ADIÓS, A UNA GRANDE

In memoriam, a Graciela Salgado

                                  Por Juan V Gutiérrez Magallanes

Ha dejado de vibrar la piel del Pechiche, pero el eco de su voz se ha unido al fraseo de las cantadoras que han formado un coro por la inmovilidad temporal de Graciela, ella está presente en este Lumbalú, donde la descendiente de Batata, lleva el mensaje de Elegguá: «Nos invade la nostalgia, por la trasmutación de Graciela».

En este acto del encuentro de Graciela con los Dioses del Panteón, también participan las voces de Las alegres Ambulancias, que hacen parte como lámparas encendidas de los altares del pueblo palanquero.

Graciela ha ido a la dimensión de sus antepasados, allí su presencia es eterna, y podrá, con mayor movilidad percutir sobre la piel membranosa del firmamento.

Y entonces con el permiso de divinidades y de Benkos Biohó, reunir las voces de Etelvina Maldonado y Estefanía Caicedo, hará el Lumbalú celestial prometido a Evaristo Márquez.

Graciela, siempre reconocimos tu poder de mujer hacedora de truenos con tus manos de diosa, el toque de tu inspiración sobre el Pechiche de tus ancestros, traspasabas fronteras de pueblos distantes y tenías el poder de llegar a los oídos del gran Changó para anunciar las buenas nuevas y las notas de lamentos de Palenque.

Ahora, cuando estás en presencia de Orichas y otros dioses, harás con el Pechiche el llamado a la Asamblea de los Hombres del Mundo para mostrarles la Unidad de los Seres Humanos libres de la discriminación.

Graciela descansa en el Panteón de los Orichas y las divinidades del mundo. 

Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

LC