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viernes, 4 de octubre de 2024

Cartagena de Indias

Una Ciudad que Debe Ser Tratada Con Amor y Respeto


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



Dato histórico descrito por el historiados Alfonso Múnera en su libro: Cartagena, una ciudad abierta al mundo:

«Sin haberse terminado el siglo XIX, comenzaron con la obra de Demolición en 1883 y 1887, destruyeron dos obras complejas y de delicada belleza. Los revellines de la Media Luna y del Cabrero.

Cartagena vivía en medio de la tensión entre su crecimiento urbano, para un lado, que traía consigo nuevos barrios extramuros de gentes acomodadas. Contrata una misión norteamericana para estudiar el asunto, sugirió el derrumbe de uno de sus lienzos más importantes y en 1916 cayó convertido en escombros, la gran cortina de piedra que iba desde la Boca del Puente al baluarte de San Pedro Mártir. Sólo a partir de la Ley 5 de 1940 la Nación inició la protección legal y en firme de su Patrimonio arquitectónico militar colonial.

En nuestro caso fue una de las poquísimas ocasiones en que la pobreza tuvo un efecto benéfico sobre los destinos de la vieja ciudad, no hubo plata para destruirlos».

Situaciones como esta se presentan cuando los gobernantes desconocen el valor patrimonial del bien de la Urbe que manejan. 
Cartagena de Indias es una ciudad que necesita mucho cuidado y respeto, ya que es una ciudad llena de hechos que hacen parte de la Historia de Colombia .

sábado, 21 de septiembre de 2024

Réquiem

 El Amigo y Compañero Jairo Solano Barboza


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Nos conocimos en una de las aulas del siempre recordado y Patrimonio de la Educación Liceo de Bolívar, allí en la calle del Cuartel, estábamos en el Primero C, recibíamos las clases del profesor Marcos Herrera ( El Bizco). Jairo sobresalía, especialmente en la clase de Matemática, ya se perfilaba como uno de los seguidores de Pitágoras. Era un estudiante muy callado, parecía que siempre estuviera pensando cómo resolver un problema de Aritmética. Al salir del colegio, cogíamos el mismo camino, me acompañaba por los senderos de Chambacú, él llegaba a la calle de las Carretas en el barrio de Torices. Nos hicimos buenos compañeros, compartíamos momentos de alegría los domingos, cuando nos encontrábamos en los escalones del Teatro Variedades, ya fuera para ver la Vespertina o para hacer un recorrido por el barrio de Calle Nueva, lograr mirar a las niñas que salían para entrar a la Vespertina, Jairo siempre con trato muy afable, hacía comentarios que dejaban ver un futuro colmado de números. No tenía problema para entender las encrucijada del Maestro Duque, cuando explicaba los llamados «Números Complejos». Siempre recordaba a Jairo, ya que me ayudó a estudiar la matemática, cuando tuve que habilitarle al Maestro Duque. Días antes de la habilitación, iba a su casa para que me explicara, lo cual me sirvió mucho, porque la gané muy sobradamente. Todo aquello, parece que me hubiese servido para perderle el miedo a las Matemáticas y estudiarla con buenos resultados.

A Jairo lo vi por última vez, cuando estuvo en mi casa, junto con Alfredo Pineda. Le apodaban «Newton» por su destreza en el desenvolvimiento de los números. Al terminar el bachillerato, todos nos queríamos ir a la Universidad de Antioquia, yo fui uno de los pocos que no se fue a Medellín, sino para la Pedagogíca y la Tecnológica de Tunja. Aquellos compañeros, entre otros: Leal, los Batista, Sepúlveda, Olea, Luján, Vidal, llegaron a la Universidad de Antioquia, estudiaron y allí se casaron. Siempre poniendo en alto la formación académica que recibieron del Gran Liceo de Bolívar. 

A Jairo, lo recuerdo con mucho aprecio y amor, era un gran amigo y así fue, un buen miembro familiar y de la Sociedad. La Universidad debe recordarlo con mucho honor, además de la licenciatura, hizo Ingeniería industrial.

