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sábado, 1 de octubre de 2016

Segunda Parte


Con Motivo De La Pedagogía Del Proceso De Paz Y Los Acuerdos De La Habana


 Por Guillermo Ricaurte Fayad

5.- La Reforma Constitucional de la Revolución en marcha de ALFONSO LOPEZ PUMAREJO, punto central Ley 200.
En 1936 Alfonso López Pumarejo le dio un gran vuelco a la Constitución de Nuñez de 1886, dando paso a una nueva concepción del Estado. La reforma constitucional estableció la definición de la propiedad por su función social. Entre los efectos más notorios de esta nueva norma, se encuentra el derecho del Estado para realizar expropiaciones de terrenos, bajo el principio de la utilidad pública, especialmente en los extensos territorios ociosos de los terratenientes. 
A pesar de las intenciones de López por modificar la estructura de la propiedad colombiana cedió ante las presiones de los grupos terratenientes.. 
Basándose en la norma constitucional de la función social de la propiedad, el presidente López promovió una reforma agraria, la primera llevada a cabo en el país, que incluyó normas sobre la explotación de la tierra, los derechos de los arrendatarios y colonos sobre las tierras de los patronos y las condiciones laborales óptimas para los jornaleros, uno de los momentos en la historia de nuestro país en torno al cual todos los sectores políticos, los campesinos y los propietarios tradicionales de la tierra se movilizaron, es decir uno de los procesos donde las cuestiones agrarias fueron consideradas por todos los directa e indirectamente relacionados con ellas como problemas: la ley 200 de 1936, o lo que la historiografía oficial y los liberales consideran como el primer intento serio de reforma agraria. 
En realidad no fue una Reforma en todo el sentido de la palabra, pues no se estaba reformando la constitución de 1886: sólo se expidió una ley que regulaba unos ciertos temas que giraban alrededor de la propiedad de la tierra en ciertas zonas del país. Los temas de los que trataba la ley eran: Los terrenos Baldíos, los Jueces de Tierras, las Reservas Forestales, la utilización del Subsuelo, los Juicios de Lanzamiento, las prescripciones, los requisitos para hacerse dueño de un lote y el procedimiento para detener alguna ocupación dentro de un terreno propio. Se dio también una gran Reforma a la Educación Oficial y Privada ya que antes era una educación confesional que iba en contravía de los principios democráticos. 
En la Convención de Ibagué de 1922 del Liberalismo, se crea por iniciativa de Benjamín Herrera la Universidad Libre como respuesta a ese estilo confesional y oscuro que existía en ese momento basado en los principios de la inquisición y funda la Universidad Libre con la siguiente frase: “La Universidad no es el foco de sectarismo ni fuente perturbadora de la conciencia individual”, y desde ese momento se convirtió la Libre en la orientadora ideológica del país. 
La ley 200 aclaraba que un particular podía acreditar propiedad privada si tenía los documentos necesarios para hacerlo, que podían remontarse hasta antes del año 1821, es decir, hasta momentos que correspondían con la víspera de la independencia. También establecía algunos tiempos dentro de los cuales el Estado podía reclamar un terreno baldío por medio de la extinción de dominio o un particular podía declarar que ha hecho uso apropiado de la tierra y, en consecuencia, merecía ser el propietario de dicho predio. Estos tiempos variaban, según el caso, entre los tres (3) y diez (10) años. 
El gran problema del novedoso Régimen de Tierras del Gobierno López fue que se quedó en el corto plazo y, a pesar de sus pretensiones de mediano y largo plazo, terminó siendo utilizado como un método, porque fue evidente que el carácter conciliador que expresaba el Gobierno hacía los sectores campesinos y obreros tenía un trasfondo político y hasta electoral: detener las manifestaciones campesinas que estaban afectando la estabilidad social y que podía poner en peligro los procesos electorales debido a la reciente introducción de la Cédula Electoral y la ampliación del Padrón. 
La situación en el país con respecto a los sectores rurales y obreros venía siendo muy complicada dados los constantes choques entre los patrones y los trabajadores. Si bien siempre hubo conflictos, estos se intensificaron desde la segunda década del siglo XX, cuando ya se empezaba a escuchar de masacres relacionadas a un sector productivo específico de la población. Asesinaban campesinos en Córdoba, trabajadores de la United Fruit Company en el Magdalena en donde le sirvió al gran caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán, lucirse en la Cámara de Representantes en un gran debate sobre los acontecimientos de la persecución oficial contra la gente humilde, campesina y trabajadora del país, que se cerró con la famosa Manifestación del Silencio en la Plaza de Bolívar en la Ciudad Capital.  
Cuando llegó la Ley 200 de 1936 los campesinos obtuvieron algunas herramientas para defenderse efectivamente frente a los vejámenes de sus patrones hacendados: pudieron acercarse a las autoridades para defender el derecho a la propiedad que habían ganado por poner a producir efectivamente la tierra y en caso de conflicto, estos podían ser dirimidos ante una nueva autoridad competente: los jueces de tierras. 
La esperada –y mal llamada– Reforma Agraria, asimismo, pudo haber sido una verdadera revolución para el sector rural colombiano, ya que pudo haber incentivado la producción real y efectiva de grandes porciones de tierra y, además, pudo haber impulsado una redistribución justa de las tierras “incultas”, o baldíos, a favor de los campesinos desposeídos. Sin embargo, esto no pasó.  
La Ley 200, que adelantó el Congreso de la República con el apoyo del Gobierno liberal de Alfonso López Pumarejo en el marco de su Revolución en Marcha, no propuso medidas modernizadoras para los nuevos predios que se iban creando a partir de la prescripción de porciones de la propiedad de grandes hacendados. Es decir, no le dio a los campesinos –que, por supuesto, eran pobres– el espaldarazo financiero necesario para que ellos tecnificaran sus pequeños predios y pudieran aprovechar al máximo cada centímetro de tierra. Por ejemplo: la Ley pudo haber sido un buen primer paso para la implementación de la agricultura intensiva, y el comienzo del fin/disminución de la extensiva, puesto que si se le inyectaba capital a los pequeños predios para que produjeran más en menos tiempo y, además, tuviesen los recursos para poner sus cosechas en los principales puertos del país, se habría disminuido la necesidad de tener amplios terrenos y la redistribución pudo haber sido más fácil. 
El Régimen de Tierras tampoco consagró medidas para proteger a aquellos campesinos que pudieran ser echados de las haciendas en las llamadas Barridas cuando los patrones se daban cuenta que podían ser un riesgo para su propiedad, es decir, no se propusieron formas de reparación para los campesinos: aquellos que eran lanzados o echados de la Hacienda quedaban absolutamente desposeídos y en la inopia. Esto último, este descuido, pudo haber resultado en el aumento de la población urbana debido a que, al arrebatarle el derecho a un pedazo de tierra, los campesinos no tenían otra opción que emigrar a las ciudades para buscar oportunidades.

