Translate

La Donación de nuestros Lectores nos motivan a seguir hacia adelante. ¡Gracias!

domingo, 7 de abril de 2013

A Propósito De La "Salsa Brava"

ELLA TUVO SU BOOM, COMO LA LITERATURA

«La música es la oración muda del alma, muda porque no tiene   palabras; hay más alma en el sonido que en el pensamiento». León Tolstoi     
 Por Rafael E Yepes Blanquicett 

En torno a nuestra música del Caribe, es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre la salsa, como ritmo afroantillano que ha enriquecido el pentagrama musical de los pueblos bañados por las aguas del Mar Caribe y que, para bien o para mal, ha fortalecido nuestra música popular, llevándola a escenarios inimaginables desde hace más de cinco décadas, en el caso específico de la salsa. 
Y, como sucedió con el «boom» de la literatura hispanoamericana, se internacionalizó hasta tal punto, que los latinoamericanos de hoy somos más conocidos por nuestra música que por nuestra literatura, porque para comprender el lenguaje musical no es necesario que sea traducido, ya que su esencia no reside en la razón sino en el corazón, en la pasión, en el alma, en ese «feeling» que se ve reflejado en el estribillo de la canción «Para tocar el son» del «Grupo Pa’ los Santos», el cual dice:
«Para tocar el son, hay que llevarlo en el corazón». 
La «salsa, fue «bautizada» así por un famoso locutor venezolano en alusión a esa mezcla de ritmos afrocaribes provenientes de Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Haití, Jamaica, Guadalupe y Martinica
, principalmente, que dio origen a ese pegajoso y melodioso ritmo que ha puesto a bailar a más de medio mundo desde su aparición, en los años sesenta, hasta la fecha. 
Y, como tal, fue creada por un grupo de músicos latinos residentes en Nueva York, «la capital del mundo», procedentes de varios países de las Antillas Mayores y Menores por diversos motivos, siendo el más importante de todos la búsqueda del éxito en suelo americano, el cual les había sido negado en su propia tierra. 
Algunos de ellos, a pesar de haber nacido en Nueva York, mantuvieron su arraigo con su país de origen, sin olvidar jamás sus raíces ni su idioma. Otros llegaron a la «City» siendo apenas unos jóvenes adolescentes que querían alcanzar la fama en el escenario mundial de la salsa, ya que, triunfar en la «Gran Manzana» significaba «triunfar en el mundo». 
Vale la pena resaltar aquí que muchas de las composiciones se referían a la nostalgia por la «patria chica», como la canción «Lejos de ti» del puertorriqueño  Ángel Canales, a quien muchos confunden con el gran Héctor Lavoe y de quien se dice que hubiera podido ser mucho más grande que Lavoe, la cual es una añoranza por la «tierra natal» que jamás se podrá olvidar y a la que se quiere regresar para no salir de ella nunca más. 
Por otro lado, la mayoría de los músicos y cantantes latinoamericanos que  llegaron a Nueva York, en esa época, eran inmigrantes de clase media que tenían varios grados de educación, algunos con cierta formación académica musical, inclusive.

Estas circunstancias permitieron que las letras de sus canciones se caracterizaran no sólo por referirse a la nostalgia por el terruño y a los amores y desamores propios de casi todas sus piezas musicales, sino también por un profundo contenido social que daba cuenta de la discriminación racial, social, política y económica de la que eran y aún siguen siendo víctimas los inmigrantes latinos en el Gran País del Norte.

Además, la elegancia estética de los versos y la gran expresividad artística, las convirtieron en unos hermosos y elaborados poemas al «mejor estilo aristotélico, imago, imitatio, innovatio», según el musicólogo colombiano Rogelio España Vera en su ensayo «A propósito del reguetón y la juventud». 
Luego de su consolidación en el territorio americano habitado por latinos, la salsa se difundió por toda la América Hispana, desde México hasta la Patagonia, y, de allí, al resto del mundo, sobresaliendo, entre otros, varios cantantes y agrupaciones como El Gran Combo de Puerto Rico, también conocido como «La Universidad de la Salsa», Rubén Blades, de Panamá, Oscar de León y la «Dimensión Latina», de Venezuela, el «Grupo Niche» de Jairo Varela, y «Guayacán Orquesta» de Alexis Lozano, de Colombia, quienes le imprimieron a la salsa su sello particular. 
       

En diciembre de 2012, y a propósito de un homenaje por televisión que se le rindiera al desaparecido músico y compositor chocoano, Jairo Varela, la presentadora lo mencionó como  "el colombiano más famoso del mundo”, lo que refuerza mi teoría acerca de que los latinoamericanos somos más conocidos por nuestra música que por nuestra literatura, así no lo queramos aceptar quienes nos dedicamos total o parcialmente al cultivo del idioma de Cervantes y García Márquez. LC

No hay comentarios:

Seguidores

HAY QUE LEER....LA MEJOR PÁGINA...HAY QUE LEER...

Hojas Extraviadas

El Anciano Detrás Del Cristal Por Gilberto García Mercado   Habíamos pasado por allí y, no nos habíamos dado cuenta. Era un camino con árbol...