«LA EDUCACIÓN DESDE LOS HOGARES:
CLAVE PARA ERRADICAR LOS MALES DE CARTAGENA»
Por Gilberto García M
La pobreza de Cartagena es deprimente por donde se la mire..Quien viene a Cartagena de Indias con el propósito de disfrutar de sus balnearios y monumentos quizás no alcance a apreciar algunos problemas sustanciales y estructurales que ahogan al raizal y que se podrían contrarrestar si desde los hogares otra fuera la educación que se impartiera. Lo cierto es que en los últimos veinte años Cartagena dejó de ser una pequeña ciudad para convertirse en una gran Urbe con los problemas atinentes a las grandes capitales sin que la ciudadanía se haya preparado para ello.
Así que, en un ámbito en que todos se conocían se pasó a ser «un extraño dentro de la misma ciudad». Hay que reiterar que ella no fue ajena a los problemas de orden público a lo largo y ancho del país y, que parte de ese crecimiento urbanístico pero también desordenado, se produjo gracias al desplazamiento de los ciudadanos del Interior de Colombia y lugares cercanos hasta la ciudad de don Pedro de Heredia.
Algunos expertos en el tema, sociólogos, trabajadores sociales, juristas, psicólogos, la clase política, etc. han conceptuado sobre estos males esbozando hipótesis e implementando planes de choque sin que hasta la fecha ninguno brinde resultado halagüeño a la vista.
No obstante, otro hubiera sido el destino y otros los derroteros si la ciudad—, llámese los ciudadanos, el raizal, sus líderes, la clase política y la sociedad en general— se hubiera preparado para ello.
Hoy vemos una urbe desfigurada, con avenidas y calles pensadas para épocas de antaño, no para la ciudad actual. Con una pobreza que trasciende los límites inimaginables, desempleo, problemas de movilidad, inseguridad, déficit en la red hospitalaria, etc.
El panorama, entonces, no puede ser más desolador.
Al principio la ciudadanía puso el grito en el cielo ante la proliferación de males sociales totalmente desconocidos en nuestro entorno. Fenómenos como los de la prostitución, delincuencia, el sicariato, el micro tráfico, la extorsión, el pandillismo, la drogadicción y la corrupción terminaron por sumir a la Heroica en una gran crisis sin que hasta el momento hayamos salido de ella.
La solución, que debería estar en la dirigencia local con nuestros alcaldes y concejales, y en manos del Gobernador y senadores y representantes, aún no se da porque, ellos, en su sabiduría han atacado el problema desde sus Despachos y desde las Escuelas, con todo tipo de programas de resocialización, subsidios, asistencia al adulto mayor, deporte y recreación, etc. Pero los resultados no han sido los mejores.
Y mientras los encargados de transformar la mentalidad del cartagenero no se vayan por la educación desde la casa, si no se entiende que la raíz del mal proviene de allí, seguiremos sopesando nuestros problemas sin que se vislumbre una luz al final del túnel.Lógicamente que con una población duplicada, las expectativas de esa población requiere empleo, viviendas dignas, buenas escuelas, anchas y espaciosas avenidas, parques y lugares de recreación. Pero si no inculcamos la educación de padre a hijo, los saberes desde la casa, por mucho esfuerzo que se haga el barco en que navegamos acabará en el naufragio.
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