La Ley 200 no le garantizaba a los campesinos una salida del cultivo para la auto-subsistencia ya que no proponía nada en términos de infraestructura y comercialización de los productos que estos pudiesen llegar a generar con sus, ahora, propios predios. Es decir, a fin de cuentas, los campesinos seguían dependiendo de los terratenientes ya que si los primeros querían comercializar lo que producían, usualmente tenían que recurrir a los segundos para hacerlo a través de las estructuras comercializadoras que ya estaban funcionando o, aún peor, si los campesinos no alcanzaban a suplir sus necesidades con la producción de su propia tierra, tendrían que ir a trabajar con sus ex–patrones; lo que en ninguno de los casos supone una relación amigable. 
 
El problema que se encuentra es que la Ley no contemplaba que en la amplia mayoría de los casos la relación que existía entre los patrones y los campesinos era puramente verbal. La falta de educación de estos últimos hacía que usualmente no supieran sus derechos –ni los pudieran leer– y creyeran en la “buena fe” de sus patrones. En esta misma línea había otra cosa que influía determinantemente y esa era que las personas del campo creían –se puede decir que todavía lo hacen– fervientemente en el valor de la palabra empeñada; Evidentemente, eso creaba la situación perfecta para que hubiese abusos por parte de los hacendados y retaliaciones por parte de los agricultores, aumentando así el odio entre partes. 
6.- Análisis del Acuerdo de Paz 
No podemos entrar en materia en los acuerdos de la Habana, no sin antes presentar un estudio su síntesis de la situación del campo colombiano porque es bueno que la juventud y toda la gente conozca lo que se ha hecho en el país en esta materia. Por consiguiente, me permito hacer un resumen explicativo en términos políticos y con un estilo pedagógico qué es el proceso de paz y qué representa para Colombia y la América y por qué no, para el mundo, los acuerdos en la Habana que pone fin definitivamente a una guerra o conflicto armado que lleva más de 50 años y que este acuerdo trae para el país el comienzo en si de una verdadera paz con una gran justicia social y reivindicatoria para los sectores más desfavorecidos.
 
El Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado con la FARC, para la Construcción de una Paz Estable y Duradera con justicia social en todos los frentes de la sociedad, tiene como Objetivo: la terminación definitiva de las acciones ofensivas entre la Fuerza Pública y las FARC, y en general de las hostilidades y cualquier acción prevista en las Reglas que rigen el Cese al Fuego y de Hostilidad Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas, incluyendo la afectación a la población, y de esta manera crear las condiciones para el inicio de la implementación del Acuerdo Final y la Dejación de las armas y preparar la institucionalidad y al país para la Reincorporación de las FARC a la vida civil. 
En vía del Acuerdo de Paz, las FARC se comprometieron a entregar todas sus armas a las Naciones Unidas, a no incurrir en delitos como el secuestro, la extorsión o el reclutamiento de menores, a romper sus vínculos con el narcotráfico y a cesar los ataques a la Fuerza Pública y a la población civil. Habrá verdad, justicia y reparación para las víctimas. El Acuerdo logra, que a partir de su aprobación por la ciudadanía, las FARC hagan política sin armas. El Acuerdo incluye un Plan de Desarrollo Agrario con acceso a tierras y Servicios y una estrategia de Sustitución Sostenible de Cultivos Ilícitos. 
Dejación de las Armas 
En este tema está claro que es un hecho la entrega de las armas en tres fases se serán dadas a las Naciones Unidas quien es garante sobre este punto. Hay que ser sinceros, en ningún proceso de paz la parte guerrillera hace entrega de la totalidad de las armas porque no vayamos muy lejos cuando el arreglo con el dictador Rojas Pinillas, la guerrilla de entonces en los Llano Orientales nunca entregó la totalidad de las armas; caso igual ha sucedido en otros países en donde se han efectuado esta serie de procesos, inclusive me atrevo a decir con conocimiento de causa que analizados los otros procesos, el de Colombia es el que más normatividad tiene tal vez por ese espirito Santanderista que todavía impera en nuestro país.
 
