Al Borde De Un Ataque De Nervios

EL ESCÁNDALO DE ODEBRECHT

"La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo"

                                                            José María Vargas Vila

"La corrupción política no tiene nada que ver con la moral o la laxitud de la moral 

de las personalidades políticas. Su causa es meramente material".Emma Goldman

    Por Rafael E Yepes Blanquicett

El escándalo de Odebrecht, que ha eclipsado a todos los demás que se han suscitado en Colombia, América Latina y el mundo, tiene en jaque y al borde de un ataque de nervios, a la clase política de nuestro país, de la región y de varios países del mundo. Tal ha sido su proporción que, en el caso de Latinoamérica, tiene en entre dicho a, por lo menos, los cinco o seis últimos gobiernos de casi todos los países del subcontinente, algunos de la "nueva izquierda" y otros de la "nueva derecha", pero que, en esencia, han sido o son igual o peor de corruptos. 

Políticos, alto funcionarios, presidentes, alcaldes, gobernadores, congresistas y altos ejecutivos de la banca pública y privada, se han visto involucrados en el que, parece ser, es el acto de corrupción político-administrativo más grande que jamás se haya visto en los últimos años, protagonizado por esta multinacional brasileña de la construcción, cuyos tentáculos han permeado a la política nacional e internacional de manera letal y contundente.  

Por lo visto, nadie se salva, y quienes llegaron al poder con ínfulas de ser "los más honestos e incorruptibles", como lo pretenden hacer creer los integrantes del Centro Democrático con su líder único, guía espiritual y jefe supremo, "el Señor del Ubérrimo", no han podido explicar, de manera veraz y certera, el embrollo en el que se han visto envueltos. La Fiscalía y los demás entes de control, también fueron salpicados, por lo que su credibilidad se ha ido al suelo, más de lo que ya estaba. 

Los sonados casos de Reficar e Interbolsa y el de los "papeles" de Panamá, por mencionar solo los más recientes, se quedaron chiquiticos ante la desproporcionada dimensión que ha adquirido este escándalo que, hoy por hoy, tiene en la picota pública a más de un funcionario, político, servidor público o  particular.