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jueves, 10 de noviembre de 2022

Agustín Muñoz Orozco

EL HOMBRE QUE ESCRIBÍA
LAS MEJORES CARTAS DE AMOR

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes 

Lo conocí en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja. Llegó para estudiar Biología y Química. Allí nos conocimos, yo venía de haber estudiado en el Liceo de Bolívar, la grandiosa Institución Patrimonio de la Educación Pública En Colombia.

Lo llamábamos «El Compa Muño», porque llamaba «Compa» a todo el mundo, significando que era amigo de todas las personas a quienes conocía, sin duda, un ser excepcional y con mucha fraternidad.

Su imagen irradiaba nobleza, de él siempre esperábamos bondades, no imaginábamos que pudiera hacer mal alguno. Sabía cantar décimas y nos transportaba a ese mundo fraterno de la expresión poética, donde se elogia con el uso de la rima a las personas o cosas que queremos.

«El Compa Muño», en las cosas del amor, era recursivo y lo demostraba cuando iniciaba grandes epístolas amorosas, tomaba un intervalo de tiempo para contarle, a Rosita, su novia, todas las vivencias de su permanencia en Tunja, esa ciudad fría, donde debíamos acostumbrarnos a abrazar permanentemente una cobija para protegernos del inclemente clima.

Sus cartas amorosas estaban constituidas por veinticinco páginas. Todos quedábamos asombrados del volumen de las epístolas. «El Compa Muño», era de una nobleza a flor de piel, siempre regalaba una sonrisa de amistad. En su dedo anular llevaba una sortija marcada con las iniciales del nombre suyo y el de su novia. Se creía un hombre de fortaleza, creía representar al pequeño «David», el de la biblia, y lo hacía cuando jugaba al béisbol, en su imaginación sus batazos eran de gran trayectoria.

Juan V Gutiérrez M
Hoy, «El Compa Muño», nuestro querido personaje y cómplice de nuestras vivencias de juventud, nos ha dejado, ha partido hacia la eternidad. Debido a su humildad y carácter sabemos que tendrá la gran posibilidad de participar de la presencia de Dios en toda su plenitud.

Hoy, «El Compa Muño», compone una décima para elogiar su nuevo periplo y vivencias en el cielo, pero acompañado del Todopoderoso.

Paz en su tumba.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tocó compartir un tiempo como estudiante de la UPTC. Con el Compae Muñoz. El en el dpto de Biología y Química y yo en el dpto de ciencias sociales, pero existió un espacio donde convertíamos EL BEISBOL. El de pequeña Estatura y yo con 185, el en la posición de LF y yo como lanzador, nunca me llamó por mi nombre o mi apellido, Siempre me Llamó EL MONO. Guardo en mi mente un Zonal Universitario jugando contra la UIS de Bucaramanga, ese inolvidable partido un 1 de mayo de 1973. Ganamos 1 x 0 lanzando el Mono Buendía. En 16 inings. Pasó el Tiempo y nos Reencontramos en el Sofbol copa APROSEBOL. Era de n empedernido jugador d Dominó. Compae Muñoz. Siga volando su encuentro con Papa Dios será Grande

Anónimo dijo...

Una gran historia para un hombre grande.

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