Narcotráfico 
Este es un punto bastante trajinado no solamente en Colombia sino en todo el mundo y está demostrado una vez más que el sistema de persecución policiva y de sanción penal no ha tenido resultado y se han gastado millones y millones de dólares para contrarrestar este flagelo de la Droga cultivo mayor comparado con los Estados Unidos, y existe un principio mundial en Economía intitulado Oferta y Demanda, que nos aclara el hecho que si no hay Vendedor, no hay Comprador. Nosotros en Colombia nos han impuesto del exterior todas las normas y los sistemas para acabar con el narcotráfico y cada día está demostrado que no tiene validez y está superado. Por ello se hace necesario buscar un acuerdo para darle mate a este asunto y yo comparto la tesis de que la mariguana hay que legalizarla tal como se hizo en Chicago en la época de All Capone con el licor. 
Esta idea no le cayó bien al tío San cuando en su momento el entonces Presidente de ANIF Ernesto Samper Pizano planteo esta tesis que ahora tiene más fuerza que antes y considero que desde ese momento empezaron las talanqueras y otras cosas más para el ExPresidente Liberal Samper Pizano, que para mi concepto hizo un gobierno social muy a pesar de la oposición envidiosa e inmadura que en cabeza de Andrés Pastrana planteaba.  
Y lo acordado es acabar totalmente con el cultivo no con ese criterio fascista de la fumigación sino manual y es precisamente los guerrilleros incorporados a la vida ciudadana quienes entraran a ejercer estas funciones y atraves de programas de sustitución de cultivos de uso ilícito, se les dará a los cultivadores, antes amenazados por la guerra, opciones reales de vía y trabajo en la legalidad. 
Desarrollo Rural 
Se busca que haya más crédito, asistencia técnica y apoyo en la comercialización de la producción agrícola; que se formalice la posesión y la propiedad de la tierra y que se cree un Fondo de Tierras a partir de baldíos, donaciones y recuperación de aquellas que fueron compradas ilegalmente para distribuirlas de forma justa a quienes la guerra les quito todo; los desplazados por el conflicto podrán volver a sus tierras, trabajar en ellas y vivir en paz; la población rural tendrá oportunidades de educación, salud, trabajo digno y vivienda; se proporcionaran bienes y servicios públicos que actualmente no existen en el campo; se formalizará el trabajo en el campo y mejorara la protección social rural, además se brindarán alternativas económicas sostenibles a las comunidades rurales que habitan en zonas de interés ambiental, como páramos, cuencas y humedales. 
Para el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y su Ministro de Agricultura Aurelio Iragorri Valencia este es un tema de mucha importancia porque es precisamente en el campo colombiano en donde nacieron los movimientos o agrupaciones que protestaron contra la injusticia que cometía el sistema estatal con los campesinos.  
Observemos que cuando Santos Calderón llegó a la Presidencia el Ministerio de Agricultura era así simplemente sin apellido. Al llegar el Presidente y su Ministro Juan Camilo Restrepo le pusieron apellido, dando como consecuencia que se intitule desde ese momento Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, es decir encierra todos los puntos cardinales del campo en todas sus ramificaciones, como lo dijimos anteriormente, desde el año pasado este Ministerio ha venido haciendo los cambios necesarios para la nueva concepción del estado colombiano, cabe anotar que para nuestro concepto el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural jugará un gran papel preponderante en el pos conflicto. 
Tiene innumerables programas y divisiones para atender cada una de las necesidades del campo, entre ellas: Mujer Rural, Patios Productivos, Unidad de Tierras, Colombia Siembra, Desarrollo Rural con Equidad-DRE, Vivienda Rural Campesina, entre otros. 