 Paz en su Tumba, Dios lo acoge en su seno.



lunes, 16 de septiembre de 2024

El Sendero de Nancy

«ANTES DE QUE CHAMBACÚ SEA BORRADO
 SOBRE LA FAZ DE LA TIERRA»

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 


Nancy fue una niña que nació en Chambacú, cerca de la Loma de Vidrio, en la casa grande de madera construida por el abuelo Valeriano. En ella se sentía una atmósfera de cordialidad y respeto, emanada y difundida por la madre, quien religiosamente miraba desde su máquina de coser, las incidencias de su trabajo. La matrona tuvo cuatro hijos. La última se trató de la niña Nancy, historia muy particular y que quiero narrar y compartir, pues siento que se constituye en un ejemplo de vida.

La primaria la estudió en la escuela del barrio Getsemaní y en La Milagrosa del Centro de la Urbe. La secundaria la recibió en el Colegio Soledad Acosta de Samper, en ese entonces conocido como Universidad Femenina. Luego pasa al colegio Mayor de Bolívar dirigido por Mercedes Miranda de Aldana.

Al terminar el bachillerato, ingresa a la Facultad de Derecho de la Universidad de Cartagena, donde termina sus estudios y es nombrada juez en Sopla Viento Bolívar, allí trabaja un corto periodo de tiempo.

No obstante, Nancy sueña con hacer una especialización. Su vida se le había vuelto interesante a partir del empeño demostrado al estudiar una carrera sin que para nada la afectara su condición de pobreza. O algún prejuicio e impedimento que le hubiera dicho: «Tú, no puedes». «Siempre hacia adelante», era su lema o consigna. Todo aquello parecía impulsarla a proseguir en la persecución y en la realización de sus sueños.

Así las cosas, con unas pocas compañeras, acuerda marcharse a Francia (por la Década de los Setenta del Siglo Veinte), y por fin hacer la tan anhelada y bendita especialización. Sin embargo, la actual situación no les cuadra y resuelven mejor viajar a Roma.

Al final, la mujer ingresa a la Universidad y termina su anhelada especialización. El horizonte parece entonces sonreírle, pues ella se enamora de un muchacho, hasta el punto de que se casan, pero más tarde la ilusión se desvanece y se separan. Ella se queda viviendo en Roma en un apartamento a escasas tres cuadras del Coliseo Romano. Nancy, ahora con la nacionalidad italiana y ya especializada en lo suyo, trabaja con el Distrito Romano. Hoy, la gran dama tiene cerca de cuarenta y cinco años de estar viviendo en Italia, camina las calles con la seguridad de una ciudadana europea, sin olvidar su condición de cartagenera-chambaculera.

La vivencia de esta dama se constituye en un gran ejemplo para ser llevado a nuestras escuelas, donde predomina la creencia de que por ser pobre no se puede estudiar.

Antes de que Chambacú se convierta en el «Nuevo Chambacú», hay que narrar lo que este era, un tugurio de Cartagena, donde Manuel Zapata Olivella visitaba a su abuela Ángela Vásquez cuando le entraban los arrebatos de la nostalgia del verano.








viernes, 13 de septiembre de 2024

El Diario de un Escritor

«El Abuelo Valeriano: Un Sabio iletrado»


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



Fue el último de siete hermanos. A su padre lo asesinaron en el trayecto Turbana-Pasacaballos. Hombre de recia contextura, de un metro con ochenta, fue impactado con una escopeta, cuyas balas alcanzaron al hijo mayor, hiriéndolo superficialmente. Pero, en cambio, dejándole la condena de vivir desde entonces con cuatro o cinco perdigones debajo de su piel.

La viuda llegó a Cartagena y se presentó ante el gobernador. Eran los años de 1900. Fue atendida por el funcionario en persona, pues éste tenía conocimiento del grande suceso que conmovió a la ciudad. Y aún más porque el muerto el trabajo que realizaba era traer leña y piedras para la elaboración de la cal.

La viuda y sus siete hijos fueron alojados en la Bóveda 23. Allí vivieron por muchos años, trasladándose luego hasta El Boquetillo, en uno de los tres barrios que ocupaban la zona que hoy comprende gran parte de la Avenida Santander. Eran esos barrios: El Boquetillo, Pekín y Pueblo Nuevo. Zonas ocupadas por pescadores y gente del común con diferentes actividades en el Centro de la ciudad. Ya fuera como estibadores, albañiles, cocineras, mandaderos y toda labor que surgiera sobre la marcha.

