No Ensuciéis El Perdón Con Tus Acciones
"Cuando el poder del amor
Sea más grande que el amor al poder
El mundo conocerá la paz"
Jimi Hendri
Por Orlando Periñán Lombana
Cuando se nace un pudor como un sexto sentido aparecerá en las distintas
eventualidades de la vida. De hecho, sabemos que algunas cosas son admisibles y otras no... Por esta última, la criatura entonces optará por
esconderse. Por consiguiente, en la vida hay cosas que se pueden hacer y otras
que no, resultado final de la aplicación de un juicio libre y sano. Actualmente
en Colombia está de moda el matar, atracar, secuestrar, violar, extorsionar...Sin
que cuando capturen al victimario, en la mayoría de los casos, las
condenas sean ejemplarizantes para que los criminales lo piensen dos
veces antes de reincidir. Por el contrario, no pasa nada, ellos piden
perdón en público y, ''Listo el pollo'', como decía mi abuelo Víctor.
Recomiendo a los lectores hacer un análisis serio de lo que está
sucediendo con los últimos fallos de la justicia colombiana. Cuando estudié el
bachillerato me enseñaron en la clase de cívica, ahora Democracia, que era la
Rama Judicial la encargada de impartir justicia. No obstante, sabemos que en
Colombia estamos gobernados por la lógica de la ''Trampa'' pues “hecha la
ley, hecha la trampa''. Entonces juzguen ustedes.
También sabemos que con la trampa trabaja la clase política
corrupta. Recuerden el otro decir que hizo carrera entre estos personajes: ''No
podemos meter en la cárcel a nuestros amigos corruptos''. Creemos
que cuando una persona se le acusa de algo lo más sano es contar la
verdad, para que la opinión pública quede libre de suposiciones y ubique
a los acusados en el lugar que ellos merecen y reciban las condenas
ejemplarizantes, para que los trafugas lo piensen dos veces ante de
reincidir.
Orlando Periñán |
Pero aquí no pasa nada...Olvidando que en el ranking de
los pecados, la mentira ocupa el primer lugar. Así que ellos al pedir
perdón, y lo vemos a diario en la televisión, no reflejan el mínimo grado de
remordimiento en el rostro y mucho menos en la conciencia, de tal manera que lo
que se consigue es aumentar el prontuario criminal de los personajes en
cuestión. Ellos juegan vivo, sabiendo que se benefician al lograr la condena
mínima. Entonces, ¿de dónde vienen esas motivaciones malsanas? De la propia justicia al ser más condescendiente con los bandidos que con las víctimas.
Y sucede, que en esos corazones impera la misma intensión maléfica,
de no aplicar justicia equitativa. No debemos limpiar el pecado con
falsos perdones populistas, pues Dios sabe cuándo esas confesiones
son sinceras y cuando no.
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