Adiós Al Viejo Campo (Q.E.P.D)

RECIBIÓ "EL PONCHE" QUE TODOS RECIBIREMOS

    

 “Primer alcalde afrodescendiente de Cartagena, que se  autoreconoce como negro”

Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Era un comunicador social de fácil retórica, que entraba todas las mañanas a la gran mayoría de los hogares cartageneros, para averiguar entuertos y buscar la solución más inmediata, lo que hacía a través de la comunicación, para resolver situaciones que estaban en el olvido de los gobernantes de turno, lo cual le permitía hacer su crítica en un lenguaje alunfardado y pegajoso, inventando términos muy populares que dejaban un sabor crítico y de repetición, para los que estaban a la caza de aquel hombre que se había tomado a la audiencia popular de Cartagena.

Entre las palabras o acepciones que quedaron como una especie de jitanjáfora está el término «MANDARINOSKI», lo aplicaba a los adultos mayores que se enamoraban de jovencitas, las cuales sometían al anciano «Romeo» a un desvalijamiento monetario, hasta dejarlo completamente «pelao». 

Campo en su medio de la locución era un hombre muy querido, hacía de los deportes un idioma cotidiano para el hombre del Caribe, sus lecciones de la secundaria las tomó en el Liceo de Bolívar, donde sus maestros lo recuerdan con cariño. 

Pero no pudo mantenerse jugando, la pelota que bien sabía y en el campo que bien conocía, en ese campo donde él era el jugador *Utiliti, no tenía reemplazo. 

Juan V Gutiérrez M

Se dejó picar por la serpiente de la política y la vida le mostró un juego, un encuentro, duro, difícil y tocado por una especie de «pandilla», como lo era el boxeo en sus inicios en los Estados Unidos. No estuvo el Alí de sus mejores tiempos. 

Campo Elías, un comunicador que sabía jugar con las buenas señas de su «mánager». 

El gran lanzador del mundo lo ha llamado a jugar en el equipo de la eternidad, un 22 de abril, para encontrarse con Cervantes, un lanzador clásico que juega en la Academia de la Lengua de las Super Estrellas de la Eternidad, perteneciente a las Ligas Mayores.

La Paz de Dios lo acompañe.