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viernes, 31 de marzo de 2017

LA VIGA EN LOS OJOS


Y EL COLMO DEL CINISMO
Por Álvaro Morales    
Muchos pensábamos que los últimos y bochornosos escándalos de corrupción eran el culmen de la descomposición y la desfachatez, pero no; el colmo que rebasa la copa es la “Marcha contra la corrupción” organizada por quienes precisamente son los adalides de la mayor corruptela jamás vista en Colombia en los dos gobiernos que presidió el hoy senador Alvaro Uribe Vélez. 
Se necesita haber perdido la vergüenza para que un Partido Político como el Centro Democrático, liderado por el referido Senador Uribe, promueva tal esperpento. 
Probablemente, con los numerosos amigos del líder de la marcha, unos condenados, sancionados y prófugos, otros investigados y herederos políticos de convictos, podrían hacer, efectivamente, una nutrida marcha, pero no contra la corrupción sino por la auto incriminación en la misma. 
Solo por refrescar la información, ¿no se acuerdan los promotores de la movilización, los del Centro Democrático, de los vínculos del confeso narcotraficante alias “El papero” con Flavio Buitrago, el Jefe de Seguridad del ex Presidente Uribe, organizador marchista? ¿O del ex Ministro Andrés Felipe Arias, condenado por desviar los dineros del Programa Agro Ingreso Seguro? ¿O del cohecho por el cual fueron condenados sus ex ministros Sabas Pretelt y Diego Palacio y su ex secretario de la Presidencia, Alberto Velásquez, en el conocido caso de la “Yidispolítica” montado para buscar con subterfugios su reelección? ¿O de la falsa desmovilización que lideró su ex Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, hoy prófugo de la justicia?
¿Y dónde pondríamos a su primer ex director del DAS, Jorge Noguera, condenado por permitir la infiltración de Paramilitares en tal organismo? ¿O los condenados por las “chuzadas” ordenadas a Jueces, Magistrados y Parlamentarios, ejecutadas por su Secretario General, Bernardo Moreno, y su última Jefe del DAS, María del Pilar Hurtado? 
¿Y con qué cara se promueve una protesta contra la corrupción cuando a su ex secretario jurídico, Edmundo del Castillo, se le vinculó con la entrega de millonarios contratos a la organización criminal de “Los Nule? 
Deben acordarse los organizadores de la absurda Marcha de las incursiones y apoyo al narcotráfico y al paramilitarismo que promovió el hoy condenado en Estados Unidos general Mauricio Santoyo, edecán del ex presidente Uribe. 
Alvaro Morales
Podríamos seguir, y seguro que sería muy larga la lista de amigos y militantes del uribismo encartados; pero el colmo de los colmos ha sido la solicitud que acaba de hacerle el senador Fernando Nicolás Araujo al Presidente del Concejo de Cartagena para que declarara persona no grata al señor Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”. ¿Se habrá olvidado el senador Araujo del caso de “Chambacú que involucró a su señor padre, o de los predios invadidos por parte de su familia en la Ciénaga de la Virgen? ¿O de la frecuente invasión de  las playas? 
  Ah, ¿y de sus flamantes ministros y ex viceministros untados con los sobornos de Odebrecht? 

martes, 28 de marzo de 2017

Una Mujer Que Venció Las Furias Que La Azotaban

LA NUEVA APUESTA LITERARIA
DE CARMEN MUÑOZ MORALES 
Por Dora Isabel Berdugo Iriarte
       
        Carmen Muñoz Morales
Nació en Montería el 23 de diciembre de 1951. Contadora Pública de la Universidad de Cartagena. Gestora Cultural con amplia experiencia, Catedrática en Universidades privadas como la Jorge Tadeo Lozano de Cartagena y CECAR de Montería. Ha   publicado: ¿Quién no ha besado a Teresa?, cuentos. Un gato en el Acuario, novela policíaca.  Vida íntima de Laura Martín, novela. Tiene inéditos Los ojos de Eva, cuentos. Y Retratos de un pueblo despedazado, poemas. Sobre el poemario Exorcismos,  Albio Martínez Simanca hace un estudio detallado, algunos apartes se transcriben  a continuación. 
A propósito del libro “Exorcismos”
de Carmen Muñoz Morales
                                      Por Albio Martínez Simanca
He solicitado permiso a Cronos, para que me permita dejar el registro,  
   como notario del tiempo, de una pequeña porción de esta historia.          