A él lo caracterizaba la irregular estatura con respecto a su edad. Era un infante con gran fuerza y decisión para acometer el trabajo que se le encomendaba. Desde los ocho o diez años comenzó a trabajar en el mercado. Por algunas monedas llevaba las bolsas de las señoras que iban de compra a algún supermercado de los alrededores. Su escuela fue la calle, en la cual ganaba cinco o seis centavos que contribuían al mantenimiento de la casa. Se formó como un tipo responsable y honesto, a pesar de ser analfabeta. Era solicitado para resolver conflictos. Ya fuera para hablar con abogados conocidos o partidarios de él.

Como abuelo, se preocupó por enseñar a contar y a conocer el nombre de las calles del Centro de la ciudad. Las que había recorrido en su infancia, allá en la Bóveda 23 y en El Boquetillo, de donde pasó a Getsemaní, en las accesorias en la entrada de Chambacú, condominio donde era un gran líder natural.

Salió de las accesorias cuando estas comenzaron a deteriorarse. Pero, repentinamente y, por un golpe de suerte que lo congració con la vida, se ganó la lotería y decidió comprar el terreno cercano a la Loma de Vidrio de Chambacú, al señor Guzmán, allí pasó sus últimos años rodeado por sus nietos, pero con la inmensa satisfacción de que todos estudiaron y fueron grandes hombres de bien.

Así fue gran parte de la vida de mi abuelo Valeriano, un «Sabio Iletrado».
Juan V Gutiérrez Magallanes

 






 

sábado, 7 de septiembre de 2024

¿Conquistadores o Asaltantes?

 

«HAY QUE REPLANTEAR CRITERIOS PARA
VOLVER A ESCRIBIR LA HISTORIA» 
Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

El término conquistador (yo les llamo asaltantes), suele referirse a aquellos personajes que extendieron, casi siempre a través de operaciones militares, el dominio (del latín conquisitare, de conquisitum, "ganado") de un territorio, de una población, de una posición y, que, por ende, se constituían en amos y señores de los territorios ocupados.

Llegaban invadiendo las tierras ocupadas por los raizales masacrándolos y luego pregonando las propiedades como suyas, explotando sin ninguna clase de consideración los territorios que habían usurpado. No entiendo cómo se ha elaborado un historial tan grandioso alrededor de tales personajes.

Desde Gengis Kan, el imperio de estos señores se extendió por casi todo el continente Asiático. Entre ellos, es de vital importancia citar al gran Alejandro Magno, quien figura como uno de los imperios más grandes de la historia. A Julio César, individuo sagaz para la guerra, quien se apoderó de toda la región de Galia, sometiendo a los nativos.

Me atrevo a dar por cierto que estos señores, eran enemigos de la libertad, fundamentaban su actuación y conducta en una «ética retorcida», donde el ser humano valía poco como ser distante de la justicia.

Después de reflexionar en los fundamentos de una ética formativa, en lo que debe ser «el hombre de bien». Levanto mi voz de protesta para que estos personajes sean ubicados en el rango que verdaderamente les corresponde: el de «Los Caínes».

Los Conquistadores o «Asaltantes», que rompieron todas las normas de convivencia y del noble trato, fueron seres rapaces con la única intención de someter territorios ajenos y ancestrales.

Entre ellos, citamos los siguientes:

Ciro II «el Grande», Atila, Alejandro Magno, Gengis Kan, Tamerlan, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Napoleón Bonaparte, Adolf Hitler.

La historia, con sus cronistas hipócritas, los disfraza como simples seres humanos, sin mostrar la manera perversa y violenta con que trataban a los sometidos. Incluso ni Cristóbal Colón, el gran descubridor de América, se salva de la ruindad de estos señores. No exijo su olvido, sino que se les otorgue el verdadero epíteto de «exterminadores» de sus congéneres.

Se deben replantear los criterios éticos para volver a escribir la historia.



 

domingo, 18 de agosto de 2024

#veranoenverso

 CONSTERNACIÓN                                                       

 
Por Gilberto García Mercado


                                                      


       

        




Hay una necesidad imperante
Un escozor al contemplar tu retrato
Y creer que el mundo no es un poemario
Puesta en escena u ópera prima
Si la chiquilla no está conmigo.

Hay una acuciosa soledad
Y fugaces instantes
Imágenes de ella
Enfundada en sus vestiduras.

El suave corretear de sus pasos
El camino oloroso a rosas de agosto
Y yo recriminándome

El no haber percibido tus señales
El haberte ofendido
Sin ningún motivo aparente.

