LORCA, POETA MALDITO E INMORTAL
Por Rafael E Yepes Blanquicett
Por Rafael E Yepes Blanquicett
El pasado 5 de junio se cumplieron 115 años del nacimiento de quien es considerado el más grande poeta y dramaturgo español de todos los tiempos.
Y el 18 de agosto pasado, 77 años de haber partido hacia la Eternidad, pero su obra, al igual que su recuerdo, vivirán para siempre en la memoria de la humanidad, a pesar de su «maldición» por haber sido honesto consigo mismo y con los demás.
Fortachón y corpulento, sus gruesas manos se transformaban cuando ejecutaba el repertorio para piano de Beethoven, Chopin, Debussy y otros, con suma y delicada habilidad. Y detrás de ese aire de rudo campesino, se escondía un ser maravilloso, capaz de interpretar y criticar la realidad con sus magníficas obras dramáticas y sus sobresalientes versos.
Realizó estudios de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de Granada sin culminarlos, aunque se dice que alcanzó a titularse de abogado sin haber estudiado seriamente el Derecho.
De su prolífica y extraordinaria obra literaria se destacan, entre otros, sus dramas «Bodas de sangre», «Yerma», «La casada infiel» y «La casa de Bernarda Alba», y los volúmenes poéticos «Libro de Poemas», «Canciones», «Romancero gitano» y «Poeta en Nueva York», este último publicado póstumamente, lo mismo que la tragedia «La casa de Bernarda Alba».
Aunque comulgaba con los ideales socialistas y liberales de la época, nunca se afilió al Partido Comunista porque detestaba la política partidista, por lo que constantemente sufría las arremetidas de los conservadores.
Sus amigos le aconsejaban que huyera del país, pero él se negaba a abandonar a su querida y natal Granada, la cual había sido tomada por los falangistas el 20 de julio de 1936.
Temiendo lo peor, Lorca se esconde en la casa de sus amigos los poetas Rosales, siendo detenido el 16 de agosto de ese mismo año, acusado de trabajar para los soviéticos y de ser homosexual.
Finalmente, es fusilado por las tropas franquistas en la madrugada del 18 de agosto de 1936, «por marica y comunista», según el abyecto jefe militar de la escuadra asesina.
LC
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