LA ESTIRPE CONDENADA
A CUATRO AÑOS DE SOLEDAD
LOS POLÍTICOS TAMBIÉN LLORAN
Por Orlando Periñán Lombana
La vida y la política son «corporalmente»
similares en la forma y accionar de la tierra: Redonda y, con zonas claroscuras
gracias a su punto de rotación con respecto al sol.
El
25 de octubre pasado, en Cartagena de Indias se eligió a un nuevo Alcalde que por
esas cosas de la vida tiene el apodo de un torero español («Manolo»), escogido
por el pueblo para que ponga en práctica con los políticos, unas lindas «chicuelinas»
y «verónicas», que se ejecutan en el bello arte de la tauromaquia (ahora en
polémica por su prohibición y la defensa irrestricta de activistas y defensores
de animales).
Los
pocos políticos que acompañaron a Manolo en su elección están felices, mientras
que los perdedores entendieron, «de una»,
que las cosas con él serán diferentes a como fueron con el «oportunista reyezuelo»
que lo antecedió en el cargo.
Nuestro
Manolo demostró ser un buen gestor
social en el corto tiempo que fungió como director de «El Noticiero Popular»,
donde su prioridad siempre fue servir al pueblo cartagenero.
Hago
estas reflexiones debido a que ya se oye, «el run run», que como el mandatario eliminó muchas
órdenes de servicios, esto les afecta su caudal electoral, y ahora en férrea oposición
estorbarán a como dé lugar, la buena intención del alcalde de darle un
transparente y adecuado uso a los dineros públicos que como jauría de lobos se
disputan los políticos de siempre, y así utilizarlos en obras sociales en el
pueblo que lo eligió.
Sabemos
que el entorno politiquero es difícil de desmontar, es evidente que los políticos
pertenecen a otra dimensión ajena a nuestra realidad, pues a diario los vemos al
coincidir en las calles, donde el común de la gente los «bembea» o brindamos un adiós hipócrita
que ellos mismos nos enseñaron, a sabiendas de antemano que pertenecen a una galaxia
diferente y totalmente opuesta a la nuestra.
Es
saludable para una democracia que los grupos políticos de vez en cuando reciban
sorpresas electorales de personajes como Campo Elías Teherán y Manolo, quienes
se les atravesaron en el camino y
dañaron el segurísimo triunfo o fiesta programada.
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Orlando Periñan L |
Y
claro ejemplo de eso ocurrió el 25 de Octubre pasado.
Le recuerdo a Manolo que no le falle a los cartageneros, y a los señores
políticos de turno que llegó el momento de imitar durante cuatro
años el llorar a «moco tendido», como
siempre lo han hecho los pobres
cartageneros.
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