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lunes, 29 de junio de 2020

Se Nos Fue Un Gran Actor y Cuentero


«La Oralidad Es Una Conversación que 
Día a Día Se Renueva»: Alberto Borja

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes
  
Actor y cuentero de la ciudad de Cartagena de Indias, estudió el bachillerato en la Universidad Libre, donde recogió el eco del humanista Luis Coneo Miranda y, el de los silogismos de Braulio Barrio, de allí partió para Bogotá.  
Alberto era un poseído de las Musas Griegas, parecía haber recibido aquel influjo en los encuentros del Cerro de la Popa. En su corazón cabían los dogmas de Euterpe, para entender la música, las lecciones de Melpómene para comprender la tragedia, los consejos de Talía para interpretar la comedia, las oraciones de Calíope para apoderarse de la elocuencia, las narraciones de Clío, para tomar la historia como parte del teatro y los diálogos con Urania, para comprender la poesía didáctica y las ciencias. Por eso, cuando llega a la Capital, La Atenas Sudamericana, se matricula en la Universidad Libre, para conocer con mayor profundidad los principio de la biología, después de varios años pasa a la Facultad de Medicina en la Universidad Nacional, tenía mucho interés por conocer la morfología del ser humano, de esta facultad, pasa a Sociología, ahora se preocupa por conocer en el hombre su comportamiento como ser social.  
—Alberto era un hombre con múltiples aptitudes, podía practicar todos los deportes, desde el boxeo hasta el atletismo pasando por el beisbol—manifiesta el licenciado Roberto Gutiérrez M.  
Después de todo aquel recorrido de fundamento académico, logró llegar a su meta, La Escuela Nacional de Arte Dramático, lo que le permite participar en diversas obras bajo la dirección de maestros como Santiago García J.  
Con más de 30 años de experiencia en las tablas, fue actor de diferentes grupos de teatro como TPB (Teatro Popular de Bogotá), El Local, Centro García Márquez, El Comején y el Teatro Experimental de Cartagena. También se destacó en la televisión participando como actor en producciones del Canal Caracol y RCN. 
Fue uno de los mejores actores y cuenteros, y creó el Festival de Cuentería de Cartagena y el Concurso Estudiantil de Narradores Orales, el más legítimo laboratorio y semillero de futuros actores y actrices. 
Era actor, director, narrador escénico y cuentero, fundador junto a su esposa Dora Malo y sus hijos Rodrigo y Clary de La Caza Teatro de Cartagena. Impulsador del Festival de Cuentería de Cartagena, el Concurso Estudiantil de Narradores Orales. Representó a Colombia en España, México, Venezuela, Ecuador, Nueva York.  
Alberto Borja trabajó en la serie televisiva «Tiempos difíciles» en un papel de teniente y más recientemente en la telenovela «La luz de mis ojos», con Boris García y Laura de León, bajo la dirección de Jorge Alí Triana.  
Alberto tenía la magia de regalar alegría, transformaba a los espectadores en seres felices que se olvidaban del tiempo, así lo pudimos apreciar en Cuentos de mar y viento, El Acompañamiento, Cosas de mi abuelo, El Jefe, Mis matrimonios, Cartagena your welcome, Caperuza, el perro que no conoció el amor, El nacimiento del juglar.  
«Borja, un cartagenero que se acerca a los 60 años de edad, se transforma en un borracho que da serenatas, en un boxeador, en un campesino costeño de sombrero vueltiao y mochila al hombro. Baila boleros y porros y logra que el público escuche la música aunque ésta ni siquiera suene: él la crea con sus palabras y sus movimientos», Revista Semana, 8/5/ 2006. ESPECTÁCULO, Puro Cuento. 
«Un cuentero es un artista cuando hace que su público vea con él. Esa es la magia de la oralidad: una conversación que día a día se renueva. Por eso un cuento siempre está en transformación», manifestó en su momento este artista que decide abandonar sus estudios de medicina para dedicarse al teatro, cuando se da cuenta de que «la vida está llena de pendejadas que hacen reír». Por eso, siempre que afirmaba que era cuentero, le causaba gracia que le preguntaran: «Pero ¿en qué trabajas?».  
Alberto Borja, en el 2008, fue escogido como Lancero de las Fiestas de la Independencia del 11 de Noviembre de 1811. Portó la lanza libertaria de Pedro Romero. Transcurre el tiempo en las tablas regalando dones de arte y literatura, hasta cuando la Parca lo cita al teatro celeste de las eternidades. 
En esta soledad del aislamiento del 2020, ha muerto un gran actor, cuentero y lancero, como no se le puede brindar la audiencia de las multitudes que lo lloran, se le hará un Lumbalú en el espacio celeste, en el que asistirán Graciela con su tambor Pechiche, para congregar a ángeles y querubines, Estefanía Caicedo con el canto del bullerengue, «Alberto estás con nosotros», Eliseo Herrera con un trabalengua de las cosas más sentidas, Manuel Zapata acompañado de Delia, para cantar y danzar en los adioses, Raúl Gómez Jattin, con la flores amarillas recogidas en los mangles de Chambacú , prestadas por Gabriel García Márquez.  
Alberto Borja tenía un corazón de dimensión humana, que llenaba de infinitas obras, cuentos y lecciones para el mundo de las artes. 
Alberto Borja y Dora Malo, Adiós al Maestro






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