País Fracturado

¿Volveremos Al Estado Anterior De La Guerra?

Por Rafael E Yepes-Blanquicett 

 

El Centro Democrático, con su líder máximo a la cabeza, y los demás opositores al Acuerdo de Paz del Gobierno Nacional con las Farc, partidarios del "NO" en el plebiscito del pasado 2 de octubre, entre ellos los líderes de cinco iglesias cristianas no católicas, y algunos católicos fundamentalistas como el ex procurador Alejandro Ordóñez Maldonado, se rasgaron las vestiduras porque, probablemente, según ellos, Colombia se les iba entregar a las Farc, quienes, una vez en el poder, instaurarían una dictadura "castrochavista" homosexual y anticristiana, debido a la "ideología de género" que "impregna" el Acuerdo Final de Paz, tres falacias con las que lograron amedrentar a mucha gente para que votaran en contra del Acuerdo y fracturar al país en dos posiciones irreconciliables como no se había visto jamás en muchas generaciones. 

Con respecto a estas "mentiras verdaderas" o "falsos positivos" –a los que ya nos tiene tan acostumbrados el "Señor de El Ubérrimo"–no es cierto, en primer lugar, que el país quedaría en manos de las Farc, pues, ni los poderosos grupos económicos, ni la alta clase política lo permitirían, ya que, ellos son los que siguen teniendo "la sartén por el mango". 

Tampoco es cierto que impondrían el "castrochavismo" porque se les hubiesen asignado inicialmente cinco curules en el Congreso, las que luego tendrían que ganarse por voto popular en elecciones libres y democráticas. Y mucho menos es cierto que instaurarían una "dictadura homosexual anticristiana" por apoyar un "enfoque de género" que no es, en ningún momento, "ideología de género, pues Colombia es un Estado Social Democrático de Derecho, de carácter laico, con un sistema político-económico capitalista y de mayoría católica, como el resto de los países de América, con excepción de Cuba.  

Y muy a pesar del terrorismo mediático e ideológico del uribismo, al que se le sumaron las voces amedrantadoras de varias iglesias cristianas no católicas y de algunas corrientes ultracatólicas que apoyaron el voto negativo, favoreciendo a los opositores del "NO", las declaraciones del director de la campaña por el "NO", Juan Carlos Vélez, al Diario La República, sobre las estrategias publicitarias del uribismo fundadas en la "indignación" de la gente, dejando de lado los argumentos jurídicos por sugerencia de unos estrategas extranjeros, han puesto en entredicho los resultados del plebiscito, hasta el punto de que ya han sido interpuestas sendas denuncias en contra de Juan Carlos Vélez y el Centro Democrático, por fraude al sufragante y concierto para delinquir, habida cuenta de la manipulación de que fueron objeto los simpatizantes del "NO", además de varias solicitudes al Consejo Nacional Electoral para que se declaren nulos los resultados del plebiscito realizado el domingo 2 de octubre.  

A lo anterior, hay que sumarle el espaldarazo que recibió el Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno y las Farc por parte del Comité del Premio Nobel de Paz con sede en Noruega, al otorgarle dicho galardón al Presidente de la República, Juan Manuel Santos, lo que ha divido las opiniones entre los que se declaran partidarios de la continuidad del proceso, sin tener en cuenta los resultados del plebiscito de marras, y los que creen necesario que se renegocien algunos puntos del Acuerdo, como lo sostienen los ex presidentes Uribe y Pastrana, quienes, dicho sea de paso, felicitaron a Santos por el premio recibido, de dientes para afuera.  

     

     Rafael E Yepes-Blanquicett

Como se puede ver, la polarización creada y fomentada por el Centro Democrático y apoyada por un amplio sector de la población que se dejó intimidar por las predicciones apocalípticas de varios líderes políticos y religiosos afectos al uribismo, sigue vivita y coleando, y, de no tomarse una decisión rápida al respecto, podría venirse al traste todo lo acordado en este largo camino recorrido durante cuatro años de conversaciones de paz entre el Gobierno y las Farc, volviéndose al estado anterior de guerra, que es, en últimas, lo que parece querer la oposición de derecha liderada por el ex presidente-senador Álvaro Uribe Vélez.   LC