En la segunda mitad del siglo XX, cuando cursaba cuarto de bachillerato, conocí a CVMM quien a la sazón era una adolescente. Menuda, delicada, vestida de negro, mirada al frente, impertérrita y taciturna; así la recuerdo cuando pasaba por el frente de mi casa. Debido a mi insistencia y explorando resquicios en los senderos inexpugnables de su ser y su persona, pude saber que le gustaba la poesía; legado de su padre, don Pedro Muñoz, y ella lo portaba con orgullo; cerrada de negro, como era lo usual en aquella época, sabía que ella no estaba para hablar de poesía; un profundo dolor la embargaba y era pluma al viento, avecilla torturada, sensiblemente disminuida.  
Conocedor de su situación, me sentí identificado con su drama y por eso trataba de ayudar en la búsqueda de paliativos para calmarle el desasosiego; tarea nada fácil pero había que ayudar; algo me decía que a través de los versos se podría colaborar, por eso en mi afán, encontré una edición del Parnaso Colombiano, recopilación de poetas y poemas en edición comercial llegada a la librería Gloria, ubicada en la carrera tercera, casi diagonal al Liceo Bolivariano. 
Disputa En La Cuadra
El recuerdo vivo que tengo es que los muchachos de la cuadra nos disputábamos el honor de contar con la amistad de CVMM y la pretendíamos, era lo lógico; todos sentíamos admiración por ella; era flor de atractivos pétalos y no podíamos sustraernos al aroma de su presencia, así ella estuviera torturada con sus penas. Yo había tomado la delantera, ya había llegado hasta su casa, leía con ella, discutía temas de algún interés para ambos; pero su inseguridad saltaba de inmediato, pronto comprendí que ella no estaba para ponerle atención a ningún joven. 
Al final “de la competencia” éramos dos los que nos disputábamos la posibilidad de tener su aquiescencia, su amistad y probablemente su aceptación; pero ella se mantenía impertérrita, probablemente la acosaban los demonios de la intranquilidad, y con elegancia e inteligencia, nos pudo decir que no la molestáramos más, que la dejáramos sola con su mundo de inequidades y sueños. A cada uno de los competidores, por separado nos dijo con agradable tono “que no le insistiera más, que ella  se había decidido por el otro”. Fue una salida hábil a través de la cual, consiguió lo que quería; cada uno de nosotros se retiró y la dejamos con la tranquilidad solicitada,–no más visitas, su deseo se cumplió a cabalidad.

Noticias de Cartagena: CVMM se abre camino 
         
      Albio Martínez Simanca, Escritor
El tiempo pasó y el olvido formó una espesa capa sobre los recuerdos. Ninguno de los dos supo del otro, situación que llevó al hecho que se borraran nuestros rostros. Yo partí para Manizales cuando empezaba la década de los años setenta, iba con la ilusión de adelantar estudios de ingeniería en la sede de la Universidad Nacional, pero  finalmente desistí de la idea.  Agotada para mí la ciudad de Montería, emprendí otra nueva ruta, hacia 1989, ahora rumbo a Bogotá, donde asumí otras tareas en mi formación académica. Las comunicaciones modernas también cumplieron su cometido. En la capital me enteré de nuevo de CVMM; supe de ella, de sus publicaciones, de los caminos que había recorrido, de los logros alcanzados y me alegré. Con esto sabía que ella había vencido las furias que la azotaban y estaba por el sendero de lo que siempre había añorado. 
“Fue la primera directora del Centro Cultural Las Palmeras. Fue docente de literatura en la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Es autora del libro de cuentos: ¿Quién no ha besado a Teresa? y las novelas “Un gato en el acuario” y “Vida íntima de Laura Matin”. Ha ganado premios y menciones nacionales e internacionales de cuento”
Exorcismos
De nuevo la he localizado. Me ha hecho llegar “Exorcismos”. Su título me ha recordado de una vez sus avatares y las penas sufridas en el periodo en que nos encontramos por primera vez, quiere  ahora con la magia de sus versos: tomar,  conjurar, acabarlos, casi  diríamos,  tomar venganza de lo que le hicieron y se hizo. Quiere cobrar el precio del ensimismamiento y de la tortura y sin que diga más de lo necesario, nos deja el mensaje a través de su poema:
 
