DE INTERESES Y PERJUICIOS

LA REFORMA RURAL INTEGRAL

EN "EL ACUERDO DE PAZ"

Por Álvaro Morales

        

El actor y productor de cine y televisión de origen italiano, nacionalizado colombiano, Salvo Basile, nos recuerda en una de sus columnas de un diario capitalino, que sólo el 1,6 % de la población colombiana es poseedora de más de la mitad de la tierra. 

Y es que ese bajísimo número de “compatriotas” que acapara la mayor parte de la propiedad de la tierra son los latifundistas y terratenientes que por obvias razones son los que se oponen al Acuerdo de Paz, en especial al Primer Punto de la Reforma Rural Integral, y sobre todo, al componente que trata sobre la democratización y uso de la tierra. 

En gran parte, ha sido la inequidad en la propiedad, tenencia o posesión de la tierra el núcleo de los grandes conflictos que ha sufrido y sufre el país; siendo el despojo bajo presión y violencia, las formas como muchos campesinos han sido desarraigados no sólo por los diferentes grupos alzados en armas, sino, también, por grandes terratenientes y latifundistas que disfrazados se cobijan bajo el amparo de gremios del sector, y del poder político que han ostentado. 

Hasta ahora, muchas han sido las zonas rurales de Colombia vedadas a la paz. Con masacres y presiones armadas, pequeños productores de pancoger  fueron despojados y desarraigados de sus predios. 

Se propone entonces el componente de Democratización y Uso de la tierra, contenido en el primer punto del Acuerdo, el de la Reforma Rural Integral, luchar contra la ilegalidad en la posesión y propiedad de la tierra, evitar el despojo, y levantar una Carta Catastral Rural, inexistente en la actualidad, la cual conllevará a que los grandes propietarios tributen al Estado de acuerdo a la extensión de tierras que posean; y por las cuales nunca han contribuido impositivamente con la jurisdicción municipal a la que pertenecen. 

Se entiende entonces las razones por las cuales dichos contradictores cobijados en curules de partidos de oposición se desgañitan tratando de convencer al pueblo sobre las inconveniencias del Acuerdo incitándolo a votar por el NO en el plebiscito del 2 de octubre. 

Álvaro Morales

Y es que una vez implementado el Acuerdo, a terratenientes y latifundistas no sólo tocará pagar impuestos por la totalidad de sus predios, sino que tendrán que restituirlos, si es que no pueden demostrar la manera legal cómo los adquirieron. 

Finalmente, contempla el primer Punto del Acuerdo, entre otros aspectos, atacar también el latifundio improductivo, el cual es predominante entre los que poseen grandes extensiones de tierra. 

Seguramente, cuando estos tributos comiencen a ingresar a las arcas de cada municipio, que se esperan sean manejados con pulcritud, servirán para la reivindicación de las paupérrimas condiciones y mala calidad de vida de los habitantes de estas zonas del país. LC