Estás prendida en el alma
Cómo añoro tus brazos extendidos
Tu cabello negro revoloteando en la brisa
Y esa risa tan tuya
Turbando todos mis sentidos.

viernes, 16 de agosto de 2024

De la Loma Del Diamante

 HERIBERTO COGOLLO, UN PINTOR UNIVERSAL*

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes


Me permito dar a conocer cómo el Maestro Heriberto Cogollo (Cartagena 1945), aún continúa elaborando sus obras con la misma maestría que lo ha caracterizado siempre. Esto lo pudimos apreciar en la visita que en el mes de junio, le hicimos en su casa de Montpellier,(Francia). Allí observamos las pinturas de sus caballos con la misma nitidez y humildad propias que emanan del artista. Nos confesaba que, por esos días, estaba dándole los últimos detalles a su muestra con algunos pintores afrolatinos. El Maestro actualmente lleva 24 años residiendo en Montpellier. Después de vivir en Paris, busca la cercanía del mar, donde más próxima tenga la brillantez del sol. (Lo cual he podido observar, las dos veces que nos hemos visto).

Me atrevo a decir que en esa ciudad del sur de Francia, todo el mundo lo conoce.

Heriberto Cogollo Cuadrado. (Un miembro del Grupo de los Quince), sale de la Loma del Diamante, con apenas 16 años, gracias a una beca que obtiene en el Departamento de Bolívar para estudiar pintura en España. No obstante, en la península Ibérica solo reside por un momento, pues decide marcharse a Francia, donde halla buena acogida, allí se muestra con la efervescencia de una juventud atraída por el arte, en compañía del también joven Blasco Caballero (f). El Maestro Cogollo tiene 79 años, parte de los cuales ha compartido con su esposa, la también pintora doña Gentianna.

*A propósito de la nota salida en El Universal, el lunes 12 de agosto de 2024: «El maestro Heriberto Cogollo es un patrimonio viviente”. Imagen de Zenia Valdelamar. 




martes, 13 de agosto de 2024

#veranoenverso

   MAGDALENA DE LOS RÍOS    

    Por Gilberto García Mercado     

                                                                                                

Nuestros pasos confluían en el río.
El paisaje poseía una hojarasca de verano
Cuántas veces cantamos y reímos
Cuántas veces prometimos volver
Al viejo sendero de nuestra juventud

Ay, Magdalena de los vientos
Magdalena de los ríos
En bendito se transformaba
El territorio que pisabas

Eras una alondra alucinada
Un símbolo solemne en completa rebeldía
Contra el amor

Tus labios mencionaron
Promesas tristes de adolescencia
Luego, como una maldición
El pueblo se fue desmantelando
Nadie quedó para habitarlo.

Hoy me esfuerzo por hallar
Aquel sendero de nuestra juventud
Magdalena es un poema
En el álgido cuaderno de los viejos recuerdos

lunes, 12 de agosto de 2024

El libro de Delfín Sierra

LOS RODRÍGUEZ CANTAN PARA EL MUNDO 

 

Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



El apellido está vinculado a Rodrigo, que es un nombre de origen germánico que proviene de la palabra «Hrodrich», formada por dos elementos, «Hrod», que significa fama o gloria, y «Rich», que significa poderoso.

Pero, ¿por qué se usa la expresión «estar de Rodríguez»? Se utiliza cuando alguien se queda solo en la casa. Esta fue una invención española que data de la década de los 60 y 70 s. La cual se hizo muy común y ordinaria.

Delfín, un cienaguero escogido por las musas Euterpe y Erato, la primera, diosa de la Música y la Lírica, y, la segunda, de la Poesía. Fue el encargado de entrar al mundo de la Onomástica y emplear la paciencia de Penélope en la espera de Odiseo e investigar los orígenes de Los Rodríguez, (ante la constante presencia de estos seres en el mundo de las artes relacionadas con Euterpe y Erato).

Delfín en su libro «Los Rodríguez» cita más de ciento sesenta personajes relacionados con la música. El texto se vuelve interesante en la medida en que el lector lo va escrutando y encuentra que se inicia con Siro Rodríguez, uno de los cubanos que hace parte de El Trío Los Matamoros, un grupo ícono de la música cubana. El lector va encontrando artistas marcados por la Onomástica de Los Rodríguez, hasta el punto de alcanzar al habanero Ezequiel Rodríguez, el número ciento sesenta y dos de esta pléyade de artistas citados por el mítico cienaguero Delfín Sierra.