Contubernio 
No la insania total   no la cordura
Sí duendes que callan
La intención verdadera de la muerte
Y me hunden
En el lago del hielo   en el fuego de los fuegos
Y me queman
Más de los escombros como Fénix
Otra vez a la vida que no es vida
Con la muerte en raro contubernio
Y te pregunto, Padre:
¿Por qué no muero ya?
Su vida ha sido ese largo viaje en el que identificamos su suerte, sus avatares, su triunfos y derrotas, Viaje Místico lo llama, trasegar que parte desde la tierra, donde tiene su ombligo enterrado, ruta que va cubriendo hasta la entraña del inframundo, donde está el reino del miedo, donde impera el lodazal, donde está el reino del gusano Sabe cuánto se ha herido, conoce cuánto la han herido, es una Rosa Mística que trae de nuevo la muerte por encima de todas las cosas, y de nuevo es el gozo magnificado, como lo quiere:

Morir loquita feliz
En un ensueño
Para no avergonzar a la familia
Pues a mis años
Hago cosas de quince
Me alegro demasiado
Y aún más me entristezco


El cuerpo, otra vez el cuerpo 
El libro “Exorcismos” actúa como ángel protector, así lo ha concebido CVMM o digamos que es su manera de conjurar los demonios que la han perseguido y han tomado su cuerpo, para saciarse, para copular sobre la carne vida y borrar su esencia, pero ella se riñe con estos fantasmas y se burla de ellos, en el parapeto de sus sueños: 
Sabedor de placeres y dolores
Aviado de cadenas licenciosas
Que encantan y laceran
(y cuanto más profundas)
Gemidos y ardores multiplican,
He aquí mi cuerpo:
Íncubo servil de Diosa Vida.
La muerte, Paloma Etérica
Llévase algunas noches en su pico
Mi alma liberada
Hacia la luna llena.
Amigos sin rostros
El tiempo, eterno compañero de nuestras andanzas por la vida, se ríe de nuestra condición humana. A CVMM y a mí  nos borró el rostro de manera simultánea. Nunca más nos volvimos a ver físicamente. Sólo ha permito conocer nuestras producciones. Así nos hemos comunicado en lo que ha seguido de nosotros a lo largo de los años. 
        
       Dora Isabel Berdugo Iriarte, Poeta
La fortuna ha dado lugar a la comunicación y ahora, a raíz de esta reseña, he encontrado esta nota que les comparto: 
Amigos sin rostros 
Encontré ayer una nota que me enviaste hace unos años. No recuerdo bien tu rostro, pero sí tu esencia, ese joven que leía poemas conmigo y que también me ayudó a seguir mi destino, sin proponérselo.Eres tú. Vas y vienes. Sé que en algún momento nos veremos, espero que sea aquí en la tierra antes que en el cielo. Si es que vamos al cielo.  
Tal vez tú tampoco puedas saber mucho de mi rostro, mucho más ahora después de tanta lluvia, tanto frío, tanto calor, tanta distancia, tantos amores y pesares, tanta dicha y tanto dolor; pero me halaga, me enriquece, que aún me recuerdes y sobre todo, que estés pendiente de mi  trabajo. Gracias, amigo eterno.  
                                                                  Carmen Victoria Muñoz Morales.
                                                                                                              Agosto 11 de 2008
CVMM: quitemos el tiempo que se ha interpuesto para recordarte y grácil y temblorosa ante la lectura de los poemas que te han devuelto la vida alegre, en un ritual frente a Dionisio, el dio inspirador de la locura y el éxtasis. Al fin y al cabo eso somos.
                                     Bogotá, a 5 días del mes de julio de 2015

