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DE LAS NOSTALGIAS POR EL PODER
DE LAS NOSTALGIAS POR EL PODER
Y OTROS DELIRIOS...
Por RAFAEL E. YEPES BLANQUICET
La insólita revelación pública que el
señor ex presidente de la Seguridad Democrática hizo en su cuenta de twitter de
las coordenadas militares del lugar en donde se
llevaría acabo una suspensión temporal de las operaciones del Ejército
colombiano para facilitar la salida hacia Cuba de un dirigente guerrillero,
quien participaría en las conversaciones de paz que se realizan en La Habana
entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc, se constituye, sin
lugar a dudas, en un delito político en contra de la seguridad del
Estado, tipificado en nuestro Código Penal vigente como «Delito de
Espionaje» (Art 463), según el cual, «El que indebidamente obtenga,
emplee o revele secreto político, económico o militar, relacionado
con la seguridad del Estado, incurrirá en prisión de cuatro a doce años (hoy sesenta y cuatro meses a
doscientos dieciséis meses).
Al respecto, el Representante a la
Cámara por el Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda, ya le solicitó al
Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, que inicie una investigación
con el fin de establecer las posibles conductas penales en las que haya podido
incurrir el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, al revelar públicamente, en las
redes sociales, dichas coordenadas.
¿Será que las autoridades competentes,
Fiscalía y Procuraduría, investigarán y sancionarán ejemplarmente al «venerable»
twitero, quien ya admitió su responsabilidad en el hecho para evitar que el Ejército
se le venga encima por no decir exactamente quién fue su informante?
En todo caso, para nosotros está claro
que el «honorable" ex presidente «twitero», en su afán por oponerse al Gobierno
del Presidente Juan Manuel Santos, y tratar de «ponerle una rueda al palo» al
proceso de paz que se está llevando a cabo, incurrió en falta gravísima en
contra de los intereses del Estado, tal y como está señalado en el
artículo 463 del Código Penal, pues los ocho años que estuvo en el
poder fueron suficientes para enfermarlo y ahora su nostalgia lo está
enloqueciendo.
LC
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