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jueves, 21 de septiembre de 2017

De Agricultores-Abogados, En Bolívar


TODA LA VERDAD SOBRE EL “ÑAMETÓN”


Por Alvaro Morales

Aunque de manera mediática “se ha puesto el grito en el cielo” por la falta de mercado para una superproducción de ñame en la Alta Montaña de los Montes de María, ni el gobernador de Bolívar, ni quienes lideran la quejosa campaña, han dicho la verdad sobre las razones que llevaron a tal situación.

Del ñame hay que saber que es un tubérculo de diferente forma y tamaño, sustituto de la papa y originario de África y Asia; que Colombia está entre los 12 paises más productores en el mundo, y el primero de más rendimiento por hectárea; y aunque puede ser usado en la industria farmacéutica y fabricación de bioplásticos, en Colombia sólo es usado en la alimentación.

También se produce en las Antillas, Puerto Rico, República Dominicana, Oceanía y países suramericanos como Brasil, Venezuela entre otros.

La producción nacional calculada en unas 300 mil toneladas se da en zonas de alta precipitación pluvial y con temperatura entre 25° y 30°C, y su siembra se realiza entre los meses de abril, mayo y junio. La duración del cultivo comprende entre 10 y 12 meses; alcanzando una área aproximada a las 40.000 hectáreas.

La Región Caribe aporta más del 90% de la producción nacional, mientras que en departamentos como Antioquia, Chocó, Casanare y Vaupés tiene una participación minoritaria.

De la Región Caribe la mayor producción de ñame se da principalmente en la Región de la Alta Montaña de los Municipios del Carmen de Bolívar y San Jacinto, constituida entre otros, por Macayepo, la Cansona y el Cerro de Maco; dándose también de manera importante en San Juan Nepomuceno y su corregimiento San Cayetano; así como en otras regiones de Sucre y Córdoba.
 
Aunque existen diferentes variedades de ñame como el blanco, el amarillo y el negro; las que más se conocen en esta región son el espino, de piel lisa, color marrón, carne de aspecto firme y color blanco; también está el criollo y el de diamante 22, variedad de alto rendimiento, producida por el CIAT, (Centro Internacional de Agricultura Tropical); que es la producción que se encuentra sin mercado actualmente por la poca aceptación para el consumo.

La súper producción se centra entonces casi que exclusivamente en el ñame Diamante 22, conocido también como «baboso», que a diferencia del espino y criollo, no es de las preferencias culinarias de la región.

La producción del criollo y espino, a diferencia del Diamante 22 no tiene ningún problema de mercado ni de bajos precios, por ser el preferido por los consumidores.

El cultivo tiene una producción aproximada entre 13 y 28 toneladas por hectárea.

La superproducción que se ha dado este año, repetimos, de la variedad Diamante 22 y no del espino o criollo, obedece entre otras razones al desordenado incremento de los cultivos en 2017, incentivados por los buenos precios del 2016. Precios que llegaron a oscilar entre $60.000 y $80.000 por bulto de 50 kilos, incluidas todas las variedades; mientras hoy, en 2017, escasamente, producto del exceso, un bulto de 50 kilos alcanza un precio entre $10.000 y $12.000. Pero esta no es la única razón.

El problema también tiene otras causas. Una son las inexplicables razones que llevaron a los municipios de San Juan y San Jacinto a desaparecer sus UMATAS, violando normas legales y originando un estado de desorientación y abandono en las políticas, planes y proyectos agropecuarios de esta región; ante lo cual la Gobernación de Bolívar nada ha hecho al respecto.

Otro razón, y es la de mayor peso, la constituyen la manera desorganizada, inconsulta y antitécnica como operan las ONGs que trabajan y/o dicen asesorar a los campesinos víctimas del Conflicto.

Son más de 43 ONGs que se encuentran en esta región, entre las cuales están la Fundación Semana, la Fundación Argos, la Fundación Desarrollo y Paz, entre otras, las cuales captando dineros del Estado han promovido de manera inconsulta, sin planeación alguna con el gobierno departamental, incentivando y/o promoviendo de manera irresponsable el cultivo del Diamante 22, el que precisamente no tiene mercado por no ser del gusto ni de las preferencias de los consumidores.

La irresponsabilidad de estas ONGs ha llevado a que la producción represada y sin mercado del Diamante 22, «el baboso», haya sobrepasado las 7.500 toneladas; o sea, más de 150.000 bultos de 50 kilos.

No es justo entonces, que el señor gobernador de Bolívar haya salido a decir que el Gobierno Nacional ha dado la espalda a los campesinos productores de ñame en Bolívar. No es cierto. Lo que si debió hacer a través de sus respectivas dependencias fue ponerle límites o control a la desordenada siembra de ñame diamante en la zona de la Alta Montaña.

Además, era lógico esperar estos desordenados resultados ya que el señor gobernador de Bolívar, doctor Turbay, en vez de agrónomos, técnicos y extensionistas agropecuarios optó por tener como Secretario de Agricultura a un abogado; y como Asesor para el Desarrollo Agroindustrial y Asistencia técnica a otro profesional del Derecho; y ningún profesional del sector agropecuario.
 
Finalmente, ahora que se toparon con el problema salieron a hacer lo que debieron hacer antes…planear, buscar mercado, etc. etc.
Álvaro Morales

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