domingo, 26 de marzo de 2017

CONVOCATORIA 2017

XV PARLAMENTO INTERNACIONAL DE
ESCRITORES DE CARTAGENA

Oficina de Prensa

     
        
      Joce G Daniels G, Escritor
La Asociación de Escritores de la Costa, con sede en la ciudad de Cartagena de Indias, continuando con la tradición de exaltar el trabajo literario de escritores, vivos o muertos, de Reconocer el significativo papel de personalidades y de organizaciones culturales en la vida cultural de Cartagena, la región, el país y el mundo, cuyo legado ha sido reconocido por la crítica especializada, de abrir horizontes a escritores reconocidos y a las nuevas generaciones, permitir el intercambio de opiniones y la presentación de nuevas obras literarias, invita a participar en el XV Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena, al que pueden acceder escritores de cualquier nacionalidad sin distingos de ninguna clase. 
 Homenaje y Reconocimiento 
El Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena, que preside desde su fundación el escritor Joce G. Daniels G., en su XV Sesión Plenaria, que sesionará del 23 al 26 de agosto del presente año, cuya Presidenta Honoraria es la escritora e investigadora Miriam Castillo Mendoza, exaltará la vida y la obra de los escritores fallecidos José Eusebio Caro, Juan Rulfo, Gerónimo Osiris y Régulo Ahumada Zurbarán. en dicha asamblea se entregará al narrador y ensayista loriquero Nelson Castillo Pérez, el Libro de Oro de la Literatura Colombiana, como un Reconocimiento a su prolífica y valiosa obra que engrandece las letras colombianas y Universales.  
También se rendirá homenaje a la Casa de la Cultura de Cartagena, en sus cuarenta años de fundada, Institución que preside el folclorista Enrique Jattib.  
Al mismo tiempo se exaltará al poeta, narrador y jurista, Ricardo Vélez Pareja, por ser el Primer Presidente de la Casa de la Cultura (1977) y uno de los miembros fundadores de la Asociación de Escritores de la Costa (1984).
Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena de Indias, Letras y Camaradería

¿No fue ese el abismo por el que se precipitó la cordura de Hölderlin?

NUNCA Y SIEMPRE ES TIEMPO DE LA POESÍA

Por Mario Amengual*
Derek Walcott, Premio Nobel 1992 (Q E P D)
A una convicción que me hizo suya en mi adolescencia y a la lectura de los discursos de algunos escritores al momento de recibir el Premio Nobel de Literatura, se deben estas líneas que corren a partir de un título paradójico. Se trata, si acaso es necesario denominarlo, de un ejercicio en el que tomo prestadas las palabras de indudables poetas de nuestro tiempo o, visto de otro modo, con legítimo derecho de lector las hago mías y procuro conjugarlas con palabras menos afortunadas: las que, para bien o para mal, me han asistido. 
Primero, éstas de Derek Walcott: “La Historia es una olvidada noche de insomnio. La Historia y el temor primigenio son siempre nuestro origen, porque el destino de la poesía es enamorarse del mundo, a pesar de la Historia”.* 
¿Cómo no sentir ante ellas (las palabras de Walcott) el drama y la contradicción que todo aquel que emprende la aventura poética adopta como conclusión inevitable, impregnada de toda la fuerza de su veracidad? 
         
