MUJERES EN EL SENADO
Por Orlando Periñan Lombana
La presencia del mayor porcentaje de mujeres en el Senado estimula y de qué manera al género.
De todos es sabido, que se está avanzando en disminuir la disparidad, que existió en otras épocas y, que ahora surge como una nueva modalidad en los cuerpos colegiados, en busca de depurar la vieja forma de hacer política.
El momento que se vive es bien intencionado, busca mejorar la anquilosada representación que las mujeres tienen en las instituciones del Estado.
Actualmente solo él 23.5 % de los puestos están ocupados por mujeres, este porcentaje debe considerarse como aceptable y merece el apoyo del pueblo colombiano.
Ahora, hablar de imponer por ley una cuota obligatoria de un 30 % de representación en las instituciones, no es bien recibido, ya que se pierde en su esencia, el llegar a las posiciones por méritos y no por reglamentos o formalismos imperativos de tipo legal.
Pero, también es sabido, que las medidas de «grupos voluntarios» en el mundo, han servido de mucha ayuda y se ha reflejado en un incremento considerable en las obras sociales.
Por consiguiente, es necesario y urgente plantearse con tenacidad, un sistema equitativo sin anular la aplicación de la meritocracia, sin afectar las aspiraciones de las mal llamadas «sexo débil».
Por último: el sistema de pre-cuotas ha demostrado ser efectiva, pues aumenta la representación del género.
La sociedad debe dar pasos transcendentales en favor de la idoneidad, capacidad y conocimiento de los temas que se van a tratar en esos «cuerpos colegiados» y olvidarnos, en un momento dado, de cómo está conformado el quórum, ya que además de las buenas intenciones de las normas, su objetivo principal debe ser siempre la equidad social.
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