LO LLAMAN Y LO LLENAN DE
TEMOR
EL TRISTE EXILIO DE UN CAMPEON…
«Cuando los nazis vinieron a llevarse a
los comunistas.
Guardé
silencio…»
Martín
Niemoeller.
Escritor Juan V Gutiérrez Magallanes |
Parodiando a Martín
Niemoeller, en su sermón y llevado éste a la condición de poema por Bertold
Brecht. Me corresponde decir que: «Primero
se llevaron al vendedor de Chance, después se llevaron al peluquero de la
esquina, más tarde extorsionaron a la vendedora de frito en el Altar Mayor y
luego volvieron a «vacunar» al vendedor de tinto de Tuchín, no por eso,
Cartagena despertó del sueño de ciudad pirateada. Ni tampoco, cuando en estos
días lanzan el anzuelo de la extorsión contra el campeón de sietes medallas en
los diferentes eventos de justas de mucha nobleza.
El
corazón de este deportista, se acelera no por el temor, ya que su sistema
nervioso se ha preparado para batirse en las arenas de variadas adversidades
deportivas con predominio de la gentileza y la caballerosidad, sino por recibir
lo que puede considerarse como un grotesco agravio por sus congéneres, por esos
seres que siempre ha mirado como parte de su expresión cartagenera. Muy a pesar
de haber vivido mucho tiempo en el extranjero, por su condición de buscar
mejores oportunidades y no soportar la subvaloración y subestimación de
directivos inconsecuentes con la razón de sus cargos.
Él,
siempre ha llevado en alto grado el amor por su terruño, por esa Colombia
maltratada, como lo es su parroquia
menor Cartagena.
Hoy
el campeón ha tenido que salir aceleradamente de la ciudad, retirarse de
Colombia, dejando guardadas con sus compañeros las anécdotas de su trajinar por
los campos de la ciudad, en especial por ese que ya no está como tal—pues sólo
perdura en el imaginario de los viejos cartageneros— «El Campo de la Matuna» o
«Campo Grau» o la vieja «Cabaña de Manga» así como las veces que representó a
Colombia, con el corazón henchido de felicidad por su Cartagena, sí, esa de la
que hoy ha tenido que salir por considerar que su vida peligra, ya que lo
quieren someter a una lid para la que sus mayores no lo prepararon, porque, en
la Cartagena donde se formó como hombre, la cual era una ciudad de respeto y
consideración por la vida, de puertas aseguradas únicamente con el ojo que le
echaba el vecino.
Más
hoy esa Cartagena, en cuidados intensivos, con un Índice de Desarrollo Humano
por debajo del mínimo Nacional, lo que indica la extrema decadencia de la
Esperanza de Vida, del Nivel Educacional y de la baja Participación del
Presupuesto por cartageneros de la gran mayoría, de los estratos 1,2 y 3.
Cartagena de Indias, está en el mayor estado
agónico, de su historia, quizás en grado inferior a las condiciones en que la
dejó el «Pacificador» Pablo Morillo. Ella, Necesita ser atendida en la gravedad
que más la agobia: La Seguridad, el Desempleo Formal y la Educación.
El
Campeón, quien siempre emblematizó su amor por la ciudad y buscó por todos los
medios contribuir al desarrollo humano del hombre lúdico, se encuentra hoy en
una encrucijada de dudas, del amor de los cartageneros por su ciudad, donde la
seguridad está amenazada, y miramos con desconfianza al que vamos encontrando
en nuestro camino.
Cartagena
de Indias, Patrimonio Histórico y
Cultural de la Humanidad, debe ser para sus gobernantes y dirigentes un cuestionario
permanente que implique la solución diaria de sus problemas.
La Independencia de la ciudad, no se ha
alcanzado aún, mientras persistan los altos índices de pobreza, analfabetismo funcional
(no basta saber leer y escribir), desempleo e inseguridad.
Aquí esperamos
que el Campeón pronto vuelva a recorrer las improntas dejadas en sus lecciones
diarias, elaboradas para jóvenes que
anhelan transitar los senderos de un mejor mañana y creen en Cartagena y
Colombia.
Juan
V Gutiérrez Magallanes
LC
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