Francois Villon, Poeta            
Bastaría con apenas asomarse a la vida de François Villon, tan sólo leer algunos pasajes de Una temporada en el infierno o simplemente recordar el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz. ¿Y olvidaríamos a Georg Trakl y a Apollinaire, ambos marcados por el desenfreno bélico de sus días? ¿No fue ese el dolor individual e histórico de César Vallejo? ¿Acaso no supo Whitman de esos desencuentros de historia y poesía, aunque quiso aunarlas? ¿No fue ese el abismo por el que se precipitó la cordura de Hölderlin? Pero de poco servirán las enumeraciones, aunque digan mucho. Tal vez sea suficiente opinar sobre nuestra época, en la que, por cierto, el azote de la economía y el culto al progreso infinito tornan más comprometida la situación de la poesía y de sus aislados amanuenses.
La sucesión de conquistas de la inteligencia y de ruinas espirituales, debidas a la alianza entre la técnica y la política, pretenden no dejar espacio para todo aquello que no sea la fascinación por los artilugios relucientes y de pronta obsolescencia. No pocas veces la vida misma parece ínfima, mercancía de poco valor, ante el pujo humano por alcanzar fronteras y rebasarlas, sin descanso, sin límites y con insaciable afán. 

¿Cómo pretender que la poesía sea un bien o una aspiración común si ya el asombro (o la capacidad de asombrarnos) se reduce al incesante interés por las maravillas de la técnica y los privilegios que otorga el poder en sus diversas pero unidimensionales formas? 

Por eso, no era para extrañarnos cuando apareció un escribiente de los poderes económicos y militares dominantes declarando el fin de la Historia; sí, esa misma Historia que Walcott sintió inevitable y pese a la cual la poesía se enamora del mundo. 

Hoy, el optimismo de aquel escribiente ni siquiera resulta risible; cuando mucho, sólo debería provocar un rictus condescendiente. En su momento, se sumaron en apresurada alharaca, como siempre, los infaltables epígonos de todo el mundo, permanentes ansiosos para adherirse a una tendencia de moda.

En 1990, dijo Octavio Paz ante la Academia Sueca: “La historia es imprevisible porque su agente, el hombre, es la indeterminación en persona”. Pero ya sabemos que el mundo no escucha a los poetas. De todos modos, ¿de dónde salieron tanto barullo triunfalista y tantas fanfarrias por el fin de la Historia? Obviamente de quienes quieren llevar el mundo a su antojo; ya no sólo la economía, sino las ideas, los pensamientos, los sentimientos y las conciencias. Y aún me consuela presumir que no lo lograrán. No será fácil mientras en cualquier parte de este planeta enloquecido arda la llama de la poesía, así como en la ficción de Bradbury (Fahrenheit 451) los libros, todos proscritos, sobreviven en la memoria de algunos seres humanos. 

William Faulkner, Escritor Norteamericano
Es un legado y más que eso: es una condición indestructible. Así lo dijo Faulkner y lo repitió García Márquez, ambos, también, ante la Academia Sueca.


El capitalismo reinante y el socialismo anunciado por algunos, con mucha insistencia hoy desde América Latina, son sistemas totalitarios porque, en esencia, no aceptan la libertad o autonomía del individuo, por más que éste demuestre su voluntad y capacidad para colaborar y asimilarse a la experiencia de proyectos colectivos. 

Los dos sistemas procuran, aunque lo disfracen sus proclamas y sus constituciones, que ningún hijo de vecino sea quien quiere ser ni haga carne y espíritu lo que Tales de Mileto, primero, y después Jesús de Nazareth, predicaron: “No hagas a otro lo que no quieres que a ti te hagan”. 

Sin esa tensión necesaria y predestinada entre el individuo y las masas uniformes el mundo de seguro sería un Paraíso; claro, sería el reino de los bostezos que, por abundantes, no competirían entre sí. En cambio, la poesía, cuyo tiempo nunca y siempre es, florece y se desparrama en la diversidad, en las contradicciones y en las oposiciones, y se asoma en todo horizonte que amenace con desaparecerla de la faz de la Tierra.

