Translate

La Donación de nuestros Lectores nos motivan a seguir hacia adelante. ¡Gracias!

sábado, 27 de enero de 2018

Una Credencial En El Pecho

Hay Festival y la Cobardía En Los Barrios

Por Gilberto García Mercado

La ciudad se ha ido acostumbrando a la demencia que nace y se reproduce en los barrios de extramuros. En esas fronteras insalvables adonde no llegan las bendiciones del Santo Padre ni los buenos deseos ni las expectativas del Presidente Santos para este 2018 en que su periodo de gobierno llegará a su fin. 
Aquí todos son salvajes y andan a la deriva en ese océano que tanto conocen quienes desde niño han aprendido a doblegar las aguas. 
Pareciera que cada quien arrastra una cruz, la monotonía y la desesperanza se reflejan en los rostros curtidos por el sol, a las doce del medio día las calles de Boston lucen desoladas y el viajero que se atreve a asomar su desprevenida fisonomía por el lugar, será testigo de la muerte y resurrección de las almas, el cannabis ha obrado en Alfredo de un modo extraño solo para que, Jacinto, el ciudadano extranjero que buscando aventuras se ha perdido en esta jungla de casas irregulares, en donde el aire a cada instante remueve el olor de podredumbre de los canales con sus aguas servidas a la Ciénaga de la Virgen, sea testigo en su futura novela, de cómo la marihuana en Alfredo lo ha inducido a una reacción bondadosa, y a la vez irregular y extraña para quienes lo conocen en su lóbrego oficio de atracador que se agazapa detrás de los muros. 
También los estupefacientes tienen su lado bueno. Jacinto, a quien el Hay Festival trajo a la ciudad porque es un enamorado de las letras y, de los libros, quiso escapar de esos pasillos atestados de lectores curiosos haciendo la fila ordenada y juiciosa ante Su Majestad, Las Letras, e hizo una tregua huyendo del calor, de los micrófonos, de los versos y prosa que respira la ciudad y se ha decidido a vivir en carne propia un capitulo de su propia novela. 
Porque el asaltante contra el cual está prevenido todo el barrio tiene la fama de ser sanguinario y de no andarse con prejuicios cuando hay de por medio dinero y un incauto que no mide sus pasos. Y Jacinto se ha internado en territorio de nadie, solo parece defenderlo de esa atmósfera que va transformándose, a medida que avanza en la triste desolación de la tarde, la credencial en el pecho con su nombre de invitado especial al Hay Festival de Cartagena. 
«¿Adónde se dirige, buen hombre?», ha dicho Alfredo con la voz trémula por la traba, «¿Parece usted un tío de fiar?». 
El otro, desconcertado y algo temeroso por aquella voz cavernosa, balbucea algo ininteligible. «¿Es usted extranjero?», señala de nuevo Alfredo. «No, soy ciudadano ecuatoriano. Vengo al Hay festival y estoy esperando a unos amigos que pasaron por aquí. ¿Los ha visto?», argumenta Jacinto agarrado de la credencial como se agarra a su bote un náufrago. 
Pero, por mucho que el escritor insiste, por mucho que le explica en qué consiste el evento que por enero se toma a Cartagena, Alfredo nada entiende, vuelve a darle una chupada al porro de marihuana, le da una palmoteada a Jacinto en el hombro, y esculcándose los bolsillos y hallando unas monedas para pagar Transcaribe, lo acompaña hasta la estación reiterándole que tenga especial cuidado en el sector de la India Catalina en donde todos los días y a cualquier hora atracan.
Gilberto García Mercado

          
 

No hay comentarios:

Seguidores

HAY QUE LEER....LA MEJOR PÁGINA...HAY QUE LEER...

Hojas Extraviadas

El Anciano Detrás Del Cristal Por Gilberto García Mercado   Habíamos pasado por allí y, no nos habíamos dado cuenta. Era un camino con árbol...