Y si el ejemplo viene de la Presidente
de la Corte Suprema de Justicia...
Por Rafael E. Yepes Blanquicett
No contenta con el «desestresante» tour a bordo de un lujoso crucero por las aguas del Mar Caribe que partió de la idílica Cartagena de Indias, acompañada por su séquito de magistrados, quienes, adicionalmente, le celebraron su cumpleaños a expensas del Tesoro Público -pues les dieron cinco días de permiso remunerado- la presidente de la Corte Suprema de Justicia emprendió un nuevo viaje a «Las Europas», exactamente a España, esta vez, para continuar con la «terapia de desestrés» recomendada con «urgencia» por su «extenuante» labor al frente de dicha alta corporación.
En este macondiano país del «Sagrado Corazón de Jesús», tan acostumbrados como estamos a que la mayoría de los funcionarios públicos hagan y deshagan sin que les pase absolutamente nada, se ve de todo, pero esto, definitivamente, es el colmo de los colmos.
La descarada funcionaria afirmó que el viaje «me lo pagó mi hijo como regalo de cumpleaños». ¿Será que también se lo pagaría a sus acompañantes? ¿De dónde saldrían los recursos para un paseo que cuesta alrededor de dos millones de pesos por persona? Si fueron siete, la «modesta» celebración del cumpleaños de la «Honorable» magistrada costó la bobadita de ¡catorce millones de pesos!
A propósito, ningún magistrado de la Corte Suprema de Justicia ni de las otras cortes se ha pronunciado al respecto. ¿Será que estarán pensando en seguir el ejemplo de su «honorabilísima» colega? Mmm, puede ser, puede ser, como dijo un fallecido presentador de televisión cuando le preguntó a un concursante cuál era la palabra para el significado de la expresión «hombre que come hombre», que empieza por «C», y el «inteligente» hombre contestó, pensando tal vez en su propia experiencia: «¡Cacorro!», siendo que la respuesta correcta era «Caníbal».
Rafael Yepes B
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