpes y estremecimientos, mientras los televidentes miramos ansiosos los premios y castigos. Entretenimientos a costa del dolor y el goce del otro. En estos escenarios competitivos las lógicas de la urgencia, de lo efímero, de lo inmediato, lo fugaz se hacen palpables en la voracidad entre todos. Una pulsión antropofágica prospera de tal modo que muchas veces es lo depredador y violento lo que prima con un individualismo incivil mordaz. 
Un ejemplo de esto lo tenemos en el reality Master chef, una competencia de cocina creada por Franc Roddam en el Reino Unido en julio de 1990, actualizado en febrero de 2005 por la BBC, desarrollado en el 2009 en Australia con el formato actual y estrenado en Estados Unidos el 27 de julio de 2010, con una segunda temporada el 6 de junio de 2011. Desde entonces la productora Shine Group ha vendido este reality como franquicia a varios países del mundo. En Colombia su primera edición fue transmitida por Rcn en el 2015. 
Es el espectáculo del más audaz, del mejor, la carrera de los afanados, exitosos, fuertes, vivarachos, síntesis de las trampas deliciosas individualistas. Sus estrategias son patéticas: desconocer la autonomía crítica de los participantes, su derecho a disentir, a “abrir la boca”; promover el miedo al tirano que juzga, castiga y excluye; proyectar un imaginario sumiso, obediente, felizmente respetuoso de lo establecido. Es un ir hacia atrás de lo tímidamente conquistado por la modernidad en las esferas políticas y culturales; un destrozar la ética de la alteridad, del diferente, del respeto, lo solidario, del diálogo y la dignidad. 
De modo que, muchos de estos realitys son una apología a la corrupción entre promotores, jueces y participantes; al juego sucio, a la conducta desleal; es la competencia del “vivo” contra el “bobo”, lo que activa y legaliza las lógicas de la trampa, de la mentira, la estafa, el aniquilamiento, como estrategias aceptadas para lograr los objetivos en este espectáculo que oferta lo ridículo. El mercado las oferta, los medios la publicitan. 

          
Carlos Fajardo Fajardo                
Tales son los propósitos de estas industrias del show y de efectos publicitarios: ofrecen diversión trivial, felicidad a cambio de silencios, miedos y aceptación. Se promueve una mentalidad conciliadora y de sumisión entre los destinados a la obediencia. Los grandes grupos mediáticos empresariales eligen en los reality show lo que “debe” y “puede” ser visto, escuchado, transmitido. Organizan los gustos según sus preferencias, construyen un perfecto matrimonio entre los medios y los poderes políticos, económicos, proyectan sentidos, sensibilidades, imaginarios, ejerciendo influencias muy poderosas en la vida cotidiana. La estrategia es legitimar el orden jerárquico, distribuir, difundir y hacer circular el miedo, el servilismo, la humillación, el temor y el castigo aceptado.
Referencias 
Cruz, Kronfly, Fernando. (2010). Introducción: La barca pedida en el océano de nuestro tiempo. En: Fajardo Fajardo Carlos.Rostros del autoritarismo. Mecanismos de control en la sociedad global. (P. 9). Bogotá: Le Monde Diplomatique. Edición Colombia.
Lésper, Avelina. (2016). El fraude del arte contemporáneo. Cuatro ensayos críticos. Bogotá: Libros Malpensante.
Lipovetsky, Gilles (2015). La estetización del mundo. Vivir en la época del capitalismo artístico. Barcelona: Anagrama.
Martel, Frédéric. (2014). Cultura Mainstream. Cómo nacen los fenómenos de masas. Buenos Aires: Taurus.


* Poeta y ensayista colombiano.
1 En palabras de Fernando Cruz Kronfly “el artista crítico, el intelectual que denuncia lo indebido no han desaparecido todavía de la sociedad y de la cultura por el simple hecho de haber dejado de existir, sino porque no tienen a nadie a quien decirle nada. Lo que ha desaparecido de la sociedad y la cultura contemporáneas es el interlocutor interesado en la crítica, lo que se ha esfumado es la audiencia del intelectual pensante e ilustrado que la modernidad produjo, y de los cuales quedamos por allí algunos fósiles”. (2010, p.9).
2 Para Avelina Lésper “nunca antes en la historia del arte habían existido tantos artistas. Con la invención del ready-made surgieron los artistas ready-made. Esta idea que demerita la individualidad en favor de la uniformidad está destruyendo la figura del artista. Con la figura del genio el artista era indispensable, y su obra insustituible. Hoy, con la sobrepoblación de artistas, todos son prescindibles y una obra se sustituye con otra, pues carecen de singularidad(…) Ya no hay creación; por lo tanto, no necesitamos artistas” (2016, p.36)
         *Tomado de Con–Fabulación. No. 431, Al Alba Cesará la Horrible Noche 

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