Participación y Democracia 
Es conducente resaltar que la participación y la democratización del sistema político administrativo colombiano comenzó desde la constituyente que creo el nuevo estatuto mayor constitucional en 1991 y se ha sostenido muy a pesar que los gobiernos ortodoxos y de mentalidad fascista y falanquista han querido acabar introduciéndole una serie de normas para restringir la participación de pueblo colombiano. 
En el lenguaje tradicional la democracia se entendía como el gobierno del pueblo para el pueblo y desde 1991 cambio ese viejo concepto para darse uno nuevo como es la democracia, es la toma y participación del constituyente primario en los asuntos gubernamentales, todo esto sirvió de base para plantear en la mesa de la Habana la participación y la democracia. 
El Acuerdo Final busca resolver las diferencias de manera pacífica y que el país logre construir una cultura de Reconciliación, Convivencia y Tolerancia; se creará un Sistema Integral de Seguridad; se fortalecerá la participación de los ciudadanos para que ejerzan su influencia en las decisiones que los afecten. 
Y así está abierta la democracia para que la gente que en un momento dado se rebeló contra el sistema estatal, participara en los cuerpos colegiados como el Senado, la Cámara, los Concejos Municipales y Distritales y las Asambleas Departamentales, porque es más importante para un país hacer la guerra con ideas y planteamientos que estar en el campo utilizando los fusiles. 
En todo los procesos de Paz del mundo como los de América Central -Nicaragua, San Salvador, Guatemala- y también en Suráfrica, Uganda entre otros, no recuerdo en este momento que en los países donde hubo proceso de paz el gobierno de turno les entregó 100 veces las curules que en los actuales momentos están tipificados en el acuerdo y que la derecha y los amigos de la guerra lo critican como una dádiva o como una entrega del Estado, esto carece de toda veracidad y hay que alertar a la comunidad nacional que no se deje engañar con estos vendedores de ilusiones, vendedores de vermífugos como bien lo afirma el gran vate colombiano Jorge Zalamea en su poema “El sueño de las Escalinatas”. 
Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición 
Esto con el fin de lograr la mayor satisfacción posible de los Derechos de las Victimas que es la razón de ser de los Acuerdos de la Habana, asegurar la rendición de cuenta por lo ocurrido, garantizar la seguridad jurídica de quienes participen en él y contribuir a la convivencia, la reconciliación y la no repetición del conflicto y conseguir la paz duradera. 
Los responsables de crímenes graves serán investigados, juzgados y sancionados, deben colaborar, decir la verdad y reparar a las víctimas; de no hacerlo recibirán las penas asignadas para ese tipo de delitos y si vuelven a hacerlo perderán los beneficios judiciales. 
Todos los responsables por estos delitos, tanto guerrilleros, como integrantes de las Fuerza Militares y de Policía relacionados con el conflicto y civiles deberán presentarse ante la justicia transicional y tendrán que participar en acciones de reparación a las víctimas y a las comunidades afectadas por el conflicto como construcción de infraestructura, desminado humanitario y búsqueda de desaparecidos, que les permitirá acceder a un tratamiento especial de la justicia. 
Todo el acuerdo de la Isla es importante y cada uno de ellos tiene su altura depende como se mire, este es una justicia que se ha intitulado Transicional porque una vez superado todos los impases no hay razón de ser de su vigencia.
Me da la impresión y es una presunción que muchos de los guerreros u opositores tienen temor de que este alto tribunal los llame a rendir cuentas por su responsabilidad intelectual ante los hechos de masacre.
 
