«EN BUSCA DE LAS LETRAS PERDIDAS»
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes
Aquella escuela ubicada en la parte más alta del barrio El Eden, está asistida por letras que juegan en la formación de las palabras, se unen en oraciones que llegan al cerebro y se anidan allí para vivir toda una vida. Ellas representan la alegría y el dolor. De estos dos sentimientos, utilizan con mayor frecuencia, a la alegría, porque las colma de muchas satisfacciones.
Las letras que representan a la alegría, se visten con colores llamativos, motivan con facilidad a la risa, siempre están dispuestas a la bondad y se prestan cómplices para expresar el amor.Por la alegría, en la Escuela se entonan melodías que llegan a nuestras entrañas, pero algunas veces el dolor se disfraza para llegar al corazón como tratando de anular el gozo, no obstante, este predomina y se reordena con nuevas letras, pues las anteriores habían ido perdiendo el color, el cual había sido tomado por el sol para elaborar la Vitamina D, que le brinda a los anibienes (animales) y al hombre.La Escuela está en permanente comunicación con el Sol. Hay letras especiales que guardan la energía de la estrella de la mañana, y que son requeridas por las naciones que permanecen muchos meses sin verle la cara al astro rey, por eso son llamadas las «Letras del Sol», que han ido formando un coro con colores maravillosos irradiando alegría y luminosidad, especialmente para con los juegos de los niños.Las letras son seres apreciados por los campesinos. Las toman y las guardan en urnas especiales que abren por la mañana para mantener el día alegre.La Escuela de las Letras se ha difundido por las ciudades, y en las más avanzadas, ellas viven momentos de lúdica y encanto, se reúnen y forman palabras utilizadas en comunidades opulentas, en donde prima el dinero y el desarrollo económico. Las letras se muestran felices mientras prevalecen los momentos de bondad y nobles relaciones. En estos ámbitos hallamos palabras como «Riqueza», «Inteligencia», «Política, «Viajes».Algunas letras muestran demasiada libertad y es cuando se extravían y se atreven a formar la palabra «Corrupción», término que en los Derechos de las Letras está prohibido.Se genera entonces gran preocupación por parte de quienes dirigen la Escuela, (No hay que olvidar que es una «Institución Digna y de Mucha Consideración»).Con el tiempo, la Escuela ha ido cayendo en un desánimo y gran preocupación, pues las letras de los valores o criterios axiológicos han ido perdiendo su brillantez y no logran formar las palabras que la identifican y la sostienen: «Ética», «Solidaridad» y «Responsabilidad».Ahora la Escuela busca por todos los medios implorar al sol para que preste su luz y le dé colores a las letras que forman la «Resiliencia».
Juan V Gutiérrez Magallanes |
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