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viernes, 8 de julio de 2022

Suelos Colombianos

DEL LAGO SOCHAGOTA A LOS CAMPOS DE BOYACÁ

 

Por Juan V Gutiérrez Magallanes


Desde la residencia alejada por unos cien metros, apreciamos la belleza y la inmensidad del Lago Sochagota, en Paipa Boyacá. Tierras fértiles y floridas brindándonos la policromía del suelo colombiano. El ambiente se vuelve más agradable cuando experimentamos una temperatura de diecisiete grados. El paisaje adquiere una atmósfera singular con el silencio dejado por el último Zipa, quien, augurando la llegada del invasor, ha trastocado, de paso, la paz reinante. ¡Una especie de armonía y belleza tan solo comparable a los lagos suizos!

El Lago de Sochagota se presenta como un mar en donde las olas han permanecido en la quietud de los corales que han estado conversando con las algas y, descifrando al final estas últimas, el idioma de los peces.

En el lago no es posible la vida de los peces, debido a su condición artificial creada por 1955 para incrementar el turismo en la región. Sochagota se origina por el nombre Such-gota (tal gota). Muy a pesar de ser artificial, es llamativo, sus alrededores son paradisiacos. Si va con la sola intención de relajar los sentidos, el turista se sentará en sus orillas a contemplar la belleza y quietud circundantes.

El Lago se adhiere a los cuerpos de agua embelleciendo de plano los campos boyacenses. Una mano creadora se ha detenido para edificar un altar en donde oficiar un rito a la belleza. 
En las pocas veces que he recorrido la región, he observado con particular fascinación, las hortalizas, trigos y papas, que no tienen nada que envidiar a los campos del Centro de Europa, en donde sobresalen casas pequeñas pintadas de blanco con sus techos de color rojo. 
Juan V Gutiérrez M




 

 

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