Translate

La Donación de nuestros Lectores nos motivan a seguir hacia adelante. ¡Gracias!

sábado, 23 de marzo de 2019

¿Qué Hay Más Allá De La Muerte?

EL INTERROGANTE QUE NO HEMOS PODIDO RESPONDER

Por Gilberto García Mercado


Desde sus orígenes el hombre ha intentado dar respuestas a ciertos interrogantes que hacen de la especie humana, la más privilegiada con un Dios Creador para algunos, y el ser producto de la evolución del Homo Sapiens hasta nuestros días, para otros.  
En ambos casos, el individuo se presenta como un ser pensante, capaz de resolver conflictos, de adecuar el entorno con las bondades para la buena vida: amor, salud, riqueza y esplendor.  
Sin embargo, en esa travesía que ha significado la transición del individuo: desde el Homo Sapiens más de 200.000 años si nos acogemos a la Teoría de la Evolución. O más de 2000 años si aceptamos la Era Cristiana, es mucha el agua que ha corrido debajo del puente.  
Es meritorio y digno que entre todos los seres vivos, el hombre es el único que piensa, razona, y tiene la facultad de adquirir conocimientos, construir atmósferas para el bienestar de los suyos y sus descendientes.  
Si esta «generación de la Internet», con su confort de manejar todo a partir de un clic, de poder comunicarse en facebook, reducir trabajos de meses a días, la tecnología al servicio de la salud, la enfrentáramos a algunos episodios de la Era Prehistórica, sería algo catastrófico volver a intentar encender el fuego frotando dos maderos.  
Nadie entonces podría «sobrevivir» sin la energía eléctrica de nuestros días, sin la invención del automóvil, del avión, sin los avances en la genética, sin los viajes a la luna y la exploración de planetas remotos.  
Seguiríamos cayendo ante la tuberculosis, la lepra, la demencia y la infertilidad en las mujeres. Veríamos las grandes obras de ingeniería como el Canal de Panamá, Palm Islands, La Gran pirámide de Guiza, la Gran Muralla China, y otras maravillas en ciudades como Nueva York, París, Londres o Barcelona, como simples utopías que el hombre jamás contemplaría al menos emprender.  
Porque en este siglo el hombre ha ido alineándose a la ciencia, tiene respuestas para todo, se ha vuelto especialista en lo bonito, la cirugía corrige narices chatas, se hace inseminación artificial y los granos y la carne de consumo para los humanos comienzan a intervenirse. 

Tal parece que con el calentamiento global, la tierra no tuviera algo que ocultarle al hombre. Pareciera que lo que obsesionó al individuo, los secretos del planeta hubieran sido desentrañados, nuestros orígenes ahora se direccionan hacia otros destinos, hacia otro planeta por descubrir ante la inminente devastación del nuestro.  
Asombra entonces las conquistas del hombre. Hemos llegado a un punto en que parece que lo sabemos todo, el otro día hicieron el primer trasplante de cabeza en China. ¿Se figuran?  
Sin embargo, aún continuamos muriendo. Desconocemos qué hay más allá de la muerte. A veces me figuro que todos nosotros somos dioses. Aunque sigamos envejeciendo, la verdadera conquista del hombre sería descubrir si en alguna parte de este «misterioso universo» hay alguna oportunidad para el ser humano, si Dios en verdad existe, porque si hay universos paralelos, cabe la pregunta: ¿Será que cada planeta tiene un Dios? ¿Es igual de misericordioso como el nuestro? ¿Estamos solos en el universo? ¿Nos vigilan los alienígenas?  
En la actualidad todo se circunscribe a la problemática derivada por el uso inescrupuloso de gases de efecto invernadero, hay cierta ofensiva en la búsqueda de un planeta con las mismas características de la tierra, cada quien anda en su afán, y ya casi nadie cita a Dios. Si es así: ¿Qué lugar ocupa Dios en su vida? ¿Cuál es su rango y carácter si ya sabemos que Él no tolera gloria ni exaltación compartidas? Qué se abra el debate. 
Gilberto García M, Escritor

No hay comentarios:

Seguidores

HAY QUE LEER....LA MEJOR PÁGINA...HAY QUE LEER...

Hojas Extraviadas

El Anciano Detrás Del Cristal Por Gilberto García Mercado   Habíamos pasado por allí y, no nos habíamos dado cuenta. Era un camino con árbol...