Es imperativa su lectura para poder estar en paz con Los Rodríguez.


 

  

jueves, 1 de agosto de 2024

Crónica

DE LAS ENSEÑANZAS QUE DEJAN LOS VIAJES


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes



Cada vez que viajas, estoy seguro de que queda una enseñanza en tu intelecto. Te sientes llamado a hacer comparaciones de lo que conoces con lo que en esos momentos estás viviendo. Esto me ocurre a menudo. 
Las veces que he viajado a Europa, después de regresar, me siento a rememorar y a sacar conclusiones sobre las experiencias vividas. Y, en tales comparaciones, Cartagena de Indias, a la cual quiero mucho, queda descolorida, descuidada y olvidada frente a esas otras ciudades europeas, destino de mis viajes. Entonces hago un análisis de lo que necesita la urbe para que no continúe viéndose descuidada y olvidada frente a esas otras ciudades modelo europeas. 
Después de pensar que hace falta Educación y Trabajo, que el ciudadano gane un salario que le permita vivir con dignidad, y que no sea necesario robarse las tapas de hierro del alcantarillado para venderlas por unos centavos y aliviar así el hambre recalcitrante. Después de reflexionar y hacer comparaciones. Uno de los aspectos que admiro mucho en las pequeñas ciudades y en los pueblos de Europa, es el espíritu de fraternidad que está siempre presente en sus ciudadanos, como lo he observado en Leymen, un pueblo francés a veinte minutos de Basilea. Allí he encontrado un Coro de Ancianas, que dirige mi hija. Matronas entre sesenta años en adelante cantan con gran entusiasmo y vigor. Una de ellas, al terminar la presentación, invita a sus contertulios y compañeros de coro a saborear dulces y manjares que ellas mismas han preparado. ¡Una gran lección de compañerismo y fraternidad! 
Pero lo más importante es el trato espléndido entre las longevas, sin hacer ostentaciones de ninguna índole. 
Pude conocer a una gran dama, millonaria ella, miembro del coro, dándonos muestras de humildad a pesar de la gran diferencia económica con las demás integrantes del grupo.
Las calles de Leymen se conservan limpias y ordenadas. Las señales de tránsito como las cebras son respetadas, mientras que los automóviles esperan con paciencia el paso del peatón.

No puedo pasar por alto el cuidado que guardan por los árboles. Los frentes de las casas están adornados por plantas que hacen parte de un antejardín.

La amabilidad la podemos apreciar en el tranvía o en el autobús. El viajero entra sin mostrar el tiquete, pocas veces es solicitado por un inspector, y se da por anticipada la honestidad del pasajero. Me asombra el encontrar puestos de ventas donde no hay dependiente. «Tomo el artículo y coloco el valor en una cajita».

Necesitamos mucha educación y control que corrijan a la corrupción rampante.

 

 

 

miércoles, 24 de julio de 2024

Del Parlamento Internacional de Escritores

EL LIBRO DE ORO PARA LACYDES CORTÉS


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes 

          

                                                              Cartagena de Indias,  julio 23 de 2024                                                                                   

Ante el Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena. Presento al Filólogo y Sociólogo Lácydes Cortés, como un cartagenero sabio en la humildad. Quien después de graduarse como bachiller en el Colegio Liceo de Bolívar, obtuvo una beca del Departamento de Bolívar para estudiar Filología y Sociología en Alemania (Universidad de Múnich) y Paris.

Se graduó en la Sorbona.

De regreso a Colombia fue profesor de Sociología en la Universidad de Cartagena, Universidad del Atlántico, Universidad del Norte y Universidad Jorge Tadeo Lozano. Fue Rector fundador de la Universidad Metropolitana de Barranquilla y Director del Departamento de Investigaciones Socioeconómica de la Universidad de Cartagena.

Fue subdirector del Sistema de Planeación Integral de la Costa Atlántica. Jefe de Planeación del Departamento de Bolívar. Secretario General de la Alcaldía Mayor de Cartagena y Alcalde (e).

