De «Gótica» a «Caótica»

CARTAGENA, SIN BATMAN NI ROBIN A LA VISTA

Por Rafael Eduardo Yepes Blanquicett*

"Ciudad Gótica" es el nombre de la ciudad ficticia en donde residen, desde siempre y hasta siempre, Batman y Robin, los principales personajes de una historieta policíaca que narra las aventuras de esta pareja de luchadores por la justicia, el "Hombre Murciélago" y el "Joven Maravilla", creada en 1939 por Bill Finger y Bob Kane, y cuyo primer número fue publicado en la primavera de 1940. 

Ciudad Gótica era una urbe organizada en donde todo funcionaba a la perfección hasta la aparición de los archienemigos de Batman: el Guasón, el Pingüino y el Acertijo, entre otros, sumiéndola en un gran caos que solo "el Dúo Dinámico" era capaz de recomponer. 

Guardadas las proporciones entre la realidad y la ficción, Cartagena de Indias, nuestra querida "Capital Turística de Colombia", "el Corralito de Piedra", la "Ciudad Amurallada", se ha convertido en una especie de "Ciudad Caótica", en donde el desgobierno reina por doquier desde hace más de seis años y medio, siendo la característica principal de esta "ciudad imaginaria" que algunos han dado en llamar "la Fantástica", con la diferencia de que aquí no tenemos a Batman ni a Robin ni al Chapulín Colorado, para que vengan a defendernos de la voracidad insaciable de la clase política corrupta que ha devorado a la ciudad sin ninguna clase de escrúpulos ni vergüenza alguna. 

En nuestra amada "Ciudad Caótica", los guasones, los pingüinos y los acertijos están a la orden del día y, por lo visto, van ganando la partida: 14 alcaldes nombrados por Santos y este, el número 15, Pedrito Pereira, nombrado por Duque para que finalice el período del suspendido Quinto Guerra Varela, quien, a su vez, fue elegido fatídicamente en mayo de este año para suceder al fallido dimitente Manuel Vicente Duque Vásquez, sucesor radial y político del fallecido Campo Elías Teherán, a partir del cual, las tres Cartagenas, la Turística e Histórica, la Industrial y de la Bahía, y la de la Ciénaga de la Virgen, la pobre, atrasada y marginada, han estado sometidas a un desorden descomunal que, al parecer, nada ni nadie podrá resolver. *Profesor, escritor y abogado. 

Rafael E Yepes Blanquicett