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viernes, 19 de junio de 2020

¡Por Dios!

No Es Un Simulacro Esta Vaina Que 
Nos Ha Confinado En Nuestras Casas

Por Gilberto García Mercado

Van casi cuatro meses de la Pandemia y, su rigor poco a poco está haciendo tambalear a los gobiernos más cimentados del planeta. Lo que parecía simplemente darse en las películas de Hollywood ahora es una realidad. Con la diferencia de que en el cine un Jean-Claude Van Damme o un Arnold Schwarzenegger consiguen con su valentía y arrojo salvar a la tierra de la peste.  
El ser humano se enfrenta a un desafío en el que todos estamos expuestos de un momento a otro a contraer el mortal virus, esto no es un juego, todos somos responsables de que los terrícolas ahora pasemos sumisos y suspicaces, cada quien sumido en sus propios pensamientos, a dos metros de su vecino, impotentes de que, contra este mal, no valgan los estratos sociales ni los bienes materiales que poseas para tirartelas de loco e ignorar la realidad.  
Un virus ha arrinconado a la gente. Se están muriendo las personas, y lo más triste es que los ciudadanos han cogido la pandemia como unas vacaciones largas, como un simulacro sobre algún evento o desastre pero con la diferencia que en el simulacro la gente sabe que el desastre no es de verdad.  
Se nos ha venido la ficción de las películas. 
Quizás en veinte años la Humanidad no exista, hay una realidad que día a día nos persigue, hay que comprometernos solidariamente a erradicar el Covid-19 que ha puesto en jaque a las economías y a la vida de nuestros países.  
¿Es un mensaje que nos manda Dios? 
Examinémonos, vamos afanados a los estadios de fútbol, asistimos a grandes conciertos de personalidades del espectáculo, los empresarios se bajan de un avión y suben en otro, casi que viven en el espacio, con una agonía que raya en la acumulación de las riquezas, los esposos no ven a las esposas, el hijo jamás ve al padre ni a la madre, todos andamos embarcados en el cuento de la vida moderna, y lo peor es que en ninguno de estos sitios hay tiempo ni lugar para Dios. 
Si salimos de esta, hay que volver nuestra mirada a Dios, que de la raza humana no solo queden los libros y los restos de una tecnología pudriéndose en alguna parte de un planeta desolado. 
Imagen de Syaibatul Hamdi en PixabayImagen de pizar almaulidina en Pixabay


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