No Hay Que Ser Ciudadano De A Pie Para Saberlo
Por Álvaro
Morales
Como queriendo descubrir que el “agua moja”, un grupo de concejales se dio a la tarea de pasar de incógnitos en las Plazas de la Paz y de Los Coches, un fin de semana para percatarse que en las noches en ellas se practica el consumo y la venta libre de drogas, prostitución, menores trabajando, y la inseguridad está a la orden del día.
Con el gran “descubrimiento” los intrépidos concejales deben seguir programando estas jornadas para que “descubran”, cómo de igual manera se practica lo anunciado arriba en El Parque Apolo; la Marginal del Cabrero; la Plaza Santo Domingo; el Parque de Bolívar; la Plaza Benkos Biohó, el Parque Espíritu del Manglar; el Parque de La Marina, los alrededores de la Plaza de Toros; las Playas de Bocagrande y Crespo; y los bares de La Castellana.
Creemos que los afanes mediáticos de estos concejales podría ser la razón de exponerse a hacer el ridículo ante la ciudadanía. Pues tienen ellos un recinto y unas atribuciones que les permite, sin farandulería, hacer control político a los responsables, y no nuevas falencias que perturban la tranquilidad ciudadana.
Desde la antigüedad, ciudades porteñas de todo el mundo, por su condición comercial han sido víctimas de desmadres y abusos no sólo por sus visitantes, sino por quienes residen en ellas. Sabemos de la perversidad que se practicó en la milenaria Corintio en Grecia; y una más reciente: la que se daba en La Habana. La primera sufrió gran transformación cuando fue impactada por el Evangelio del apóstol Pablo; mientras que la segunda, solo necesitó de autoridad para que desaparecieran las prácticas corruptas y antisociales.
Los problemas de Cartagena no se solucionan nombrando funcionarios con rimbombantes y ostentosos títulos, se solucionan simplemente ejerciendo la autoridad y poniendo en práctica las normas jurídicas y procedimientos judiciales para el control de los desafueros.
Álvaro Morales |
La ciudadanía demanda Concejales que de incógnitos pasen a ser notables en el recinto, y que preferiblemente se “trasnochen” buscando las maneras de cómo erradicar la pobreza y hacer inversión social que es de lo que carece Cartagena de Indias. No hay que devanarse el cerebro para colegir que esas carencias de que ha adolecido la ciudad ha servido como caldo de cultivo para que estos desmanes que hoy se observan por todos lados hayan hecho de esta urbe lo que sin ser concejales ni pasarse por un ciudadano de a pie se conoce a leguas.
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