Para Saint John Perse “el poeta existía en el hombre de las cavernas y también existirá en el hombre de las edades atómicas; pues es parte irreductible de lo humano”. Mientras tanto no faltarán paredes ni páginas, incluidas las de Internet, en las que el espíritu pueda expresarse: eso sí, el espíritu, no quienes pretenden sustituirlo con la hipócrita intención de disensos benevolentes, hoy proliferantes en todas las sociedades. 
No podemos negarnos a reconocer la abundancia de los que queriendo dar certidumbres sólo consiguen agrandar los desconciertos. ¿Cómo pueden los atesoradores de poder (y adoradores del poder) tropezar, sin molestias ni dudas, cuando no las esquivan, con frases lacerantes como éstas: “El poeta puede decir que el hombre comienza hoy; el político puede decir, y de hecho dice, que el hombre ha estado y siempre estará cautivo en la trampa de su cimiento moral; una estructura que no es congénita sino implantada por una infección secular lenta. 

Esta verdad, escondida tras las actitudes poco asequibles de la sabiduría política, sugiere como primera conclusión, que el poeta sólo puede hablar en tiempo de anarquía. La resistencia es una certeza moral, no una poética. El verdadero poeta nunca usa palabras para castigar a alguien. Su juicio pertenece a un orden creativo; no está formulado como una escritura profética” (Quasimodo).

De ninguna manera se trata de propiciar o ejercer la rebeldía, más bien en el mundo hay demasiados rebeldes: algunos armados; otros disfrazados con el atuendo de cantantes estrafalarios; otros despotricando de sus rivales políticos... La lista es larga y no vale la pena ni viene al caso seguir nombrándolos. El asunto es sencillo, aunque por ello no deja de ser inquietante y profundo: los poetas, escriban o no, tienen que seguir siendo poetas, sean cuales fueren las convulsiones históricas que les toque vivir. Un buen ejemplo de esa “resistencia” de la poesía, de los poetas, es la Danza de la muerte castellana y también las Coplas de Mingo Revulgo y las Coplas del Provincial, y podrían darse más ejemplos. 

En todo caso, el poeta no puede (y me atrevo a decir que tampoco debería pretenderlo) vivir al margen de la Historia; de hecho, muchas veces su alimento, su único alimento, es la Historia y de nada valen los esfuerzos desmedidos de algunos por sólo labrar poesía de puro presente. Sería necesario despojarla de su intenso humanismo, de su mirada agradecida, de sus palabras y gestos celebrantes para no afirmar junto con Neruda: “Sólo por ese camino inalienable de ser hombres comunes llegaremos a restituirle a la poesía el anchuroso espacio que le van recortando en cada época, que le vamos recortando en cada época nosotros mismos”.

En nuestros días, la advertencia de Neruda se ha hecho imposición, entre otras y muchísimas razones, porque la novela como género más dúctil y conveniente para el mercado deja a la poesía aun más rezagada, arrumada entre los trastos que el progreso y la globalización arrojan al basurero. 
Si la poesía en la palabra escrita logra abrirse paso en la ficción de las novelas, no hay duda de que lo consigue a duras penas y con escasas posibilidades de conquistar a la mayoría de los compradores de libros, aun cuando algunos cálculos y cifras permitan alentar cualquier esperanza al respecto. 
      
García Márquez, Nobel de Literatura Colombiano      
Sólo cuando la novela rebasa el límite de su función recreativa y supera la tentación de tratar sólo temas de moda o que por su naturaleza llaman fácilmente la atención del gran público, su código apuntará a otras realidades oportunamente obviadas (por los medios de comunicación, los políticos y los intelectuales) o simplemente reprimidas por el común de los mortales. 

Pero la trampa está armada y no es fácil caer en cuenta de ello, sobre todo si arrecia entre quienes escriben el regusto por la notoriedad y los aplausos. El éxito literario también tiene sus fórmulas, con o sin clichés.

