Lo Que Pasa En La Viña Del Señor

LOS CÍRCULOS DE LA INFAMIA...

     Por Álvaro Morales

No pocos son los círculos de la infamia que campean sobre nuestra sociedad. La corrupción, el fundamentalismo religioso, y la politiquería, práctica desvirtuada del noble oficio de la política, son claro ejemplo de ello. 

Despuntando con la politiquería, se aproximan las elecciones parlamentarias; y el llamado democrático Evento, será, por disposición de la Registraduría, el domingo 11 de marzo del 2017. 

Retornarán, como de costumbre, las ilusiones; a muchos tocará volverse a “tragar” promesas y toda suerte de ridiculeces a las que acude el candidato en búsqueda de los votos que lo elijan. No importa la manera ni lo que haya qué hacer para conseguirlo. 

Serán amables, y campechanos en el vestir y hablar, se acercarán a la gente queriendo confundirse con ellos y sus costumbres. Sorprenderán al elector. En cualquier momento lo visitarán. Pedirán tinto y “cucayo”. Y en un abrir y cerrar de ojos los hallarán sentados en la cama de la alcoba principal. Llorarán, si hay que llorar; reirán, si hay que reírse. Lo llamarán el día de su cumpleaños. Y, previamente memorizado, no habrá nombre de pariente por el que no pregunte. Ah,…y por nada del mundo dejará de pedir hojas de vida para enganchar a los que estén sin “chamba”. 

Pero el encanto y dulzura de los lobos disfrazados de ovejas, como de costumbre, durará hasta el día en que se conozcan los resultados, ganen o pierdan. Si pierden, es probable que hasta  pidan devolución de los “recursos”; y si ganan… “si te vi no te conozco”. Es pues, este, un círculo de la infamia. 

Otro círculo es el de los perversos seudo líderes religiosos, llamados dizque pastores, profetas o apóstoles, que influyen sobre ingenuos y cándidos prosélitos a quienes no sólo despojan de cuanto dinero y joyas tengan, sino que, además, son “embarcados” en distorsionadas enseñanzas cristianas. 

Este círculo de los hacedores de maldad, son una ola de manipuladores y traficantes de la fe que optan por difundir la falsa doctrina de la prosperidad, cuyo propósito es secar los bolsillos de quienes se dejan embaucar por la retórica. 

En su desmedido afán de enriquecimiento los mercaderes del Evangelio de manera infame se han arrojado sobre sus adeptos, presentándoles a un Dios estilo “baloto”; un Dios que les ayudará en la medida en que entreguen todo su patrimonio. 

         

  Álvaro Morales     

Sin embargo, hay esperanza, pues todos estos sucesos son las señales del fin, como ya lo expresó Jesús: “Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre…y a muchos engañarán… Muchos falsos profetas se levantarán y a muchos engañarán...” 

También el apóstol Pablo precisó: “Porque habrá hombres avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, impíos, intemperantes, crueles, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios”.