OBRAS PUBLICADAS:
*Familia y Sociedad en Cartagena (1971)
*La Política en Colombia (2011)
*Beethoven y Yo (2012)
*Crónica de viaje ilustrada. (Alemania y Austria)
*Fin de una Ilusión .
*Reflexiones sobre Macondo.
*Black Boy. (Memorias de un muchacho Negro). Su último libro publicado.
Ha sido colaborador de El Universal y El Espectador.

Siempre se caracterizó desde las aulas del Liceo de Bolívar como un intelectual. Desde su egreso como bachiller, dominaba el alemán y el mandarín. Siempre fue considerado como un estudiante de grandes méritos. Tengo el honor de presentarlo al Parlamento Internacional de Escritores de Cartagena, como merecedor del Libro de Oro, por sus grandes capacidades intelectuales y haber dado muestra de muchos méritos.



 

sábado, 1 de junio de 2024

De Una Ciudad Nonata

Y LA FUNDACIÓN DE CARTAGENA,
SIN UNA PARTIDA DE NACIMIENTO...


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes

 


Cartagena o Karaimari fue llamada así por los Aborígenes que la habitaban. El 1 de junio de 1533 no fundaron a Cartagena, ya Caramairi o Calamari estaba creada allí con su población de aborígenes Caribes, que fueron desplazados por los invasores de España. «Dejemos, pues, sentado de una vez para siempre que la actual ciudad de Cartagena tuvo su origen en época no determinada, antes del descubrimiento de América y que Pedro de Heredia la conquistó de mano de sus pobladores indígenas, (aborígenes), la ocupó y la rebautizó con el nombre de San Sebastián de Calamar, hoy
transformada en Cartagena de Indias».

«Vistas las cosas se entiende que Heredia limitase su acción al repartimiento o redistribución de los solares y a la instalación de las autoridades, pero no dejase acta de fundación, porque no sacaba de la nada una villa. Es esta, pues razón para que, sin partida de nacimiento, nuestra Cartagena sea una ciudad nonata». (Miguel Camacho Sánchez. KARAMAIRI. Crónica de Cartagena de Indias).

Don Pedro de Heredia no la fundó, reitero, historia que debe enseñarse en los Planteles Educativos. Cartagena de Indias fue construida por los colonos españoles. En su territorio se atesoraban los tributos usurpados a las otras colonias. Por esta razón se convirtió en un lugar apetecido y preferido por piratas y filibusteros, ingleses u otros imperios, uno de los usurpadores fue Vernon.

España quería mantenerla bajo su dominio por lo cual la llevó a construirle fortificaciones, castillos y murallas para defenderla de posibles invasiones. Hoy Cartagena de Indias se muestra como una urbe que ofrece la mezcla de lugares históricos y contemporáneos que la hacen muy apetecida por los turistas que vienen a palpar historia y realidad. Hasta el punto de que todos los habitantes del mundo quieren conocerla. 

jueves, 30 de mayo de 2024

Roma, Ciudad Amable y Eterna....

«ES UNA FELICIDAD ENCONTRAR COSAS

QUÉ DESEARÍA PARA CARTAGENA»

 


Por Juan Vicente Gutiérrez Magallanes




Estamos viviendo en un barrio llamado Africano, no porque vivan africanos, sino porque es muy común encontrar sectores alusivos a África. La calle se denomina Viale Libia. Observo que es predominante la presencia de adultos mayores por las calles. Marchan lentos, pero con seguridad. Me llama poderosamente la atención lo bien trazadas que están las señales de tránsito. La cebra, por ejemplo, es muy respetada. Los automóviles se detienen y esperan hasta que pase el último transeúnte. Hay abundantes dulcerías y cafeterías, en estas, los ancianos concurren con toda la disponibilidad y la alegría del mundo por las tardes. Algo que me asombra es el consumo despiadado del cigarrillo. Ellos fuman en todo momento, sobre todos los ancianos, así que las colillas son superabundantes. La gente es amable y saborea con mucho gusto las comidas. Por fin entiendo cómo mi hermana y mi hija se han amañado en esta ciudad que tiene mucho que mostrar.

Las iglesias son inmensas. Además de lo impresionante de El Vaticano con su famosa Capilla Sixtina. En cada calle podemos encontrar un ícono que nos muestra la Historia de Roma. El agua es de buena calidad, en ciertas calles hay fuentes o plumas de dónde podemos beberla sin ningún tipo de contrariedad. Es admirable, en todo momento, el trato familiar y juguetón de los padres con sus hijos.


 


 

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