Con esta intervención que dejaré a ustedes escrita es un aporte del suscrito a todo esto del Proceso de Paz en Colombia y al respaldo de los Acuerdos de la Isla. 
Considero con mi Autoridad Intelectual, Academicea, Profesional y Política que con esto del SI empezará para Colombia una sociedad mas igualitaria, mas incluyente y de más oportunidades para todos. 
Estos señores que son Aves de Mal Agüero en el fondo se oponen a este asunto, no porque los altos jefes de la Rebelión vayan a entrar en el Congreso, si no porque con esta transformación hay que hacer una gran reforma al sistema colombiano como una verdadera reforma Agraria, la Reforma Social Urbana, la Reforma a la Salud, a la Educación a la Justicia. Al Sistema Electoral que entre otras cosas ya es anacrónico porque fallecido el Frente Nacional no hay razón desde ningún punto de vista, que la misma estructura prevalezca en la Organización Electoral. 
            
      Guillermo Ricaurte Fayad, Abogado y Escritor    
La Juventud como ustedes tienen que desde ya tomar la vocería de la nueva Cartagena esta Cartagena de mis amores de este Caribe mágico, de este Caro Departamento porque de otra manera no podremos salir adelante porque todo este proceso ciudadano y porque no político, ustedes como jóvenes tienen un papel preponderante en el devenir histórico. 
No puedo concluir esta sin antes agradecerle a los que me invitaron a este encuentro con tan selecto grupo de estudiantes. 
Incito al Rector y a todas sus Directivas, a que, esta Universidad a quien le debo mis estudios de Derecho, sea el Centro y el Foro de los grandes acontecimientos del país y por ende de Cartagena.
*Derrotero de la charla Del doctor Guillermo Ricaurte Fayad en la Escuela de Administración y Finanzas de la Universidad de Cartagena. Martes, septiembre 13 de 2016.
 

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