La poesía que aquí se procura destacar, sea cual fuere el género literario en que aparezca, es aquella que, según Burckhardt, “aporta más que la historia al conocimiento de lo que es la humanidad”. Y a ella, insiste, la historia tiene que agradecerle “el conocimiento de lo que es la humanidad en general” y “los ricos elementos que le da para comprender las épocas y las naciones”.** 

No me refiero, y salgo al paso a la confusión, al abuso contemporáneo de la “novela histórica”, subgénero que en muchos casos ha servido para tergiversar la historia o para ofrecer una visión parcializada de alguna época y otras veces para infamar o exaltar a algún personaje o alguna clase social o algún grupo político. 
 
Pablo Neruda, Poeta Chileno      
La poesía, en todo caso, ve lo imperecedero en medio de la Historia, por decirlo de alguna manera. En algunos casos, tal vez más de lo que comúnmente se piensa, adquiere su compromiso histórico para luchar solitaria y desoída contra los desastres que suelen acaecer durante y después del apogeo de la literatura propagandística que anuncia regímenes mesiánicos, los defiende (a cambio de dinero, cargos y privilegios) cuando se instauran y con ellos muere y queda en la historia como un sabor amargo en el paladar. 
Me aventuro a asegurar que la poesía, cuando lo es de verdad, es inevitablemente disidente: no se enamora del éxito o triunfo de cualquier índole; no se regodea en el fracaso, aunque lo padezca; por más que se intente, no está hecha para ser recibida con aplausos en los palacios de gobierno; menos todavía debe condenarse a su forma épica, ya superada y sustituida por la novela. Por algo Saint John Perse afirmó para siempre: “Y ya es bastante, para el poeta, ser la mala conciencia de su tiempo”.

A la interpretación interesada o errónea de palabras como ésas se debe la confusión entre responsabilidad, o compromiso, y militancia. Así sea muy elaborada y llamativa, no puede ser la poesía vocera de partidos ni de gobierno alguno: semejante creencia sólo es posible en sociedades adoctrinadas y fanáticas. Es de por sí la poesía voz discorde, incluso respuesta artificiosa o rayana al panfleto cuando toda forma de opresión y de fuerzas uniformadoras pretenden anular las contradicciones ínsitas del ser humano. 

Es inmedible el espacio y permanente el tiempo de la poesía; es incesante su combate contra las tendencias avasallantes que procuran neutralizarla, abierta o subrepticiamente. Se baña en las aguas de la Historia, toca el fondo de sus cauces y cuando sale a tomar aire sus bocas disconformes dejan el legado, su único propósito y su razón de ser. 
        
           Mario Amengual, Escritor Venezolano
Si alguien desinteresado escucha sus palabras y se detiene y se estremece, luego las lleva consigo y las repite y las acaricia en su memoria, y corren por sus venas como su propia sangre; puede decirse, entonces, que la poesía ha “hecho su trabajo”, ha cumplido en las honduras renegadas del ser humano. Ese alguien, ese individuo, sabrá que “la Historia es una olvidada noche de insomnio” y difícilmente se comprometerá con redentores urgentes, y de asistir al mercado de los credos y las salvaciones, podrá sonreír con la benevolencia de un moribundo satisfecho.

Nunca serán suficientes la arrogancia del olvido, ni los brazos armados de los dogmas, ni las incesantes seducciones de la técnica, ni las profusas parrafadas de la demagogia para sacar a la poesía del corazón del ser humano y condenarla a los arrabales de la Historia, porque aun en las peores pesadillas de ésta, encontrará voces doctas o ignorantes para advertir de su presencia en todos los tiempos y presentarse con el ropaje que encuentre en la soledad y el silencio de quienes lleguen a dar con ella, al margen de las fraseologías dominantes y el ciego progreso.

Notas * Esta y las siguientes citas de escritores y poetas que han recibido el Premio Nobel de Literatura las he tomado de: Discursos Premio Nobel, Colección Los Conjurados, Volumen 1, Común Presencia Editores, Bogotá, 2003.

*Poeta y narrador venezolano, cuyas crónicas, ensayos y reportajes son publicados permanentemente en diversos medios de su país y el exterior. Tomado de Con-Fabulación 

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